sábado, 14 de febrero de 2009

RATZINGER Y LA NEGACION DEL HOLOCAUSTO


Foto: Hoy son rehabilitados jerarcas de la iglesia católica que niegan el Holocausto, y desde otras esferas, vemos que también, aún con pruebas documentales y testimoniales vívidas, con masacres televisadas en tiempo real, existen visiones que niegan los muy actuales y cotidianos genocidios perpetrados, por ejemplo sobre la nación palestina por parte del ejército y gobierno israelí. El Holocausto, la Shoá, fue perpetrado con la anuencia y consenso de la inmensa mayoría de la población alemana que colaboró y mucho, y hoy el genocidio del ejército y gobierno israelí impone una presión insostenible sobre el pueblo palestino, con altísima aceptación de la población israelí al punto de que en las últimas elecciones triunfaron los generales de la invasión, el plomo fundido, y la respuesta desproporcionada. La aceptación social de una sociedad, la alemana de ayer, y la israelí de hoy, no exculpa a quienes cometen crímenes de guerra o graves violaciones a los derechos humanos, y como agravante sobre las poblaciones civiles.

Comparto este material, como resumen de una centena de artículos que abordan el tema del proceso de rápida y nueva derechización de la jerarquía católica de la mano del papa alemán, cuestionado saludablemente desde la sociedad y el estado de donde es originario. Alemania como estado y como nación, no tiene espacio para el olvido, como tampoco tiene, con dos o tres escasas excepciones, referentes civiles que hayan resistido visiblemente al nazismo, debido al alto grado de consenso, acatamiento y colaboracionismo de su sociedad con el nacionalsocialismo.

De allí es que la vergüenza y la culpa eternas se han elevado a la categoría de políticas de estado en la actual Alemania reunificada, en búsqueda de la utópica reparación a través de la memoria y la acción en su más alta representatividad con medidas de no repetición y rechazo a toda forma de discriminación, totalitarismo, racismo y xenofobia. Puesto que a pesar de todas las medidas asumidas, siempre existirá la sospecha y el temor de que como allí surgió una de las combinaciones más letales contra la humanidad, la misma combinación de ultraderecha, nacionalismo, militarismo, verticalismo, mesianismo, racismo y expansionismo, pueda nuevamente coagular y tener expresión política activa e incluso en algún momento retomar el poder.

Por ello, es allí, en el estado y la sociedad alemanas donde surgen las principales y más fuertes críticas a las medidas del papa alemán rehabilitando a obispos cismáticos, ultraderechistas, negacionistas del holocausto y rebeldes en la aplicación de los alcances del Concilio Vaticano II.

Dicho Concilio se llevó con la memoria fresca sobre la ofensa a la especie humana que significó el Holocausto, la Shoá, a la vez que un esfuerzo por adecuarse a las demandas de la posguerra e ingresar a la Iglesia Católica al siglo XX. Hoy ya bien ingresados al siglo XXI, con la peor crisis en cien años producida por sus propios aliados estratégicos, con el retorno del multilateralismo político, económico y cultural, sin ejes del mal a quien combatir con la cruz y con la espada, más allá de los demonios que cada quien a creado para destruirse a si mismos, y con la necesidad global de elevar la lucha por los derechos humanos a escala planetaria, Ratzinger, comete un error fundamental, que puede costarle hasta su papado, y aunque asumida concientemente como lo demuestran sus acciones previas y posteriores, lo convierte a los ojos de su propia nación alemana, a los ojos de la feligresía católica progresista, a los ojos mundiales, en un retrógrado fuera de época.

Sin más, al igual que las retrógradas actuales autoridades israelíes por más que sean electas por el 98 por ciento de su población, cada vez más con fuerte inclinación ultraderechista, que sin miramientos han sometido y siguen sometiendo al pueblo palestino a un cotidiano y sistemático genocidio, que jamás podrá será olvidado, jamás podrá ser negado, jamás podrá ser minimizado, jamás podrá ser manipulado, porque no hay razón que explique ni perdone ni olvide ni tergiverse la sinrazón.

Tiene actualidad la negación de una catástrofe acontecida hace más de 70 años? Tiene. Tiene actualidad la negación de los cientos de catástrofes humanitarias que se suceden día a día frente a la internet o frente a los televisores a escala planetaria? Tiene. Tiene sentido alertar en forma permanente que la negación del Holocausto, Shoá, responde a la misma escuela filosófica y antihumanista que la negación del genocidio del pueblo ruandés, iraquí, afgano, colombiano, armenio o palestino, la negación del genocidio de las comunidades indígenas y originarias americanas, la negación y por tanto la aceptación del terrorismo de estado y los escuadrones de la muerte en toda Latinoamérica? Tiene. Hoy y siempre.

Federico Tatter.

EL PAPA ALEMÁN

Por Osvaldo Bayer. Desde Bonn, Alemania. PAGINA 12. ARGENTINA. El horno se ha recalentado. La Iglesia Católica alemana está entre desolada y furiosa. Justamente un Papa alemán cometió el gravísimo error –o no error desde su punto de vista anterior a los hechos– de haber levantado la excomunión a cuatro sacerdotes del sector de Lefebvre, uno de ellos –nada menos– había negado la existencia del Holocausto nazi contra los judíos. Fue el obispo británico Williamson, quien sostuvo que “no fueron seis millones los judíos muertos por los nazis sino entre 200 mil y 300 mil”, y negó la existencia de cámaras de gas en los campos de concentración nazis, como Auschwitz, por ejemplo. Todo esto ocurrió hace más de dos semanas, pero la discusión –en especial en Alemania– no amaina sino que adquiere cada vez más fuerza, con la reacción de cientos de feligreses que renuncian a seguir perteneciendo a la Iglesia Católica, y declaraciones de obispos, curas, teólogos y decanos que censuran abiertamente al papa Ratzinger. Sí, en Alemania, cuyo pueblo llevará siempre la carga del genocidio hitlerista.

