sábado, 18 de abril de 2015

¿POR QUÉ SUDAFRICA ENAMORO AL “GRINGO”?

¿Pudo existir un matrimonio estable entre el África del Sur racista de Vorster y Botha, y el Paraguay dictatorial de Stroessner? Sí. Pues existió noviazgo, ardor, pasión y entrega mutua. En abril de 1974, Stroessner dio el paso y visitó oficialmente Pretoria, transformándose así, en el primer dictador latinoamericano en avalar el racismo mundialmente aislado. El stronismo, fue un ventajista que sacó partido, en constante y sonante. La prueba de amor, el préstamo-regalo de Sudáfrica para la construcción del palacio de Justicia, en el coqueto barrio de Sajonia de la ciudad de Asunción.
Este relato se basa en una breve y escalofriante historia que estuvo a punto de concretarse: la migración masiva de racistas sudafricanos al cono sur y al Paraguay. La investigación la realizó el escritor y periodista Daniel Waksman-Schinca en 1978, y la publicó con el título “El eje entre Sudáfrica y el Cono Sur Americano” en la Revista Nueva Sociedad*.
Inicia Waksman, “El idilio se inició hace aproximadamente cinco años. Aunque resulte difícil determinar el momento preciso al flechazo, parece claro que -tanto por parte de los racistas sudafricanos como por la de las dictaduras conosureñas en América Latina- se trató de un típico amor a primera vista, de un mutuo encandilamiento inmediato”.
Así es que, luego de los regalos “de cortesía”, el cortejo fue un incesante ir y venir de emisarios y misiones, de ida y vuelta, con especial frenesí.
Pero, tras bambalinas, se cocinaban habas a gran velocidad. La planificación de una posible migración en masa de “afrikaaners, Boers y ciudadanos de África del Sur”, especialmente de Sudáfrica, Namibia y Rodhesia. Los estados, las cámaras empresarias se movían a gran velocidad, y habían dispuesto especiales campañas de prensa en medios funcionales.
Nos relata Waksman, “Fue el "contacto en Bolivia" el que hizo estallar el escándalo a principios de 1977. Durante todo el año anterior se habían desarrollado ya en algunos países de la región -sobre todo Paraguay y Uruguay- campañas de prensa orientadas a crear en la opinión pública local un ambiente favorable para la absorción masiva de "futuros refugiados" del África austral. "Europa -razonaba en octubre el diario ABC Color, de Asunción- no tiene lugar para esa gente, ni la querrá por razones ideológicas". En Paraguay, en cambio, hay lugar de sobra y la ideología no sólo no constituye obstáculo sino que es un elemento más a favor. Los rhodesianos, concluía el periódico asunceño, "constituirán, selectivamente hablando, la mejor inmigración que pueda pretender un país".
Como era habitual en dictadura, los medios de comunicación se utilizaban para manipular, atemorizar, o conducir la opinión de la población. Sin muchas diferencias a la actualidad del 2015, donde a las viejas técnicas, sólo deben agregar, la simulación y la sensación de vivir en un estado democrático, con la sensación de una prensa independiente que debe dar sensación de diversidad nacional, sin perder las riendas. Fullerías.
Concluye Waksman que el plan de migración sudafricana y rodhesiana estaba unido a un ideal fascistoide, que al revelarse internacionalmente, tuvo crecientes resistencias: “En 1977, el tema hizo explosión al conocerse los detalles de un vasto proyecto de "exportación" de colonos blancos a Bolivia. La operación, diseñada por los especialistas del CIME (Comité Intergubernamental de Migraciones Europeas), había sido aprobada al parecer en una reunión celebrada en San José, Costa Rica, en diciembre de 1976. Se hablaba de unas 30 mil familias, o sea de un paquete migratorio del orden de 150 mil personas, y las zonas escogidas para el asentamiento de los colonos serían las de San Borja, Securé y la reserva de Abopó-Izozog” … “En abril de 1978, por ejemplo, el gobernador de Formosa incluyó entre las "realizaciones" de su administración provincial las gestiones para la radicación de colonos rhodesianos”.
La escala siguiente debió ser Paraguay, quien tuvo los lazos más avanzados, sirvió de triangulador ilegal de exportaciones sudafricanas. Y fue sede de la XII reunión de la WACL en 1979, que contó con financiamiento encubierto de: Sudáfrica. Faltó poco.

