jueves, 29 de enero de 2009

JUSTICIA ESPAÑOLA: INVESTIGA MILITARES ISRAELIES POR TERRORISMO Y/O GENOCIDIO


La investigación judicial está relacionada a las acciones bélicas isrelíes sobre la población civil de la Franja de Gaza en el año 2002, razón por demás para que los actuales responsables del estado y fuerzas armadas israelíes, pongan sus barbas en remojo, pues el gobierno del mundo está virando en su percepción acerca de la necesaria acción de la justicia universal que crece en aceptación, extensión y jurisdicción planetaria. Ayer nomás la primer ministro Livni en enero de 2009, debió desistir de realizar un viaje a la europea ciudad de Bruselas, Bélgica, por riesgo de quedar detenida por averiguaciones sobre posibles crímenes de guerra ordenados y perpetrados sobre la población civil indefensa de la Franja de Gaza, esta vez si a partir de la masacre iniciada en diciembre de 2008 y que aún hoy corre el riesgo de continuar sobre la acorralada población palestina que vive los peores momentos de su historia en la cárcel más grande a cielo abierto del planeta en que se constituyeron sus legítimos territorios y campos de refugiados.

España acusa a un ex ministro israelí de crímenes de guerra

CLARIN. ARGENTINA. Se trata de Ben Eliezer, quien, junto con otros seis militares, fue imputado por la Audiencia Nacional por un presunto delito contra la humanidad perpetrado en 2002 en la Franja de Gaza.

La Audiencia Nacional española imputó hoy al ex ministro israelí de Defensa Benjamin Ben Eliezer y a otros seis militares israelíes de un delito contra la humanidad presuntamente perpetrado en 2002 cuando las fuerzas israelíes atacaron la Franja de Gaza y mataron a un dirigente de Hamas y a 14 civiles.

El juez Fernando Andreu admitió así una querella interpuesta por el Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR, por sus siglas en inglés), mientras el conflicto entre israelíes y palestinos está en la mira del mundo entreo a raíz de la ofensiva de Israel sobre Gaza de las últimas semanas.

Los hechos que el magistrado imputa al ex ministro y a los otros seis militares tuvieron lugar el 22 de julio de 2002. Ese día, un avión de combate israelí lanzó una bomba de una tonelada contra la casa de Salah Shehade, en la ciudad de Gaza. El dirigente de Hamas murió junto con otras 14 personas, todas civiles. Además, 150 resultaron heridas.

Ben Eliezer fue ministro de Defensa en el gobierno de coalición del Likud y el Partido Laborista que encabezó Ariel Sharon. Dimitió en octubre de 2002.

El juez Andreu cursará una comisión rogatoria a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para poder tomar declaración a los testigos del ataque y otra al gobierno israelí, para notificar el auto a los siete imputados.

La justicia española investigará a un ex ministro de Defensa israelí

PAGINA 12. La justicia española investigará al ex ministro de Defensa israelí Benjamín Ben Eliezer y a otros seis militares, acusado de "crímenes de lesa humanidad" en relación con la muerte de 15 palestinos durante un bombardeo contra la Franja de Gaza en 2002.

El juez de la Audiencia Nacional española Fernando Andreu, quien admitió tramitar la denuncia, considera que el bombardeo con el que Israel pretendía eliminar a un militante de Hamas constituye un ataque contra la población civil, "ilegítimo, desproporcionado y excesivo".

De acuerdo al escrito judicial, el ex funcionario será investigado por "genocidio o terrorismo", en violación a los tratados de Ginebra.

España aplica la jurisdicción universal y persigue a Israel por genocidio, al igual que lo hizo con ex represores argentinos, como Adolfo Scilingo, quien cumple sentencia (1.084 años de prisión) por crímenes de lesa humanidad.