Quiere decir que, salvo algunas minorías, la mayor parte de la población alemana aprendió la lección. El propio jefe de redacción de Radio Vaticano, Eberhard von Gemmingen, se adelantó a decirlo en una conferencia de prensa: “El Vaticano ha cometido un error... lo califico como un error. Se han originado con ello muchos daños, ahora hay que repararlos”... Ha comenzado una corriente de fieles que abandonan la Iglesia; ahora tienen los obispos que salir y decir lo que ya algunos obispos han señalado: que la Iglesia de hoy sigue sosteniendo el II Concilio Vaticano. También tiene que ratificarlo el Papa. Ellos tienen que consolar a los fieles, tienen que decir que la Hermandad Pío XII, conservadora de derecha, no va a ser jamás aceptada en la Iglesia. No hay que hacer como si esto no fuera importante. Sin ninguna duda, las relaciones entre el Vaticano y los obispos alemanes se han enfriado.

Es que en Alemania hay un fuerte movimiento para una renovación de la Iglesia y para que no se cometan los errores del pasado. Se nota en la reacción de muchos obispos que salieron a criticar abiertamente la decisión del Papa. Por ejemplo, el obispo Gerhard Müller-Ludwig, de Regensburgo, prohibió la entrada a Williamson en todas las iglesias y organizaciones católicas de su obispado. La Conferencia de Obispos Alemanes resolvió tratar el tema de Williamson en la reunión de marzo. El presidente de esa Conferencia, el obispo Zollitsch, señaló en un comunicado que “en la Iglesia Católica alemana jamás habrá lugar para quien niegue el Holocausto”. Y se deslizó en muchos sacerdotes la pregunta: ¿por qué el Papa le abre la puerta a la Hermandad Pío XII de extrema derecha, y no a los sacerdotes del tercer mundo? ¿Por qué no se revisan las penas a los dos teólogos, Eugen Drewermann y Hans Küng, que promovían un cambio hacia una nueva sociedad sin diferencias sociales?

Justo a Hans Küng –el más sabio de los teólogos vivientes, sin ninguna duda– lo fueron a buscar los periodistas en esos días de fiebre por saber quién podía tener razón. Le preguntaron si el Pontífice había querido demostrar un cambio de rumbo hacia la derecha explícita. A lo que respondió el teólogo alemán: “El papa Benedicto ha tomado, desgraciadamente, un curso cada vez más a la derecha. Justo da por terminada la excomunión a los sacerdotes que niegan los resultados del II Concilio Vaticano, cuando se va a cumplir medio siglo de ese acontecimiento vital. Eso lo demuestra todo. Poco a poco, el Papa actual se ha puesto en marcha para terminar con los logros progresistas de ese Concilio, por ejemplo con el retorno de la antigua misa en latín, con la reimplantación del pedido a Dios de la conversión de los judíos y ahora justo con el levantamiento de las penas contra los enemigos de ese Concilio que trajo tanto progreso a la Iglesia. Este Papa tuvo la oportunidad –como prefecto de la Congregación de la Fe, que trata de todos los procedimientos inquisitoriales– de aprovechar para avanzar, y no para volver al viejo rostro de la Iglesia. El lleva a cabo un profundo conservadorismo, que él mismo había superado –sólo por breve tiempo– en los años ’60. Fue cuando, después de haber estado en la Universidad de Tübingen, donde trabajamos juntos y donde durante tres años se respiró un aire fresco renovador, volvió a lo de antes. Volvió a un rumbo absolutamente reaccionario, que siguió teniendo cuando fue cardenal en Munich y ahora como Papa, para gran daño de toda la Iglesia Católica. Desde entonces él votó por todos los documentos reaccionarios de Juan Pablo II, por ejemplo, dentro de la enseñanza ‘sagrada’ de que nuestro bondadoso Dios no desea a ninguna mujer como sacerdote. O la medida que ha tomado contra los teólogos de la liberación, Jon Sobrino, de El Salvador, y el padre jesuita norteamericano Roger Haigh, a quienes les ha prohibido la enseñanza y la publicación de sus escritos. En el pasado abril, el papa Benedicto festejó su cumpleaños 81 en compañía de George W. Bush. Sería bueno ahora que tomara alguna de las ideas de cambio del sucesor de Bush, Obama. La Iglesia Católica necesita avanzar y no retroceder”.

Hasta ahí, el teólogo Hans Küng. Por otra parte, las universidades católicas de Münster, Friburgo y Tübingen criticaron abiertamente la decisión del Papa, y veintitrés profesores de ellas firmaron un documento donde censuran el acercamiento del Papa con la derechista cofradía Pío XII. Entre ellos, el profesor Johann Merz, colega del actual Papa cuando éste enseñó Dogmática en esa universidad. Merz es un abierto defensor de la Teología de la Liberación.

El diario de Bonn señala en su editorial que “pocas veces se han cometido tantos daños como con la resolución del Papa. El quiso unir y logró la división. En el futuro, el Papa debe buscar mejores consejeros”. Y, por primera vez, un miembro del gobierno alemán criticó en público al Papa, como lo hizo la primera ministra Angela Merkel.

Los medios alemanes dieron un gran espacio a reportajes a obispos, sacerdotes y creyentes. Casi todos los interrogados señalaban que estaban “sorprendidos de que Roma se preocupara tanto por los derechistas y nada acerca de la Teología de la Liberación”. Otros, decepcionados, contestaron: “Esta no es la Iglesia que yo he amado tanto”. El obispo de Rottenburg-Stuttgart señaló: “La unidad de la Iglesia es un bien muy valioso, y servir a ella es el deber del Papa y de sus obispos. Pero esa unidad jamás se logrará negando los avances obtenidos en el II Concilio Vaticano”. Justo ese día, el papa Ratzinger nombraba a un sacerdote austríaco ultraconservador como obispo adjunto de Linz. Pareció una respuesta dura a tanta crítica, demostrando quién es el que tiene el máximo poder. Es decir, en resumen, ni el anuncio de ayer de que Ratzinger va a visitar Israel puede borrar su mal paso de los últimos días. Es que el Papa alemán se comportó como un elefante en una tienda de porcelanas.