Federico Tatter.
18 de abril de 2015. Asunción, Paraguay.

(*) Nueva Sociedad, Nro.39, Noviembre- Diciembre 1978, Pp. 97-106. Es posible bajarlo en: (www.nuso.org/revista.php?n=39).

EL AFORTUNADO PRINCIPE AZOD

La República del Paraguay no fue tan afortunada, pues debió albergar en la nómina pública, al fino príncipe persa Abounasrd Azod, con exilio dorado en la costa azul francesa, como adicto a la embajada paraguaya en Francia desde 1982. No hablaba castellano. Pero ostentó un preciado pasaporte diplomático de la República del Paraguay, para pasearse por el mundo, impune e inmune. Miles de paraguayos deambulaban por el mundo sin pasaportes de su país. El Príncipe lo tenía de arriba, y diplomático.
El noble persa, perteneció a la corte del Sha de Irán, quien fuera derrocado el 16 de enero de 1979 por la revolución popular encabezada por el Ayatollah Jomeini.
El Príncipe Azod, de rancio abolengo y fina formación europea, terminó siendo un gran amigo del único artillero corazón de acero de este lado del mundo. Ello le valió una gestión expréss para incluso ser naturalizado como paraguayo, sin jamás haber residido en el país.
Y a tal grado llegaron las relaciones carnales, que a través del decreto presidencial del 30 de agosto de 1982, rubricado por el serenísimo ministro Alberto Nogués, el noble Príncipe fue nombrado Adicto Comercial a la Embajada de la República del Paraguay en la República de Francia, cargo que ostentó, con las turbulencias propias de su estirpe ganadora, hasta que por otro decreto presidencial del 26 de febrero de 1993, el presidente constitucional del Paraguay, también un general, se vio obligado por situaciones vergonzantes y malos tragos ante las autoridades francesas, a dar por terminadas sus funciones. La queja del "Quai d'Orsay", radicaba en que por qué el pequeño país de Sudamérica daba tantos cargos y pasaportes diplomáticos con derechos a inmunidades, a ciudadanos de otros países que nada tenían que ver con Paraguay, jamás habían vivido en Paraguay y nada hacían para y por el Paraguay.

Federico Tatter.
17 de abril de 2015. Asunción, Paraguay.