Foto: corresponde a uno de los tramos de uno de los varios muros que ha construido el estado de Israel para separar y encerrar los territorios palestinos, tanto en la Franja de Gaza como en Cisjordania, Palestina. Todos los muros que dividen pueblos hermanos, y como este caso, primos-hermanos, ambos de orígen semita, son muros que avergüenzan al género humano en su totalidad, y condena a sus ejecutores, estén éstos en México, Alemania, Berlín, Polonia, Varsovia, Palestina, Israel o Jerusalén, y hayan sido levantados por estadounidenses en la actualidad, estalinistas alemanes después de 1945, nazis alemanes antes de 1945, o israelíes en la actualidad. El clamor mundial es casi unánime: Israel, no hagas a tu hermano palestino, aquello que los nazis hicieron contigo.

lunes, 26 de enero de 2009

GAZA: ESA CARCEL A CIELO ABIERTO


El rompecabezas de Medio Oriente

PAGINA 12. Mientras la diplomacia sigue trabajando por una tregua duradera entre Israel y la facción palestina Hamas, la población de la Franja de Gaza intenta recuperarse luego de haber resistido a una ofensiva de gran envergadura.

Los palestinos deben sufrir

Por Rubén Dri. Filósofo, profesor consulto de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). “Persigo a mis enemigos, acabo con ellos y no vuelvo hasta haberlos acabado; los derribo y ya no pueden levantarse, caen y quedan bajo mis pies [...] Me obedecen pueblos desconocidos. Hijos de extranjeros me vienen a alabar, son todo oídos y me obedecen. Los hijos de extranjeros desfallecen y abandonan temblorosos sus refugios” (Cántico del rey David; 2 Sam 22, 38-39; 45-46).

“Los palestinos deben sufrir mucho más hasta que sepan que no obtendrán nada mediante el terrorismo. Si no sienten que han sido vencidos, no podremos regresar a la mesa de negociaciones” (Ariel Sharon ante el Parlamento, el 4 de marzo de 2002).

Sharon expresa claramente sin eufemismo, ni hipocresía, lo que es, y siempre fue, la política del Estado de Israel frente al pueblo originario, o sea el pueblo palestino. Todas las otras expresiones que se refieren a la paz, a la necesidad del diálogo, a la defensa frente al terrorismo, son hipócritas. Esconden la intención de los dirigentes del Estado de Israel de ocupar todo el territorio palestino, expulsando o sometiendo al pueblo originario.

La historia, en este sentido, no miente. En 1948, las potencias victoriosas de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y Gran Bretaña, comienzan a dar forma al sueño sionista, transportando a Palestina a judíos que habían sufrido la persecución genocida del régimen nazi. Los habitantes nativos, los palestinos, fueron expulsados y masacrados por los recién venidos, que contaban con el apoyo de la maquinaria bélica de Estados Unidos.

Como lo expresa Hugo Kofman, “nace así la alianza estratégica entre la derecha judía y el imperialismo norteamericano”. Esa alianza le permite a la derecha judía pertrecharse con todo el armamento moderno para formar uno de los mejores ejércitos del mundo y, sin duda, el mejor equipado del Medio Oriente. Nada le falta a ese ejército, ni siquiera el monstruoso poder destructor de las bombas atómicas.

Se funda, de esa manera, un Estado sobre la fuerza militar con la ya indisimulada intención de ocupar toda Palestina y dominar a todos los países vecinos, reproduciendo, en cierto sentido, la política imperialista del Estado davídico-salomónico que dominó a las tribus de Israel y a los pueblos vecinos. La masacre que el ejército de Israel acaba de llevar a cabo sobre la cárcel a cielo abierto que es Gaza, muestra que no sólo retoma la política expansionista del Estado davídico-salomónico sino que también renueva y mejora sus métodos.

Los palestinos pueden sobrevivir, pero, según la óptica de los dirigentes del Estado de Israel, si se someten. Sólo de esa manera se pueden sentar a una mesa “de negociación”, eufemismo por mesa “de sometimiento”.

Mientras tanto, ¿qué hace el pueblo palestino? Según Tel Aviv, con los “moderados”, eufemismo por “sometidos”, se puede hablar. En cambio con los “terroristas”, es decir, insumisos y resistentes, no sólo no se puede hablar sino que es necesario aniquilarlos. Los sumisos, dirigidos por Mahmud Abbas, ya están encerrados detrás del muro de la vergüenza y, en la medida en que se porten bien, es decir, acepten la dominación del Estado de Israel, se les permitirá vivir. Se podrá formar, entonces, la parodia de un Estado palestino.