Toda esta discusión, de la cual podríamos llenar páginas enteras, se produjo en medio de la otra gran polémica mundial, el ataque de Israel a los palestinos. ¿Por qué –y aquí se hizo la pregunta– el Papa toma la decisión de lavar de pecados a un negador del Holocausto justo en ese período? Hay muchas respuestas, pero la búsqueda de razones y motivos nos harían caer en interpretaciones que no podrían ajustarse a la realidad. Fue así. El Papa alemán ha perdido mucho prestigio, principalmente aquí, en su país, Alemania. Es que no se puede jugar con la ética. Antes de tomar esa decisión, Ratzinger tendría que haberse informado profundamente –si no lo estaba– de que ya no es posible tomar decisiones sin analizar que el mundo, pese a la actualidad cargada de nubarrones, va avanzando de a poco, pero avanza. Ni los crímenes de la Inquisición son ya posibles hoy, ni tampoco la palabra de “Dios” es indiscutible.

Pero, claro, siempre se presenta en la vida diaria el cinismo. En especial el cinismo de ciertos políticos para que todo cambie, pero nada se transforme. Como corolario a la interminable discusión de la campaña de plomo absolutamente desproporcionada de Israel contra Palestina, pondremos a un oportunista ejemplar, el primer ministro turco Erdogan, quien en el encuentro de Davos le gritó al presidente israelí Shimon Peres estas palabras: “Usted entiende mucho de matar, como cuando mata a los niños palestinos en las playas”, y se retiró. Y por eso fue recibido por miles de turcos en Ankara con el título de “Héroe de Turquía” y “Ahora sí lo entendemos a Hitler”. Erdogan, nada menos, cuando Turquía nunca reconoció el genocidio cometido contra el pueblo armenio. Además guarda silencio ante el crimen del periodista Hrant Dink, de enero de 2007, que investigaba a fondo ese genocidio. Hrant Dink había sido amenazado por nacionalistas turcos, pero con valentía enfrentó todos los peligros, hasta que fue asesinado. Los armenios titularon así este asesinato: “Hrant Dink, la víctima 1.500.001 del genocidio”. Ya Dink había sido condenado a seis meses de prisión por la Justicia turca por sus investigaciones. Luego de ese aviso, su asesinato. Y en octubre pasado, el hijo de Hrant Dink fue condenado a un año de cárcel por insultos a la “entidad turca”.

Erdogan califica a otros de “sabios en matar”. No sólo eso sino que habla de niños muertos, pero basta leer las condenas a niños kurdos, que acompañaron a las protestas de las minorías kurdas en Turquía cuando Erdogan visitó esas regiones. Seis niños de entre 13 y 14 años fueron condenados a veinte años de prisión por los jueces turcos. Realidades de nuestra humanidad.

¿Y las iglesias qué hacen? ¿Por qué no se unen con el solo objeto de terminar con la muerte y al hambre? ¿O es más importante el tema de si las misas hay que darlas en latín, o que a las mujeres hay que prohibirles que puedan ser sacerdotes, que defender la vida?

jueves, 12 de febrero de 2009

LA PERVERSA ESTRATEGIA DE NEGAR EL HOLOCAUSTO


Foto: Liberación de los prisioneros del campo de concentración de Dachau, Alemania, a escasa distancia de la ciudad de Munich. Tras el triunfo de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial, multitud de judíos, gitanos, comunistas y luchadores por la libertad fueron rescatados de los campos de exterminio donde habían sido recluidos por los nazis. En el caso de Dachau, situado en plena zona suburbana y rodeada de población civil alemana, la liberación correspondió a las fuerzas armadas estadounidenses.


POR LA PRESERVACION DE LA MEMORIA HISTORICA COMO HERRAMIENTA DE REFLEXION Y CAMBIO CULTURAL

Comparto este material de opinión del Juez argentino, Daniel Rafecas, por gran distancia el magistrado más comprometido filosóficamente con la histórica lucha por la protección y promoción a los derechos humanos integrales en su país, desde la reparación, la investigación, la judicialización y la memoria permanente como herramientas válidas de transformación de la realidad social, educativa y cultural de la actualidad democrática de nuestras imperfectas sociedades inmersas en una eterna transición con pesado lastre conservador, negador, minimizador y fragmentador de la comunidad como un todo con historia y un asola línea de continuidad.

Las derechas que sobreviven en los espacios democratizados, y el Paraguay no es una excepción sino más bien uno de los exponentes más vívidos, expresan que el olvido es la mejor forma de avanzar hacia un futuro de reconquista de valores perdidos como el perdón cristiano y la reconciliación entre víctimas y victimarios, y así enviar para atrás un pasado doloroso de enfrentamiento estéril entre nacionales por intereses foráneos a nuestro tradicional forma de sentir y abrazar las grandes causas nacionales. Dar vuelta la página de la historia y encarar los desafíos del siglo veintiuno, piden. Edulcoradas palabras, que esconden perversos deseos de impunidad para victimarios y su sistema, que finalmente termina en la continuidad en otro escenario del mismo sistema. Por tanto, nada más conservador y retardatario que el olvido, y el aparentemente ecléctico enfoque de mirar hacia un adelante, sin historia, sin memoria, hacia nuevos desafíos que jamás podrán ser abordados con ojos del siglo veintiuno, sin abordar como política de estado los derechos humanos en forma integral, con historia, con memoria, con juicio jurídico, histórico y social a sus perpetradores y su sistema, y el enfoque más integrador posible de los derechos humanos como eje de una gestión democrática y democratizadora en un país y una sociedad como la paraguaya que durante casi toda su historia hizo caso omiso de ellos, y en diferentes grados y matices violó derechos en forma periódica, sistemática desde los más visibles conocidos como los fundamentales, hasta los más invisibles, hoy clasificados como DESC, económicos, sociales, culturales, y que deben ser observados a todos, sin segmentación, sin fragmentación, sin limitación, sin discontinuidad, ni discriminación, y a su vez en forma positiva, con simultaneidad, con integralidad, y con transversalidad.

Pretendiendo olvidar el pasado, precisamente por considerarlo como “pasado reciente”, nos estamos autolimitando como sociedad a una eterna repetición de acciones en forma circular. Cuando que la superación y la transformación radical de nuestra sociedad, podrá ser una realidad cuando afrontemos el futuro con la madurez necesaria de quien conoce efectivamente los errores del pasado, e internaliza todos los anticuerpos que la lucha y la resistencia civil han creado al mismo tiempo que escribía sus mejores páginas.