martes, 14 de abril de 2015

PEÑA IRALA ARRESTADO EN NUEVA YORK

Minimizar y relativizar la captura del sospechado asesino del hijo del doctor Joel Filártiga en Nueva York, el inspector de policía Américo Norberto Peña Irala, quien huyó a los Estados Unidos, se transformó en un asunto oficial y de estado. A juzgar por el diligente, preciso, y pícaro informe confidencial que el alto representante alterno del Estado Paraguayo ante las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York, Luis González Arias, redactó a Su Excelencia Alberto Nogués, ministro de relaciones exteriores de la dictadura de Alfredo Stroessner.
La nota es de fecha 6 de abril de 1979, y por los fragmentos legibles, dice que él hizo cuanto pudo y analizó como pudo. (Sin esforzarse mucho, hasta las últimas consecuencias, pero sin sudar mucho).
González Arias, se apresuró a enviar a Alberto Nogués unos recortes de prensa del diario New York Times del 5 y 6 de abril de 1979, que referían “al escándalo” del arresto por parte de autoridades norteamericanas del “ex policía” Américo Norberto Peña Irala a efectos de extradición, por el asesinato de Joelito Filártiga el 30 de marzo de 1976, en el Paraguay, quien tenía 17 años.
El fino olfato del alto representante alterno de la dictadura, le permitió hilvanar avances interpretativos del hecho, quien no duda en describir que “todo tiene una motivación política”. Y que la denuncia y arresto del tal Peña Irala (quien debería haber vivido impune y discreto en Estados Unidos, siendo un agente de la dictadura), según sus fuentes muy dignas de crédito, tan dignas que no merecieron identificarlas ni ante su ministro, se debieron a gestiones hechas por “opositores políticos al régimen stronista”, encabezadas por un inefable Gilberto Olmedo Sánches (sic).
En defensa del policía Peña Irala, aguzó la pluma el tal González Arias, al decir que el arresto y la posterior información a toda la prensa, habría sido realizada con toda aparatosidad (obviamente, no con la delicadeza y decoro que se merecería un agente del régimen de Stroessner).
Pero, para mayor desconcierto, afirma el alto representante, las autoridades norteamericanas de Inmigración se apersonaron ante él en su propia oficina del Consulado a objeto de que él asista a la audiencia de imposición de medidas ante el Juez, en donde el denunciado policía Peña Irala y su esposa hicieron declaraciones.
De acuerdo al sereno y sopesado análisis de González Arias, todo este escándalo se debería tanto a activistas de Estados Unidos como a “opositores”, con el perverso interés de inmiscuir a las autoridades paraguayas en el tema, decidió no asistir a la tal audiencia, dejando sólo a Peña Irala y que se las vea.
Argumentó su ausencia en que él desconocía el tema, y que eso pertenecía a la jurisdicción norteamericana, ya que se trata simplemente de un caso en que habiendo expirado la visa, el señor Peña habría permanecido unos meses de más.
Para el astuto y diligente alto representante, no cabía la posibilidad de que Peña Irala estuviera siendo arrestado con fines de extradición por una denuncia de asesinato, y menos, descubierto caminando impune por las calles de Nueva York, por la propia hija del doctor Joel Filártiga. Esas cosas no pasaban en la dictadura, ni por su delicada mente.✔

Federico Tatter.
14 de abril de 2015. Asunción, Paraguay.