Barack Obama presenta muchas diferencias con relación a George W. Bush, pero la política con relación a Palestina en lo esencial no ha variado. Dijo claramente, luego de llamar a Hamas a la sumisión: “Estados Unidos está dispuesto a defender la seguridad de Israel y apoyaremos siempre el derecho de Israel a defenderse contra amenazas legítimas”. La hipocresía de siempre. La política agresiva, exterminadora, expansiva, del Estado de Israel desde su fundación es presentada como “defensiva”. Hitler hizo lo mismo.

Por si eso no bastara, Obama le dice a Hamas que debe renunciar a la “violencia”. Confunde Obama, y ello no puede extrañar porque, en última instancia, es el jefe del imperio, al ofensor con el ofendido, al agresor con el agredido. La violencia no nace de Hamas sino de la política agresiva y genocida de Israel. Desarmemos al agresor y ya no habrá más misiles.

Carta abierta a Eduardo Galeano

Por Baruj Plavnick. Rabino. Soy uno de esos judíos que enfrentó a la dictadura militar argentina, pero no fui asesinado. Estar con vida cuando muchos de mi generación fueron muertos no es ni un mérito ni un pecado. Supongo que Eduardo Galeano –a quien respeto sinceramente– piensa parecido, él también es un sobreviviente. Estar con vida cuando otros han muerto no es sencillo. Muchas veces es una carga pesada, llena de nostalgias y de culpas. Muchas veces esa carga se elude con un triunfalismo vano, otras veces con el escepticismo radical e inclusive el cinismo. Estar con vida cuando otros han muerto no es sencillo, incluso muchas veces parece que los “demás” nos culpan por sobrevivir, muchas veces sólo nosotros mismos sentimos la culpa de estar vivos. “No entiendo por qué yo estoy vivo y mis compañeros están muertos”, ¡pero con eso tengo que vivir! En términos generales, ser judío tiene mucho de “ser sobreviviente”. Para nosotros es difícil explicar por qué estamos vivos después de 3700 años; me imagino cómo sorprende a los gentiles y conozco cómo obsesiona a los imbéciles prejuiciosos. Todavía no lo he dicho: la muerte de un solo palestino es una tragedia inconmensurable. No hay idea, creencia, circunstancia o lo que sea que justifique que un hombre derrame la sangre de otro hombre. Cada vida truncada por acción u omisión de un ser humano es una degradación atroz de lo humano. No hay argumentación o justificación alguna al fratricidio y, como Caín, nadie escapa a la marca. Las muertes y el sufrimiento de la población árabe-palestina pesarán sobre la conciencia histórica judía. Eduardo Galeano –con miopía que parece deliberada y por lo tanto difícil de disculpar– en lugar de ayudar a la causa de la liberación palestina, la posterga. La paz será alcanzada en Medio Oriente cuando los árabes palestinos puedan ejercer sus derechos humanos con libertad y reciban justo reconocimiento a todos sus derechos. Dado que Israel –con esfuerzo y sacrificio– lleva la delantera en su autodeterminación, tiene una responsabilidad mayor. Mayor responsabilidad no exculpa la aun mayor responsabilidad de los que tienen mayor responsabilidad, por ejemplo los intelectuales de izquierda, los países árabes, los europeos, las Naciones Unidas, etcétera. La paz depende de la Justicia y la Justicia depende de la verdad. Deslegitimar al Estado de Israel no contribuye a la verdad. Israel es una democracia auténtica, con partidos políticos que compiten por el voto popular, con una división de poderes real y con una libertad de prensa irrestricta. No me gusta el curso que ha llevado buena parte de los gobiernos israelíes en los últimos 30 años, pero todos ellos han sido democráticamente elegidos por los hijos y nietos de quienes secaron pantanos y regaron el desierto. El Estado de Israel comenzó donde ningún árabe pretendía vivir. Los Estados Nacionales son una invención de Occidente y la Modernidad, no son la verdad absoluta, habrá en el futuro otros modos de organización política, pero el análisis histórico muestra que los Estados Nacionales han sido un avance para la humanidad. El Estado de Israel es una respuesta legítima a los legítimos derechos del pueblo judío. Los legítimos derechos de los árabes palestinos están postergados, pero los judíos no somos los exclusivos responsables de ellos. Negar la responsabilidad de las políticas de Israel no es ético, desconocer otras responsabilidades convergentes no sólo es inmoral, es contribuir a la perpetuación de la tragedia. Los sutiles deslizamientos a los argumentos antisemitas de la voracidad judía también son irresponsables. El rabino Marshal Meyer solía repetir: “El antisemitismo golpea a los judíos, pero daña el alma de la humanidad”. El Muro de Berlín no cayó por la conspiración judía. Coca-Cola tiene más influencia en la gente que el pensamiento progresista. ¡Por favor, no le echemos la culpa ni a la gente ni al pensamiento progresista! Como les digo a mis colegas rabinos: si los judíos se alejan de la religión, no es culpa de los judíos ni de la religión, es culpa de los rabinos. Si la izquierda espanta es por lo que dicen y hacen los referentes de la izquierda. ¿Por qué se confunde la defensa de la causa palestina con la justificación del terrorismo? Matar no debe ser justificado de ninguna manera. Mi estimado Galeano: ¿hay que estar muerto para merecer el reconocimiento? En Medio Oriente hay un conflicto. Los argumentos a favor y en contra llenan los espacios libres; y mercenarios de la prensa, la radio, la televisión e Internet, ¿qué aportan a la verdad? ¿Qué aportan a la Justicia? ¿Qué aportan a la paz? ¿Es éticamente suficiente con ser elocuente e inteligente? ¿No hay nada para decir con respecto al uso perverso de la miseria ajena? ¿La humillación de la pobreza se resuelve haciendo que todos sean pobres? Decir la mitad de la verdad, ¿no es una mentira? Eduardo Galeano es injusto y además banaliza la tragedia: estar vivo no alcanza, es indispensable tener un sentido de la vida y sostenerlo a pesar de la muerte. Lo que abunda es el absurdo, lo que hace falta es el sentido. Para aportar a la justicia, para ayudar a la paz, Eduardo Galeano debería ser más leal a la verdad que a la ideología.