Así como el olvido, la negación nos condena a mantenernos en un pasado de connivencia con el terror. La justicia, la verdad y la memoria, como componentes indivisibles de la lucha inteligente por los derechos humanos integrales de la nación paraguaya, nos permitirán avanzar con corresponsabilidad y “conocimiento de causa” en la construcción efectiva de un estado derecho democrático, plural e integrador de todas las identidades y diversidades con peso específico e historia propia construida y asumida. Nadie afuera y negados/as. Todos/as adentro y reconocidos/as. Vale para las visiones simplistas, fragmentarias, minimizadoras y hasta negacioniostas de la realidad de los derechos humanos en el Paraguay del pasado dictatorial, de la transición y del presente, y vale para quienes quieren utilizar la estrategia de la negación para perpetuar la impunidad ante las violaciones a todos los derechos humanos del pasado, del presente y del futuro. Vale para quienes niegan la dictadura de Stroessner. Vale para quienes siguen hablando de la paz y el progreso de su época. Vale para quienes sólo hablan del precio de la paz y las ventanas abiertas. Vale para quienes niegan el genocidio indígena paraguayo. Vale para quienes niegan el ecocidio actual del Paraguay. Vale para hacerle acordar con la historia a los negadores de ayer, hoy y siempre.

Federico Tatter.

LA PERVERSA ESTRATEGIA DE NEGAR EL HOLOCAUSTO

“Está claro que el progreso de la humanidad, el evitar que Auschwitz se repita, sólo podrá lograrse preservando la memoria de lo acontecido. Extrayendo las enseñanzas del pasado. Honrando a las víctimas. Todo ello, el exacto opuesto de los discursos negacionistas.”

Daniel Rafecas. JUEZ FEDERAL, CONSEJERO ACADEMICO DEL MUSEO DE LA SHOA, BUENOS AIRES. CLARIN, ARGENTINA. 12.02.2009. El nazismo usó ocultamiento e impunidad para perpetrar su masacre e intentar borrarla. La humanidad retrocede hasta la peor escala moral si admite los discursos negacionistas. La planificación de un genocidio por parte de sus perpetradores siempre conlleva dos aspectos bien definidos: por un lado, la destrucción física del grupo humano elegido como enemigo; por el otro, la estrategia de absoluta impunidad que habrá de imponerse a continuación, no sólo para sortear cualquier tipo de enjuiciamiento criminal, sino también para perpetuar los efectos del exterminio en la cultura imperante.

Es por eso que un genocidio no sólo persigue el exterminio de hombres, mujeres y niños en un momento determinado; su erradicación procura la desaparición de la minoría perseguida de una vez y para siempre: borrarlos de la faz de la tierra, como si nunca hubiesen existido. Así, la existencia de la minoría perseguida y destruida, en la cultura impuesta por los genocidas, pasa a ser, en las décadas siguientes, un mito, un rumor. Se procura erradicar no sólo su existencia, también su historia, su cultura, sus raíces. Es que si aquel pueblo jamás existió, entonces tampoco tuvo lugar su criminal desaparición.

La empresa genocida más acabada y bestial, emprendida a partir del empleo de los artefactos modernos más sofisticados, fue la que llevaron a cabo los nazis respecto del pueblo judío, durante la segunda guerra mundial el siglo pasado. En tal sentido, Hitler y sus huestes no lograron el objetivo en forma definitiva, pero sus planes tuvieron un significativo avance entre 1941 y 1945: de los once millones de judíos europeos cuyo exterminio habían procurado, más de la mitad fueron asesinados, entre ellos un millón y medio de niños.

Pero los nazis no sólo se ocuparon del aspecto material del genocidio judío, también dedicaron ingentes esfuerzos al día después a que el exterminio hubiera llegado a su fin, a que el último judío europeo hubiera sido gaseado. Heinrich Himmler lo dijo a sus oficiales en 1943: se trataba de una historia de la que nunca se habló ni se hablaría en el futuro.

La perversa estrategia de ocultamiento e impunidad les fue frecuentemente transmitida a los cautivos judíos por los perpetradores; es muy frecuente leer en las crónicas y biografías de sobrevivientes de la Shoá las soberbias y desafiantes arengas de los captores: nadie quedaría entre las víctimas para contar lo que pasó, y aun cuando alguien escapara al exterminio ¿quién le iba a creer a un pobre judío, privado de familia, amistades y comunidad, frente a la "verdad" monolítica del nazismo victorioso? Claro que la derrota a manos de los aliados impidió que esta estrategia pudiera hacerse realidad.

Sin embargo, aun con la Alemania de Hitler devastada y convertida en una pesadilla del pasado, retazos de aquel mecanismo de cerrojo a la verdad histórica siguieron en pie, pues no todos los vencidos quisieron rendirse ante la evidencia de que habían formado parte del crimen más espantoso que el hombre moderno haya visto.

Ese mismo mecanismo de defensa ha sido empleado, en las décadas siguientes y hasta nuestros días, por aquellos que miran con nostalgia el estado de cosas establecido por los nazis y otros movimientos fascistas en la Europa de entreguerras. Claro que para asumirse partidario del neonazismo hay que defender sin vacilar las consecuencias a las que condujo el discurso del odio racial: la matanza planificada de millones de inocentes, por el solo hecho de habérsele atribuido, de un modo cruel y arbitrario, ciertas condiciones que los identificaban como miembros de una raza enemiga, o inferior.

Como los neonazis saben perfectamente que Babi Yar, Ponary, Treblinka o Auschwitz son palabras que producen un efecto demoledor frente a sus balbuceos ideológicos, el único modo que les queda de intentar defender sus trasnochados postulados es negando la existencia de aquellos episodios. Es aquí donde aparece la funcionalidad del negacionismo. Es que el Holocausto constituye una barrera moral absolutamente infranqueable para quienes hoy en día pretenden detentar la ideología que precisamente condujo a aquella catástrofe. El único modo de superar este formidable obstáculo es poniendo en duda que lo que pasó haya tenido lugar efectivamente.