lunes, 13 de abril de 2015

EL PICARO PEREZ DE CUELLAR

Uno de los principales frentes internacionales en los cuales debió lidiar la dictadura stronista, a partir de 1977, ha sido sin dudas, las graves denuncias de violaciones a los derechos humanos que fueron creciendo en amplitud y profundidad en todo el mundo. Especialmente ante los gobiernos y organismos multilaterales que entendían en el tema y debían investigar a la dictadura.
Allí, en los pasillos de esos organismos internacionales, la sigilosa diplomacia del dictador, desplegó sus habilidades para obtener beneficios, mejor trato, con picardía conocer de antemano algunas denuncias, y especialmente, esquivar la caracterización de “dictadura violadora de los derechos humanos”. ¿Cómo los pyragüés de alto coturno se movieron?
Buscando siempre, un doble standar, un trato diferenciado de otras dictaduras, a través del acercamiento a algunos burócratas internacionales para que tras bambalinas, expresasen el apoyo a la dictadura, y moderen sus informes hacia el mundo. El trabajo de los pyragüés fue, localizarlos, seducirlos, y anularlos en su misión verificadora. De paso, turismo.
Así es que, mientras el Secretario General de Amnistía Internacional, Martin Ennals, el 7 de setiembre de 1979 presentaba, entre otras muchas, una nueva denuncia ante el Secretario General de las Naciones Unidas Kurt Waldheim, por cuatro presos arbitrarios en el departamento de Investigaciones, ya considerados como “desaparecidos” desde la noche del 20 de setiembre de 1976, y sobre quienes el régimen había falsamente montado una farsa de “escape”, los agentes del dictador hacían otros trabajos en lejanas oficinas.
Desde la Misión Permanente del Paraguay ante las Naciones Unidas en Nueva York, el 18 de octubre de 1979, informaron de importantes gestiones al ministro de la dictadura Alberto Nogués, respecto de la organización de un viaje mutuamente planeado al Paraguay del Sub-Secretario General para Asuntos de Política Especial de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuellar, entre los días 7 y 8 de noviembre de 1979. (Pérez de Cuéllar finalmente ascendió y sucedió al “teutón” Waldheim al frente de la Secretaría de las Naciones Unidas, entre enero de 1982 y diciembre de 1991).
El representante de la misión, le revela al ministro Nogués, que previamente al viaje, el propio Pérez de Cuellar, recibió de la División de Derechos Humanos un ayuda memoria confidencial, y que el mismo, le adelantó una copia para que desde el gobierno de la dictadura, supieran con antelación, y en caso que desearen, pudieran ya tener algunas respuestas avanzadas. Negocio redondo. Una ficción de visita de inspección con un informe ya redactado de antemano.
El representante insistió en explicarle a su ministro, que el tal memorándum “adelantado” no debía ser considerado oficial, sino como una ayuda para las respuestas, como el tema de los presos, el tema de los indígenas Aché y el tema del estado de sitio permanente. Bagatelas ya contestadas en otros informes.
Dice el representante muy prolijo, que Pérez de Cuéllar además de las entrevistas “de rigor”, está interesado en visitar la zona de Itaipú, y si cupiere, incluso tener una entrevista con el Excelentísimo Señor Presidente, hacia cuya persona el señor Pérez de Cuellar le manifestó personalmente tener una gran admiración.
Tan diligente el prolijo representante paraguayo ante las Naciones Unidas, que él mismo decidió viajar al Paraguay y “acompañar” a Pérez de Cuéllar, para ayudarlo en la redacción del Informe para la Comisión de Derechos Humanos. Trabajo hecho de antemano, con secretario incluido. Todo dibujado, ficcionado.
Tan fenomenal el informe del deligente representante paraguayo ante las Naciones Unidas, Luis González Arias, que sugiere que el organizador de la agenda de Pérez de Cuellar en Paraguay, sea el doctor Francisco “Poncho Pytá” Barreiro Maffiodo, a la sazón Sub-Secretario de Relaciones Exteriores del régimen stronista. Como pez en el agua, indudablemente aprendieron a manejar la hipocresía, la simulación y el doble estándar en derechos humanos en pleno 1979 en el Paraguay. ¿Ahora Usted puede sopesar, cuál es la herencia en el Paraguay, en cumplimiento de estándares de derechos humanos en el 2015? ¿Mejoramos? ¿O tenemos otros pícaros prolijos diligentes simuladores?

Federico Tatter.
11 de abril de 2015. Asunción, Paraguay.

