martes, 9 de octubre de 2012

PARAGUAY, PRAGMATICAMENTE DEMOCRATICO

Hoy, toda Sudamérica está mucho más cerca de sistemas democráticos que dictatoriales que asolaron el continente durante casi todo el siglo XX. Ese pasado dictatorial es el pasado que no queremos, ni cuartelazos ni golpes, ni maniobras antidemocráticas, como medio permanente de resolución de la política en pocas manos. Ya basta.

Hoy se realizan elecciones libres, transparentes y hasta ejemplares en toda Sudamérica. Algunos mandatarios nos pueden gustar más que otros, pero todos son legítimos surgidos de elecciones directas, incluso con asombrosos niveles de participación, hecho que valida la democracia, en un continente no habituado a la democracia, sino a dictaduras cívico-militares impuestas que nos han mantenido en el atraso y la confrontación permanente contra la sociedad civil como blanco. El enemigo interno, es el ciudadano, como estilo de gobernar con fuerza y arbitrio.

Hoy Sudamérica es una zona de mayor democracia que hace 30 años, es una zona de mayor paz que hace 30 años, es una zona más soberana que hace 30 años, es una zona de mayor desarrollo con inclusión social que hace 30 años, es una zona de más derechos que hace 30 años. Es una zona donde el ya perimido "Consenso de Washington" de factura neoliberal, va dando lugar al "Consenso de Brasilia", de definición demócrata social y progresista, con todo lo que ello implica.

Paraguay es hoy el único que no tiene un gobierno electo en forma democrática y directa. Nos han cortado la soberanía popular de golpe. Eso es un atraso que se medirá en décadas en nuestra directa contra como nación independiente.

Pragmáticamente, creo, que en las elecciones de abril de 2013, los ciudadanos debemos sopezar muy bien nuestra participación y la dirección de nuestro voto, pues nos tocan tareas más importantes que las habituales en cualquier democracia. Hoy debemos reconstruir la democracia perdida. Debemos nuevamente designar por el voto universal a mandatarios y representantes legítimos luego de un quiebre politico y un quiebre moral de los principales actores políticos de hoy. Nos toca nada menos que restaurar la democracia, para así, volver a sumarnos al futuro compartido dentro de nuestra histórica región, plenamente reconocidos por la comunidad internacional democrática, con mandatarios legítimos por el pueblo, y con respeto a las diversidades, características y ritmos, pero en democracia plena siempre. Dictaduras ni golpes nunca más en Paraguay ni en el continente.