Pero este ensayo discursivo es imposible de sostener seriamente. Estamos hablando del episodio histórico más documentado de la historia reciente. Y para colmo, en la actualidad, disponemos de casi todas las evidencias a un click a través de Internet.A quienes no se conformen con ello, y además de "documentarse", quieran ver con sus propios ojos los vestigios del horror, no hace falta que recorran las barracas del campo de exterminio de Birkenau, con su sordidez y su carga de muerte; ni que se introduzcan en las cámaras de gas de Majdanek, para ver el aterrador tono azulado adquirido por paredes y techos debido al empleo incesante de los cristales de cianuro de hidrógeno. Basta con una visita al cementerio judío de Varsovia. Un predio vastísimo, doscientas cincuenta mil tumbas, en un estado de abandono absoluto, como si el tiempo se hubiese detenido allí por 1943. Desde aquel entonces, aquellas miles de tumbas quedaron sin nadie que las visite. Como dice Tzvetan Todorov, el exterminio de los judíos tuvo ese efecto suplementario: el de dar muerte por segunda vez a los muertos anteriores, los del siglo XIX; desde ese momento no había ya más memoria que pudieran habitar.

Está claro que el progreso de la humanidad, el evitar que Auschwitz se repita, sólo podrá lograrse preservando la memoria de lo acontecido. Extrayendo las enseñanzas del pasado. Honrando a las víctimas. Todo ello, el exacto opuesto de los discursos negacionistas.

domingo, 8 de febrero de 2009

EL PODER DETRÁS DEL MEDIO: EL CASO DE ABC COLOR


Foto: De izquierda a derecha, General de Ejército Alfredo Stroessner Matiauda, dictador, Presidente de la República durante 35 años 1954-1989, Presidente Honorario de la ANR partido hegemónico en el poder por 60 años, Humberto Domínguez Dibb, propietario-director del diario Hoy, dirigente deportivo, Presidente de la Liga Paraguaya de Fútbol, Aldo "Acero" Zucolillo Morcarda, empresario, dueño-director del periódico Abc Color desde 1967. Archivo de Periódico E'a.

Miguel Armoa. Arístides Ortiz. Febrero 7, 2009. E’A PERIODICO DIGITAL DE NALISIS. PARAGUAY. Un promedio de 32.000 ejemplares vendidos por día y una imagen periodística creíble son suficientes en Paraguay para construir la agenda de los medios e incidir en la agenda política. Largas campañas informativas contra los adversarios políticos y los que atentan contra los intereses de su propietario, conceden al diario Abc Color la temida frase «cháke Abc». El vínculo que tuvo con el stronismo. Los grandes intereses económicos de su propietario Aldo Zucolillo. Las emblemáticas campañas contra sus adversarios. Esta es la historia de dos palabras que mienten.

Corrían los últimos meses del año 1966, en plena época de consolidación del régimen estronista. En aquel ambiente de «Paz y progreso», un fornido hombre de 37 años, de sangre italiana, estaba en vigorosas gestiones para cumplir su sueño de tener un medio de comunicación. ¿De dónde sacaría la plata para montar el periódico? ¿Cómo haría para obtener el permiso del dictador? ¿Con quiénes formaría el plantel periodístico? Tozudo como siempre, luego obtendría un buen préstamo, además del capital que disponía en ese momento. De la mano del publicista catalán Miguel Geralt Barceló, ideólogo periodístico del diario a quien luego despacharía, accedería a una reunión con Stroessner, quien finalmente le daría el permiso, y las exenciones fiscales del Estado para importar tecnología de punta.

Varios meses después de haber imaginado aquel proyecto, el día esperado había llegado: un 8 de agosto del 67, el primer número del diario Abc Color, con 10 mil ejemplares, con la famosa foto de Lapacho en tapa, circulaba por el país. El invitado especial en la aparición del nuevo medio no podía ser otro: el general de Ejército Don Alfredo Stroessner daba la bienvenida al «Diario joven con fe en la patria».

Es muy probable que Aldo Alberto Zuccolillo Moscarda, hoy con 78 años, ya imaginara en aquel tiempo que 41 años después su medio vendería un promedio de 32 mil ejemplares por día y 945 mil mensual –según el Departamento de Distribución de Abc–; que contaría con el más especializado plantel periodístico integrado por más de 110 profesionales, y con un promedio de 100 páginas a todo color; también que incidiría poderosamente en la formación de la opinión pública y en la agenda política del país. Sobre todo, ya entonces habría imaginado que con un medio influyente, no necesitaría ganar elecciones para ejercer poder.

La línea editorial e informativa

Abc Color desarrolla en la cabeza de sus 32 mil lectores diarios una línea informativa y editorial con dirección clara, gracias a la férrea mano con que su director lo maneja. Desata largas y pertinaces campañas contra objetivos políticos, sociales y económicos, teniendo como auditorio a un país pobre, de escasa cultura de lectura por el elevado analfabetismo raso y funcional, lo que lo convierte en terreno fértil para la manipulación.

Una de sus más largas campañas fue la desatada contra la expropiación de 52 .000 hectáreas de las casi 600.000 que posee la Secta Moon en Puerto Casado, Chaco. El sociólogo y ex senador José Nicolás Morínigo, quien presentó el proyecto de ley de expropiación, lo sabe muy bien. «Observé una forma de presentación de la información totalmente equivocada… esta campaña mediática de Abc estaba vinculada con los intereses del propietario del diario en desarrollar negocios con la Secta Moon, como el gasoducto que vendrá de Bolivia o la futura extracción de petróleo», afirma el sociólogo. La campaña dio sus frutos: casi tres años después de haber sido sancionada por el Congreso, la ley fue derogada. Aquí el valor defendido fue la «sagrada» propiedad privada.

La recuperación de la soberanía sobre la represa Itaipú es sin duda la más simbólica campaña de Abc. Desde los inicios de la construcción de la represa, el diario cuestionó el contenido del tratado firmado con el Brasil. Hoy, a décadas de aquella firma, Abc se embandera con el rol de defensor de los intereses nacionales, ya que fueron comprobadas todas las denuncias contra el injusto tratado que perjudica los intereses del país. Abc: defensor de los «altos» intereses del país.

