domingo, 8 de febrero de 2009

EL PODER DETRÁS DEL MEDIO: EL CASO DE ABC COLOR


Foto: De izquierda a derecha, General de Ejército Alfredo Stroessner Matiauda, dictador, Presidente de la República durante 35 años 1954-1989, Presidente Honorario de la ANR partido hegemónico en el poder por 60 años, Humberto Domínguez Dibb, propietario-director del diario Hoy, dirigente deportivo, Presidente de la Liga Paraguaya de Fútbol, Aldo "Acero" Zucolillo Morcarda, empresario, dueño-director del periódico Abc Color desde 1967. Archivo de Periódico E'a.

Miguel Armoa. Arístides Ortiz. Febrero 7, 2009. E’A PERIODICO DIGITAL DE NALISIS. PARAGUAY. Un promedio de 32.000 ejemplares vendidos por día y una imagen periodística creíble son suficientes en Paraguay para construir la agenda de los medios e incidir en la agenda política. Largas campañas informativas contra los adversarios políticos y los que atentan contra los intereses de su propietario, conceden al diario Abc Color la temida frase «cháke Abc». El vínculo que tuvo con el stronismo. Los grandes intereses económicos de su propietario Aldo Zucolillo. Las emblemáticas campañas contra sus adversarios. Esta es la historia de dos palabras que mienten.

Corrían los últimos meses del año 1966, en plena época de consolidación del régimen estronista. En aquel ambiente de «Paz y progreso», un fornido hombre de 37 años, de sangre italiana, estaba en vigorosas gestiones para cumplir su sueño de tener un medio de comunicación. ¿De dónde sacaría la plata para montar el periódico? ¿Cómo haría para obtener el permiso del dictador? ¿Con quiénes formaría el plantel periodístico? Tozudo como siempre, luego obtendría un buen préstamo, además del capital que disponía en ese momento. De la mano del publicista catalán Miguel Geralt Barceló, ideólogo periodístico del diario a quien luego despacharía, accedería a una reunión con Stroessner, quien finalmente le daría el permiso, y las exenciones fiscales del Estado para importar tecnología de punta.

Varios meses después de haber imaginado aquel proyecto, el día esperado había llegado: un 8 de agosto del 67, el primer número del diario Abc Color, con 10 mil ejemplares, con la famosa foto de Lapacho en tapa, circulaba por el país. El invitado especial en la aparición del nuevo medio no podía ser otro: el general de Ejército Don Alfredo Stroessner daba la bienvenida al «Diario joven con fe en la patria».

Es muy probable que Aldo Alberto Zuccolillo Moscarda, hoy con 78 años, ya imaginara en aquel tiempo que 41 años después su medio vendería un promedio de 32 mil ejemplares por día y 945 mil mensual –según el Departamento de Distribución de Abc–; que contaría con el más especializado plantel periodístico integrado por más de 110 profesionales, y con un promedio de 100 páginas a todo color; también que incidiría poderosamente en la formación de la opinión pública y en la agenda política del país. Sobre todo, ya entonces habría imaginado que con un medio influyente, no necesitaría ganar elecciones para ejercer poder.

La línea editorial e informativa

Abc Color desarrolla en la cabeza de sus 32 mil lectores diarios una línea informativa y editorial con dirección clara, gracias a la férrea mano con que su director lo maneja. Desata largas y pertinaces campañas contra objetivos políticos, sociales y económicos, teniendo como auditorio a un país pobre, de escasa cultura de lectura por el elevado analfabetismo raso y funcional, lo que lo convierte en terreno fértil para la manipulación.

Una de sus más largas campañas fue la desatada contra la expropiación de 52 .000 hectáreas de las casi 600.000 que posee la Secta Moon en Puerto Casado, Chaco. El sociólogo y ex senador José Nicolás Morínigo, quien presentó el proyecto de ley de expropiación, lo sabe muy bien. «Observé una forma de presentación de la información totalmente equivocada… esta campaña mediática de Abc estaba vinculada con los intereses del propietario del diario en desarrollar negocios con la Secta Moon, como el gasoducto que vendrá de Bolivia o la futura extracción de petróleo», afirma el sociólogo. La campaña dio sus frutos: casi tres años después de haber sido sancionada por el Congreso, la ley fue derogada. Aquí el valor defendido fue la «sagrada» propiedad privada.