domingo, 25 de enero de 2009

CRIMENES DE GUERRA Y LA CORTE PENAL INTERNACIONAL


Por Santiago O’Donnell. PAGINA 12. El mundo se puso un poco más peligroso para los criminales de guerra del primer mundo. Las torturas y los secuestros del gobierno de George W. Bush y los bombardeos de civiles palestinos por parte del ejército israelí seguramente no recibirán el castigo que se merecen, pero al menos sus principales responsables tendrán que pensarlo dos veces antes de salir de sus países.

Según Newsweek, el mes pasado una Corte Federal de Nueva York aceptó un caso contra un ministro de Justicia de Bush, John Ashcroft, presentado por un ciudadano canadiense que fue llevado por la CIA a Siria, donde fue torturado. También el mes pasado la Corte Suprema estadounidense aceptó una causa por abusos de prisioneros de Guantánamo contra el ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld. Esa denuncia se apoya en un duro documento firmado por una comisión bipartidista del Senado, que señala a Rumsfeld como “la causa directa” de las vejaciones en la cárcel que el jueves ordenó cerrar Obama.

El gobierno de Bush insiste en negar haber torturado prisioneros y responsabiliza por los eventuales “excesos” cometidos a los perejiles pescados infraganti. Pero es el mismo gobierno que ordenó a sus interrogadores reinterpretar los límites que la Convención de Ginebra impone al trato de prisioneros, orden que Obama revirtió en su segundo día como presidente. Al anular esa orden, Obama proclamó “Estados Unidos ya no torturará”, con lo que admitió implícitamente que lo hacía.