Estrategia informativa

Campañas como las citadas arriba se enmarcan dentro de una estrategia comunicacional: abordar temas transversales vinculados a intereses y valores nacionales con los que se identifica la sociedad. Detrás de la construcción de identidad del lector con Abc, viene la credibilidad en el medio, la que luego es manipulada con una interpretación sesgada de los hechos y acontecimientos de la realidad, en función a determinados intereses. El lector atento de Abc observará entonces que la libertad de expresión (la amenaza de Chávez con Telesur), la lucha contra la corrupción estatal (El caso saqueo del bnt) y la dictadura (La serie «Contra el olvido») y la defensa de la propiedad privada (la criminalización de las organizaciones campesinas que ocupan tierra), son los ejes temáticos que atraviesan sus páginas diarias y dan sustento a sus largas campañas informativas. Detrás de estas posiciones traducidas en informaciones y editoriales, se agazapan grandes intereses (ver cuadro de empresas de Zuccolillo). Tal como explica el sociólogo Tomas Palau: «Abc es como un paraguas que defiende los intereses de Zuccolillo y de los sectores empresariales del país». Tal como se comprueba en su editorial del 23 de noviembre pasado, titulado: «Un empresariado dividido será presa fácil de la “revolución” izquierdista». Cualquiera diría que leyó a Lenin.

Esta cobertura mediática a los sectores de poder también se ejemplifica bien en el titular de tapa de Abc del pasado 16 de diciembre, cuando afirmaba: «Una masiva respuesta a la protesta de los productores», con los colores de la bandera paraguaya en el vértice izquierdo superior del la tapa, aludiendo al denominado «Tractorazo», la manifestación organizada recientemente por los gremios de sojeros y ganaderos, con el apoyo de varios gremios empresariales. En el editorial de ese mismo día, Abc afirmaba: «La inseguridad y la falta de empleo hartaron a la nación completa». Aquella edición fue una abierta confrontación contra las intenciones del gobierno y de las organizaciones sociales de crear más impuestos a la tierra y a la producción agrícola empresarial. Y su contenido estaba muy lejos de su histórico eslógan publicitario: «La verdad nos hará libres».

Construcción de la agenda mediática

«¿Quién tiene la biblia…?», es la pregunta que se escucha a tempranas horas de la mañana en las redacciones de los medios de comunicación comerciales. Es que aquel que llegue primero a la mesa, tomará presuroso Abc Color y lo devorará, mientras los demás esperan atentos su turno. La frase lo dice todo: los periodistas de los demás medios tienen como principal referente para la cobertura y la recolección de noticias del día a este diario. Así, la cabecera de la tapa de Abc será, muy probablemente, la noticia más perseguida del día. Miguel López, periodista del diario Última Hora, explica este fenómeno de la siguiente forma: «Los jefes de redacción de los medios leen Abc y luego dan los temas que serán buscados en el día. Los periodistas del plantel leen atentos Abc, porque saben que si no trajeron las noticias del día que trajo Abc, serán amonestados».

De esta forma, las informaciones de Abc, al hegemonizar el pensamiento de lo periodistas en general, hace lo propio con la agenda informativa diaria de los demás medios. Pero es un triple efecto: hegemoniza el pensamiento de sus lectores directos, ampliamente mayoritario en el mercado de la prensa escrita con relación a los lectores de los demás diarios, del resto de la denominada «gran prensa», y, finalmente de la llamada opinión pública.

Incidencia en la agenda política

Esta plataforma le da la capacidad de construir, en gran medida, la agenda política país. Así lo admite el senador liberal Alfredo Jaegli, «Abc es el que hace la agenda. Acá los políticos le temen a Abc… Lugo es un producto de Abc».

Capacidad que le permite incidir en las decisiones gubernamentales, en incluso muchas veces condicionar los actos de los políticos: legisladores, jueces, fiscales y ministros y altos funcionarios del Poder Ejecutivo. Así, muchas de las medidas del Estado paraguayo terminan favoreciendo a los intereses del propietario de Abc Color y de los sectores de poder real.

Diego Verón de Astrada, analista de medios del Grupo de Comunicación Tesapeœa, explica esto con lo siguiente: «Abc Color se ha convertido en un factor de poder, en gran medida ante el desprestigio de las instituciones estatales. Este medio logró capitalizar parte de ese vacío de poder y credibilidad durante el caótico proceso de transición». Y agrega: «La sociedad civil pasó de temerle a un Estado autoritario a temerle a un medio de comunicación autoritario. Se creó la consigna de «no te metas con los medios, no te metas con Abc Color».

Los grandes intereses de Zuccolillo. Empresas de la familia: Financiera Atlas S.A. Inmobiliaria del Este. Consultora Atlas. Hotelera Atlas S.A. Silpar (anteriormente La Perseverancia). Imprenta Mercurio. Núcleo S.A (Personal). La Metalúrgica. Mariscal López Shopping. Zusa SACI (empresa dedicada a la ganadería y el rubro de combustibles). Pety S.A. Fuente: Fuente: Los herederos de Stroessner, del periodista Idilio Méndez.

Las resacas de la noche estronista

Stroessner con Humberto Domínguez Dibb y Aldo Zucolillo: empresarios que crecieron con la venia del dictador. Según el senador Alfredo Jaeggli: «Zuccolillo es más bien autoritario… él cree que el gobernante debe ser una especie de mesías.

El es un “estronista” entre comillas, porque el estronista no es aquel que quiere a Stroessner, sino el que quiere su modelo».

Abc Color se inauguró con Alfredo Stroessner. Aldo Zuccolillo dijo entonces en un pasaje del discurso: «Este será un gran diario, al servicio de un gran gobierno». En general, los «historiadores» de la dictadura, tienden a ocultar esta parte de la historia, cuando Aldo Zuccolillo y Abc acompañaban con convicción al gobierno de «Paz y Progreso». Las campañas de Abc «contra el olvido» lo han convertido en baluarte de la democracia.