STROESSNER, UN FARO DE LIBERTAD

Ante el empuje de la política exterior demócrata entre los años 1977 y 1981, las dictaduras latinoamericanas fueron fuertemente interpeladas y presionadas a moderar sus prácticas de terrorismo de estado. No existió empero, ninguna acción de búsqueda de cambios de gobierno, sólo su contención y adecuación a estándares fijados por los demócratas. Eran aliados, no enemigos, por tanto, para estas dictaduras amigas, no fue utilizada la fuerza ni la búsqueda del cambio de gobierno y sistema.
Las dictaduras latinoamericanas, entre ellas el stronismo, consideraron a la administración Carter como un enemigo, que había caído bajo la órbita del comunismo. Por ello, desde el GAA y la WACL, acuñaron el neologismo “cartercomunismo”, para caracterizar la administración norteamericana. Paralelamente, salieron a buscar apoyos posibles en los lobbies republicanos y aquellos demócratas ultraconservadores.
El Viejo senador ultraconservador de Arizona, cercano al racista KKK, Barry Goldwater, respondió el 30 de octubre de 1978, a un pedido del embajador de la dictadura ante Estados Unidos, Mario López Escobar, para frenar la campaña por los derechos humanos emprendida por la administración demócrata de James Carter, a través de su enviado Terence Todman, un año atrás, de la siguiente forma.
Señor Embajador. “…quiero que entiendan que yo estoy completamente de acuerdo con sus sentimientos … Es mi sentimiento más bien antiguo de que lo que un país hace, es más o menos su propio negocio. Y no me gusta, por ejemplo, que mi país se meta en los asuntos de los países de todo el mundo … Tengo una gran confianza en el futuro de los países al sur de nosotros”. Eran palabras brindadas a la representación de una dictadura amiga, proveniente del Senado de un país que no escatimó jamás esfuerzos legales e ilegales en invadir, guerrear, tumbar, subvertir el orden de cualquier país democrático que no haya coincidido con sus intereses. Caso el gobierno de Allende en Chile, donde el presidente republicano Nixon se tomó el trabajo de tumbarlo, como una cuestión de estado y una cuestión hasta personal.
Atrás quedaron los días de alta empatía como cuando el senador ultraconservador eterno de carolina del Norte, Jesse Helms, dirigía prácticamente la política exterior norteamericana, bajo los ejes del más cerril anticomunismo y el apoyo cerrado a las dictaduras amigas del sur del continente, stronismo incluido.
Por ejemplo, el 20 de agosto de 1975, el mismo senador Helms, declinó a una invitación para visitar a Stroessner en esos días, a través del embajador del régimen, Miguel Solano López, en términos muy elogiosos. Y a sólo tres meses del inicio formal de la Operación Cóndor (Operación terrorista de estado, ilegal, encubierta y transnacional, investigada y cosa juzgada en varios países del sur americano).
“Me ruego haga llegar mis expresiones de pesar a su Presidente y mis agradecimientos personales por su atenta invitación. Si bien, me siento decepcionado por no poder reunirme con él personalmente, anticipo con placer tal reunión con creciente expectativa. Así como espero conocer al gran pueblo del Paraguay. Su coraje en su batalla contra el comunismo es un faro para todos los que desean ser y permanecer libres”. Aunque Usted no lo crea.
Aún el movimiento de derechos humanos sudamericano y mundial, inundó de cartas a todos los congresistas norteamericanos alertando el carácter dictatorial de los regímenes que habían apoyado. Y los congresistas que más cartas y campañas recibieron, para su "sensibilización", fueron los senadores y representantes más conservadores y auspiciantes durante tantos años, de las peores dictaduras de nuestra región, stronista incluida.

Federico Tatter.
9 de abril de 2015. Asunción, Paraguay.

JOSE ZARATE Y SU VERSION DE “LA VUELTA GENERAL”