El caso israelí también va sumando adeptos. La semana pasada la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas abrió una investigación sobre la posible comisión de crímenes de guerra en el ataque contra un centro de refugiados y depósito de alimentos durante la invasión de la Franja de Gaza. Por su parte, el Premio Nobel de la Paz Desmond Tutu llamó a crear un tribunal internacional para juzgar crímenes de guerra en Medio Oriente, similar a los que juzgan violaciones a los derechos humanos en Ruanda o la ex Yugoslavia. Médicos de la franja denuncian haber tratado quemaduras de fósforo blanco, un material bélico de uso prohibido. Esta semana la canciller israelí estuvo a punto de cancelar un viaje a Bruselas porque un diario israelí informó, erróneamente, que sería arrestada ni bien pisara suelo belga, donde todavía rige una orden de captura contra el ex premier Ariel Sharon por presuntos crímenes de guerra contra la población palestina.

El gobierno israelí responsabiliza a Hamas por las muertes de los civiles y asegura que militares de ese movimiento se escondían en refugios y ambulancias y disparaban desde allí, denuncias que han acompañado con videos que mostrarían algunos casos en que ello sucedió. También aseguran que Hamas exageró por mucho la cantidad de muertos civiles durante la invasión. Pero el accionar de las fuerzas israelíes fue denunciado por todas las organizaciones humanitarias que trabajan en la franja y las fotos de los niños muertos en bombardeos dieron la vuelta al mundo. Y es difícil negar que ante la censurable actitud de Hamas de lanzar cohetes que alteran la vida de ciudadanos israelíes en la frontera con la franja, y ocasionalmente lastiman, y muy de vez en cuando matan a esos ciudadanos, el gobierno israelí respondió con una masacre de civiles y la destrucción total de la infraestructura urbana del territorio palestino, que ya venía sufriendo una crisis humanitaria causada por un férreo bloqueo impuesto por Israel.

Hasta ahora los grandes criminales de guerra del primer mundo tuvieron vía libre, porque en sus países las acusaciones, cuando las hubo, siempre recayeron en agentes de bajo nivel. Por ejemplo, algunos soldados y contratistas privados fueron condenados en cortes estadounidenses por crímenes contra civiles en Irak. Pero nunca fue juzgado ni siquiera un agente raso de la CIA, o algún militar con responsabilidad de mando por encima de una patrulla o pelotón.

Según el principio de justicia universal, un criminal de guerra puede ser juzgado en otro país si su país de origen no muestra voluntad de someterlo a un juicio imparcial. Bajo ese principio, un juez español, Baltasar Garzón, pidió y obtuvo la captura de Pinochet en Gran Bretaña. En el pasado hubo intentos de someter a funcionarios norteamericanos a la justicia de terceros países. El más conocido es el caso de Kissinger, por su apoyo al Plan Cóndor, de las dictaduras del cono sur. Pero tanto en ése como en otros similares, el gobierno estadounidense presionó a los países que habían abierto causas para que abandonen sus intenciones.

Lo mismo pasaba en las cortes estadounidenses, donde en varios casos el gobierno solicitó y obtuvo la anulación de causas al invocar cuestiones de seguridad nacional. Por ejemplo, en el caso de la complicidad de empresarios estadounidenses con los paramilitares responsables de matanzas en Colombia. Pero el avance de la justicia universal de a poco va cambiando el escenario.

“Por un lado está la responsabilidad del Estado en asumir la comisión de crímenes de guerra y reparar a los damnificados. Para que eso suceda, el gobierno de Obama o el futuro gobierno israelí deben reconocer que el Estado cometió crímenes y es difícil que eso suceda. Por otro lado está la responsabilidad individual, que en el caso de la justicia universal corre por el lado de la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya”, explica Andrea Vlahusic, profesora de derecho internacional de la UBA, ante una consulta del cronista.

El tema con la CPI es así: La Haya nunca juzgó un crimen de Estado de un país del primer mundo. Por ejemplo, el tribunal para la ex Yugoslavia no investigó el uso de bombas racimo por parte de la OTAN. Además, ni Estados Unidos, ni Israel, ni Irak, ni Afganistán son firmantes del Tratado de Roma y por lo tanto no aceptan la competencia del tribunal.

“Pero el Estado puede aceptar que un individuo sea juzgado en la CPI por un caso particular, por más que no sea firmante del tratado de Roma”, aclara Vlahusic. Si ese país se niega a entregar al acusado, la CPI puede recurrir al consejo de Seguridad.