Elogios editoriales: Las páginas de Abc de aquellos años son elocuentes. Fueron desde elogiar al gobierno, a dictaduras militares vecinas, la represión, hasta defender la «política de derechos humanos» de Stroesner contra las críticas internacionales. En 1977 afirmaba el editorial: «Se ha presenciado, incuestionablemente la etapa más constructiva que haya vivido la república». Mientras en agosto afirmaba: «cada vez son menos los atentados a las libertades personales». Ese mismo mes calificó de «auténtica democracia», al gobierno estronista. En el 79 consentía que la represión era un importante método de lucha contra el comunismo.

Cerca del poder: La familia Zuccolillo era parte del entorno de Stroessner. Su principal vínculo: Conrado Pappalardo, el cuñado, era ceremonial de Estado del dictador. En 1974 el hijo de Antonio «Tuco» Zuccolillo, Hugo Fernando, enlazó con la hija del dictador, María Olivia. Según documentos encontrados en los archivo del terror, Julio César Zuccolillo, el otro hermano, era pyrague. Antonio Zuccolillo fue designado embajador de Stroessner en Londres en 1980.

Impuestos: «Muchachis, hay que empezar a esconder la plata», era una frase utilizada por «Acero» cuando venía un impuesto grande del Estado, según el ex senador liberal Fulvio Celauro. Como celoso empresario, a Zuccolillo le quebrantaban esas obligaciones. Según documenta el periodista Nemesio Barreto, sólo la Ferretería Americana en 1991 tenía una deuda tributaria arrastrada desde la dictadura de casi 500 millones de guaraníes. Complementariamente en un editorial de 1995, Zuccolillo defendía que «las evasiones impositivas (…) no deben confundirse con la corrupción».

El divorcio: Existen varias versiones sobre el divorcio entre Zuccolillo y la dictadura. Para muchos, el componente empresarial es responsable. Para Leandro Prieto Yegros fue debido a que no le dejaron a las empresas constructoras de Zuccolillo formar parte del «proyecto» Itaipú. Por otra parte, una de las grandes investigaciones de Abc de principios de los ochenta, fue sobre la corrupción en la antecesora de Petropar: Repsa. Según el dirigente del Sindicato de Trabajadores de Petropar, Hector Fleitas, «el sueño de Zuccolillo fue siempre quedarse con Petropar, pero le escupieron en el asado». Pues culminada la concesión a la compañía boliviana que administraba Repsa se crearía Petropar.

Alberto Vargas Peña afirma que Zuccolillo simplemente se dio cuenta «que un diario solo crece con la oposición». Cerrado Abc en 1984, Zuccolillo quiso armar una alianza opositora, que encabezaría para desplazar a Stroessner. El denominado «Plan Z» fue un fracaso rotundo.

El pequeño Aldito

El pequeño Aldo siempre fue un testarudo. Cuando Don Antonio Zuccolillo lo regañaba, él golpeaba la cabeza contra la pared para desahogar su rabia. El viejo italiano le advertía entonces, «¡Te vas a romper la cabeza!». El niño le retrucaba, molesto: «¡Nooo, mi cabeza es de acero!».

Este niño se convertiría luego en uno de los más influyentes empresarios del país. Cambiaría aquella dura pared por una empresa periodística para descargar sus descontentos y obtener sus intereses, conservando la cabeza fría de acero para sus arrebatos de poder.

Aldo Alberto Zuccolillo Moscarda, de 78 años, hoy con cuatro bypass en el corazón, es hijo del inmigrante italiano Antonio Zuccolillo Abbondante, quién le heredó una respetable fortuna. Desde muy joven trabajó en las empresas del padre, junto a sus hermanos Antonio y Julio César. Luego el imperio económico se multiplicaría.

El periodista

Desde 1967, año de fundación de Abc Color, Aldo Zuccolillo fue convirtiéndose en el empresario periodístico más importante del país. Esta condición le facilitaría una intachable imagen de «luchador por la justicia, la libertad de expresión y los altos intereses nacionales».

Un retirado sindicalista de la hidroeléctrica Yacyretá, quien destapó hechos de corrupción en la entidad a través de Abc Color durante el gobierno de Nicanor Duarte Frutos, recuerda como se le rompió aquella imagen de Zuccolillo. «Acero» se comprometió a apoyarlo, recuerda. En pleno proceso de denuncias, un día Abc le cerró las puertas, y su caso pasó al archivo. Al reclamarle el hecho a un periodista allegado al director, este le confesó: «el viejo (Zuccolillo) transó». «No podía creer, pero después descubrí que es así como se maneja, el viejo pega, pega, y después transa». Según el sindicalista, entonces José Alberto Alderete, Ministro de Obras Públicas del gobierno de Nicanor había pagado 1 millón de dólares para que Abc saque «informaciones positivas» en sus páginas acerca de su gestión, para limpiar su imagen, pues tenía intenciones de ser el candidato de la anr para el 2008.

El empresario honesto

La imagen de Zuccolillo va asociada a la de empresario exitoso y honesto… La suciedad oculta bajo la alfombra nos muestra otra cara.

El periodista Idilio Méndez afirma en Los herederos de Stroessner (censurada en los medios) que en 1989 Zuccolillo fundó una sociedad con Juan Carlos Wasmosy para la creación de Telsat S.A., empresa de transmisión televisiva por cable. Se sumaría a esta sociedad el hoy prófugo por homicidio Luis Raúl Menocchio (Gusano), quien la dirigiría. La empresa sería después demandada por piratear señales de empresas transnacionales. Para Méndez, Zuccolillo creó cortinas de humo para evitar investigaciones de saqueos perpetrados durante el gobierno de Wasmosy, afirmando «Acero» en una reunión familiar que «la publicación sobre la cuenta secreta de Wasmosy afectaba al entorno familiar», en alusión a Conrado Pappalardo.

La «sagrada» propiedad privada, Lino Oviedo y otras campañas emblemáticas de Abc

«Desalojan y detienen a supuestos sin techos en predio de inmobiliaria» (6/3/08), «Desalojan a sin techos en un operativo en Ciudad del Este» (15/8/08), «Reactivaron las ocupaciones de loteamientos en Ciudad del Este». Estos titulares son tres de las ocho publicaciones del diario Abc aparecidas sólo entre enero y agosto de este año. Todos los inmuebles ocupados por campesinos pertenecen a Inmobiliaria del Este, propiedad de Aldo «Acero» Zuccolillo. Es que el medio debe defender a como dé lugar esta empresa, porque es la «vaca lechera» del emporio económico de la familia.