Las insurgencias armadas antidictatoriales de finales de 1959 hasta mediados de 1960 que incursionaron en el sudeste del país con miras a las serranías del Ybyturuzú, a pesar de recibir importante apoyo y aliento desde Argentina, culminaron en verdaderas tragedias. Sus consecuencias fueron aún más desastrosas. El lógico el fortalecimiento inmediato de la dictadura instalada en 1954, que ya venía sorteando varios intentos previos para derrocarlo.
El disciplinamiento político y social posterior, se produjo por medio del terror abierto. Y si a este terror podemos ponerle nombre, ése fue sin dudas, Patricio Colmán.
No obstante, estas derrotas no han sido responsables de la longevidad del stronismo, que tiene muchas otras explicaciones, y que no abordaremos en este breve relato. Precisa muchos relatos. La longevidad y el fortalecimiento es multicausal, y puede ser parte de otros relatos, incluidas posteriores resistencias y posteriores intentos para terminar antes de 1989 con el stronismo.
Hoy, narraremos una parte pequeña de la catarata de información que logró capturar el régimen antes, durante y después de estas incursiones de 1960.
En este caso, fragmentos de las declaraciones indagatorias (llámese bajo torturas), enviadas a la Jefatura de Policía el 7 de junio de 1960, y que fueron extraídas a José Zárate por las fuerzas armadas (EMG), en el teatro de operaciones, luego de ser detenido en la cabecera del Puente de Enramadita, el viernes 27 de mayo de 1960. Desde aquí, los fragmentos, que el régimen caratuló como “interesantes datos”, que fueron copiados, procesados y reenviados con urgencia a toda la cúpula policial y militar, presidencia de la República incluida.
José Zárate, fue obrero metalúrgico, de nacionalidad paraguaya, quien nació en la localidad de Sapucai, y solicitó su afiliación al partido colorado en 1955. Estaba domiciliado en Merlo, Villa Martelli, provincia de Buenos Aires, cuando fue invitado a viajar al Paraguay a luchar contra el stronismo.
Luego de su captura, fue identificado como integrante del grupo armado que ingresó al mando del Capitán (SR) René Speratti, que el declarante conoció como Columna Resistencia, y que después de su primer choque y desbande, pasó a integrar la Columna Libertad, al mando de Juan José Rotela, a la que también abandonó junto al sub oficial Porfirio Portillo. Estaban juntos al momento de su detención por las fuerzas leales al régimen en Enramadita.
El interrogado Zárate, dijo que se enroló en las filas del movimiento 14 de Mayo en la ciudad de Buenos Aires, pocas semanas atrás, apenas el 11 de marzo de 1960, y que realizaron algunas prácticas en esas semanas previas, consistentes en largas caminatas por la ciudad y al costado de las rutas. En una oportunidad, en número de once, caminaron más de 15 kilómetros por la ruta 8 de la provincia de Buenos Aires, pasando frente a la guarnición Campo de Mayo en pleno día. Luego hicieron marchas sobre la ruta 3 hasta el Puente Escurra en horas de la noche. Esa era su formación.
Dijo también tener conocimiento de que en varios pueblos de las Cordilleras, se habían organizado desde hace varios meses atrás con bastante éxito, varios grupos de otro movimiento, conocido por FULNA, y cuyos integrantes, muchos de ellos también habían llegado al Paraguay desde Argentina. Los mismos, se habrían distribuido en pueblos y compañías.
A esa operación la llamaron la "Vuelta General”. Estos, una vez establecidos en las Cordilleras, deberían recibir a aquellos que ingresaran por el río Paraná (Columna Ytororó). Dijo que esa agrupación tenía una fuerte organización en la ciudad de Piribebuy, a la que los insurgentes del FULNA, denominaron “Ysaú”. Así también, cuenta Zárate, que ellos dejaron una buena organización en la compañía de Capilla Cué, que estaba a escasos kilómetros de Chololó, y por ende de la artillería de Paraguarí, un probable objetivo.
Siempre según José Zárate, los grupos del FULNA, dejaron grupos organizados en localidades como Barrero Grande, Ybycuí, San Salvador, Iturbe, en las compañías Horqueta y Ñu Guazú, y en Capiatá en la compañía Mobiy.
Finaliza José Zárate, que incluso tuvo conocimiento en Buenos Aires, que el grupo FULNA, tuvo integrantes mujeres, y que algunas de ellas estuvieron destinadas a viajar a la capital, Asunción, mientras que otras se distribuirían en la campaña, para estar junto a los insurgentes que ingresarían por el río. No pudo precisar sus nombres, pero dijo que vio cómo se preparaban varias de ellas para venir al Paraguay, quienes incluso, habían vendido varios objetos para su viaje. La “Vuelta General”, la llamaron.✔

Federico Tatter.
6 de abril de 2015. Asunción, Paraguay.