“Para que un caso llegue a la CPI, la víctima debe ser de un país que firmó el Tratado de Roma o el crimen tuvo que ocurrir en un país firmante. Si no se dan esas condiciones, el caso sólo se puede abrir por resolución del consejo de Seguridad de la ONU. Es lo que ocurrió en Sudán, que no es parte del estatuto. El caso de Israel es similar”, explica la profesora. O sea, basta que alguien presente la denuncia y que los aliados de Israel en el consejo se abstengan, para que los presuntos crímenes sean investigados.

“El criterio de la justicia universal se aplica. Si Garzón quisiera aplicar el mismo criterio con Bush que usó con Pinochet, podría hacerlo. Las condiciones jurídicas están dadas. La cosa es la voluntad política”, asegura la experta.

¿Y cuál es la voluntad política de Obama? Si algo dejó en claro en estos días es que no piensa encubrir ni disimular los chanchullos de su antecesor. De ahí a permitir que lo metan preso hay una gran distancia, y no es realista imaginar que eso sucederá. Pero sí es dable pensar que suspenderá los “briefs” del Departamento de Justicia pidiendo a jueces norteamericanos el cierre de causas por el bien de la seguridad nacional. También es probable que no proteja a funcionarios de Bush acusados en terceros países, si es que de veras quiere reconciliar a Estados Unidos con el mundo, tal como profesa.

“Estas cosas avanzan de a poco, pero avanzan. No me sorprendería que caiga preso algún funcionario medio, me encantaría que fuera Bush, pero no lo veo como algo realista”, redondea la profesora.

De no mediar sorpresas, lo más probable es que en el corto plazo el castigo se limite a que Rumsfeld, Cheney, Ashcroft, Gonzales, Livni, Olmert y compañía tengan que elegir con mucho cuidado su próximo lugar de vacaciones. Pero así empezaron las complicaciones para los dictadores latinoamericanos, y algunos terminaron en el calabozo. Ahora la justicia universal llegó hasta la puerta del poder real y Obama tiene la llave. Si no la usa como prometió, tarde o temprano alguien va a derribar esa puerta a las patadas.


Israel se prepara en caso de demandas


Bethany Bell. BBC, Jerusalén, Israel y Palestina. Diversos grupos de defensa de los derechos humanos han pedido que se investigue si Israel cometió crímenes de guerra. El gobierno de Israel dice que está tomando medidas para proteger a su ejército de cualquier demanda legal que pueda presentarse como resultado de su reciente operación militar en la Franja de Gaza.

La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNWRA por sus siglas en inglés) y diversos grupos de defensa de los derechos humanos han pedido que se investigue si Israel cometió crímenes de guerra. El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, dijo que el gobierno apoyará a sus soldados.

Hablando en una reunión de su gabinete, Olmert señaló que el ministro de Justicia ofrecerá protección legal contra cualquier acción que se pueda presentar.

Una serie de propuestas adoptadas por el gobierno aseguran que el ejército actuó de conformidad al derecho internacional e hizo todo lo posible para evitar lastimar a civiles.

¿Fósforo blanco?

Durante la ofensiva, cohetes israelíes impactaron contra escuelas de la ONU en las que palestinos habían encontrado refugio. También se ha cuestionado el posible uso por parte de Israel de fósforo blanco. El arma, que se utiliza como cortina de humo y causa quemaduras, se puede usar legalmente en un campo de batalla abierto. Pero ha habido alegaciones que fue utilizado en áreas urbanas.

Durante la operación israelí, que comenzó el 27 de diciembre y duró tres semanas, al menos 1.300 palestinos murieron, muchos de ellos civiles, según fuentes médicas palestinas.

Un total de 13 israelíes -entre ellos tres civiles- perdieron la vida en ese período, de acuerdo al ejército israelí.

El conflicto en cifras

Palestinos entre las ruinas de casas destruidas por el ejército israelí durante la ofensiva

Muertos palestinos: más de 1.300. Muertos israelíes: 13. Más de 4.000 inmuebles destruidos en Gaza. 50.000 palestinos sin vivienda y 400.000 sin agua potable.