Este interés inmobiliario es la inmediata razón por la que Abc tiene al problema de la tierra como eje central de su línea editorial e informativa. La sistemática criminalización de campesinos y sus organizaciones obedece a esta ocultada causa.

Según datos encontrados en la web de la empresa, Inmobiliaria del Este cuenta hoy con más de 300 loteamientos propios, 290 urbanizaciones de terceros administradas y más de 6.000.000 m2 en proceso de ser parceladas. Cuenta además con 9.000 parcelas para la venta, equivalente a más de 3.000.000 m2 de tierra.

Como ejemplo de que «Acero» no duda en utilizar toda su artillería en defensa de sus intereses, mencionemos el caso de la construcción de la Franja Costera en Asunción. Abc desató una feroz campaña informativa de más de dos meses para impedir la construcción de las obras durante la intendencia de Enrique Riera. El motivo: el loteamiento de los terrenos urbanos ribereños bajaría drásticamente el precio de las propiedades, lo que habría afectado el negocio inmobiliario de Zuccolillo.

Por extensión de este interés inmobiliario, Abc ataca toda ocupación y defiende a rajatabla los grandes latifundios de terratenientes nacionales y trasnacionales. Esto ocurrió cuando la Organización de Lucha por la Tierra (olt) ocupó mes y medio atrás una de las propiedades del empresario brasiguayo Tranquilino Favero, dueño de cientos de miles de hectáreas. O cuando atacó, durante casi tres años, la ley que expropió 52.000 hectáreas de las 600.000 pertenecientes a la Secta Moon en el Chaco.

Una clásica y frecuente tapa de Abc es la foto en la que se muestra a campesinos con machetes y foisas levantadas ocupando una propiedad rural. En las páginas interiores del diario, los titulares acusan directamente a los ocupantes de «avivados»,» guerrilleros», «traficantes de madera», «traficantes de droga».

Otras campañas: Lino Oviedo, ex-aliado de Zucolillo

La herradura oviedista sellada en Abc: A mediados de 1996, el entonces presidente Wasmosy destituye a Lino Oviedo de la comandancia de la Caballería, y éste se lanza formalmente en busca de la presidencia de la República. A partir de aquí se estampa en las páginas de Abc la herradura oviedista. Por razones misteriosas, fue sellada una larga alianza política Abc-Oviedo traducida en miles y miles de publicaciones diarias en las que Abc, cuantas veces era necesario, manipulaba información para favorecer a su aliado. Esta sociedad lo llevó a enfrentarse a todos los adversarios de Oviedo, incluyendo a otros medios, enfrentamiento que tuvo su punto de mayor tensión en el Marzo Paraguayo del 1999. En los momentos finales de esta confrontación a muerte, Abc se convirtió en un verdadero órgano de propaganda de Oviedo, con un trabajo tan ardoroso que hasta el propio Joseph Goebbels lo hubiera envidiado. Defendió hasta las últimas consecuencias al gobierno oviedista de Raúl Cubas Grau, que terminó cayendo en aquel año. Lejos de amilanarse por este hecho, Zucolillo-Abc siguió defendiendo con la misma fuerza la tesis oviedista. Hasta que un buen día, también misteriosamente, cuatro meses antes de las pasadas elecciones del 20 de abril, dejó la herradura y se puso la sotana de Lugo, la que ahora ya se sacó del cuello.

Cómo desfigurar enemigos: Abc siempre tuvo la línea de tratar como manda la guerra simbólica a sus enemigos de turno. Entre los varios enemigos desfigurados por sus páginas (sindicalistas, campesinos, los Argaña, Hugo Chávez), «Calé» Galaverna es un ícono. Ya durante los primeros años del gobierno de Juan Carlos Wasmosy, comenzó a ser objetivo de denuncias de corrupción, de arreglos políticos, de tráfico de poder, de enriquecimiento ilícito y fortuna malhabida, a través de incontables tapas, primeras páginas, ácidas caricaturas y artículos de opinión. Al punto que la caricatura de «Calé» se convirtió en una imagen popular detestable, casi mórbida.

La guerra sin un solo tiro: A principios de Agosto del 2006, el presidente boliviano Evo Morales había anunciado el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas Bolivianas. En ese marco el gobierno boliviano proyectó el re-equipamiento de bases militares en todo el país, incluyendo la de Puerto Quijarro, sobre el Río Paraguay, en la frontera con Brasil, a unos 200 km de la frontera paraguaya. Abc se hizo eco de esta noticia, y empezó una campaña informativa que duraría de agosto a diciembre de aquel año. El pico de intensidad de la campaña se inicia con una serie de notas firmadas por el entonces sub jefe de redacción del diario, Armando Rivarola, enviado en forma especial a cubrir el proceso político boliviano. «Hipótesis de conflicto con Paraguay es improbable, pero no descabellado», era el título de una de las notas, en un juego semántico de manipulación poco lograda. El canciller nacional dijo que la cancillería «está siguiendo el tema con atención»; el entonces presidente Duarte Frutos concedió una entrevista al medio hablando del tema. El hoy ministro de Educación, Horacio Galeano, especialista en temas militares, en una larga entrevista, dijo que una guerra con «Bolivia no es descartable». Militares, legisladores, analistas políticos y altos funcionarios hablaban a borbotones del tema. La población fue sometida a una campaña de miedo. A mediados de octubre se había instalado una sensación de guerra inminente. El canciller boliviano David Choquehuanca visitó el país y ratificó las intenciones de paz de su país. Para la segunda quincena de diciembre desaparecieron las publicaciones. Y la guerra nunca llegó.

Fuente y cotejo de información reproducida en Tesa Pe’a “Las entre líneas de los medios de comunicación de Paraguay”: http://tesapea.net/

Fuente E’a “Periódico de Análisis” del Paraguay: http://ea.com.py/