DE CUANDO JIMMY AISLÓ AL RUBIO

Este relato no analizará las relaciones oficiales entre Estados Unidos y el Paraguay. Para contextuar, sólo citaremos que ellas fueron carnales y paternales, y en los fundamentales se mantuvieron casi intactas. En parte, porque el stronismo, fue una creación de la política exterior de los Estados Unidos para América Latina, durante el período de la Guerra Fría. Ni más ni menos.
Esta relación bilateral, tuvo altibajos. Con momentos rutilantes y de tensión. Con momentos de apoyo abierto y otros solapados. Nunca hubo ruptura. Por razones ideológicas e históricas, las administraciones republicanas fueron más amigables. Las demócratas, retóricamente más exigentes.
Pero, un componente de la administración de James Carter (1977-1981), en política exterior, trajo cambios sustanciales, que en algunos aspectos tuvo puntos de no retorno. La defensa de los derechos humanos como elemento fundamental del sistema democrático. Una de cal, una de arena.
Este giro, descolocó a los principales aliados en Latinoamérica. Así fue que los “amigos”, fueron interpelados en instancias multilaterales.
Una de ellas, fue la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, promocionada por la administración Carter. Las dictaduras a su vez, jugaron sus cartas con lo más expuesto del partido republicano y con aquellos demócratas más conservadores. Buscaron contener la presión.
Como nunca antes, el régimen sintió el aislamiento. Este es el tema del relato.
En 1978 y hasta 1990, las Naciones Unidas implementó un procedimiento reservado de observación de los derechos humanos en Paraguay, conocido como procedimiento 1503. Su carácter confidencial finalmente fue cuestionado por su escaso impacto, aunque el mismo, ha sido una fuente de información inestimable.
El 14 de febrero de 1978, el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos, envió una carta al dictador Stroessner firmada por 22 senadores, exigiendo respeto a los derechos humanos en el Paraguay.
“Estamos preocupados por los informes de violaciones de los derechos humanos en el Paraguay, recientemente detallados en el Informe de la Liga Internacional de Derechos Humanos redactado por Ben Stephansky y David Helfeld. Se ha informado que algunos ciudadanos han sido detenidos sin haber sido sometidos a juicio, que otros han sido vejados y torturados por las fuerzas de seguridad, y que otros han desaparecido … Le urgimos que restaure los derechos constitucionales para todos los ciudadanos que están siendo detenidos sin juicio, y le pedimos que informe dónde se encuentran aquellos quienes han desaparecido”.
No se conoce que haya existido respuesta completa por la parte dictatorial. Pero las liberaciones de detenidos de ese año, y el cierre del Campo de Concentración de Emboscada, sin dudas, estuvieron relacionados.
En mismo sentido, dos días después, firmado por 44 representantes, el Congreso de los Estados Unidos envió una carta en similar sentido y con mayor precisión aún.
“Nosotros continuamos recibiendo evidencias que sugieren que las garantías constitucionales para un debido proceso no son observados y que los derechos fundamentales no son protegidos … Nos han dicho que las muertes de Mario Arzamendia Flories (Flores), Joel Filártiga Speratti, Sixto Melgarejo y Juan de Dios Salinas nunca fueron explicadas y esperamos que se dará razón de todos los muertos y desaparecidos”.
Hasta la fecha, el Congreso de los Estados Unidos, 37 años después, podría estar esperando sentado, el informe de Stroessner sobre los muertos y desaparecidos ocurridos durante su régimen.
La presión y el aislamiento produjeron cambios de personas, pero también continuidades de sistemas bajo otros ropajes, impunidades y falta sistémica de justicia. Hasta la fecha, por ejemplo, no se han resuelto las muertes y desapariciones de la dictadura, como tampoco las perpetradas, bajo similares condiciones, durante la llamada transición que no termina de retroceder. El Rubio fue aislado, su herencia no.✔

Federico Tatter.
4 de abril de 2015. Asunción, Paraguay.