La recuperación de la soberanía sobre la represa Itaipú es sin duda la más simbólica campaña de Abc. Desde los inicios de la construcción de la represa, el diario cuestionó el contenido del tratado firmado con el Brasil. Hoy, a décadas de aquella firma, Abc se embandera con el rol de defensor de los intereses nacionales, ya que fueron comprobadas todas las denuncias contra el injusto tratado que perjudica los intereses del país. Abc: defensor de los «altos» intereses del país.

Estrategia informativa

Campañas como las citadas arriba se enmarcan dentro de una estrategia comunicacional: abordar temas transversales vinculados a intereses y valores nacionales con los que se identifica la sociedad. Detrás de la construcción de identidad del lector con Abc, viene la credibilidad en el medio, la que luego es manipulada con una interpretación sesgada de los hechos y acontecimientos de la realidad, en función a determinados intereses. El lector atento de Abc observará entonces que la libertad de expresión (la amenaza de Chávez con Telesur), la lucha contra la corrupción estatal (El caso saqueo del bnt) y la dictadura (La serie «Contra el olvido») y la defensa de la propiedad privada (la criminalización de las organizaciones campesinas que ocupan tierra), son los ejes temáticos que atraviesan sus páginas diarias y dan sustento a sus largas campañas informativas. Detrás de estas posiciones traducidas en informaciones y editoriales, se agazapan grandes intereses (ver cuadro de empresas de Zuccolillo). Tal como explica el sociólogo Tomas Palau: «Abc es como un paraguas que defiende los intereses de Zuccolillo y de los sectores empresariales del país». Tal como se comprueba en su editorial del 23 de noviembre pasado, titulado: «Un empresariado dividido será presa fácil de la “revolución” izquierdista». Cualquiera diría que leyó a Lenin.

Esta cobertura mediática a los sectores de poder también se ejemplifica bien en el titular de tapa de Abc del pasado 16 de diciembre, cuando afirmaba: «Una masiva respuesta a la protesta de los productores», con los colores de la bandera paraguaya en el vértice izquierdo superior del la tapa, aludiendo al denominado «Tractorazo», la manifestación organizada recientemente por los gremios de sojeros y ganaderos, con el apoyo de varios gremios empresariales. En el editorial de ese mismo día, Abc afirmaba: «La inseguridad y la falta de empleo hartaron a la nación completa». Aquella edición fue una abierta confrontación contra las intenciones del gobierno y de las organizaciones sociales de crear más impuestos a la tierra y a la producción agrícola empresarial. Y su contenido estaba muy lejos de su histórico eslógan publicitario: «La verdad nos hará libres».

Construcción de la agenda mediática

«¿Quién tiene la biblia…?», es la pregunta que se escucha a tempranas horas de la mañana en las redacciones de los medios de comunicación comerciales. Es que aquel que llegue primero a la mesa, tomará presuroso Abc Color y lo devorará, mientras los demás esperan atentos su turno. La frase lo dice todo: los periodistas de los demás medios tienen como principal referente para la cobertura y la recolección de noticias del día a este diario. Así, la cabecera de la tapa de Abc será, muy probablemente, la noticia más perseguida del día. Miguel López, periodista del diario Última Hora, explica este fenómeno de la siguiente forma: «Los jefes de redacción de los medios leen Abc y luego dan los temas que serán buscados en el día. Los periodistas del plantel leen atentos Abc, porque saben que si no trajeron las noticias del día que trajo Abc, serán amonestados».

De esta forma, las informaciones de Abc, al hegemonizar el pensamiento de lo periodistas en general, hace lo propio con la agenda informativa diaria de los demás medios. Pero es un triple efecto: hegemoniza el pensamiento de sus lectores directos, ampliamente mayoritario en el mercado de la prensa escrita con relación a los lectores de los demás diarios, del resto de la denominada «gran prensa», y, finalmente de la llamada opinión pública.

Incidencia en la agenda política

Esta plataforma le da la capacidad de construir, en gran medida, la agenda política país. Así lo admite el senador liberal Alfredo Jaegli, «Abc es el que hace la agenda. Acá los políticos le temen a Abc… Lugo es un producto de Abc».

Capacidad que le permite incidir en las decisiones gubernamentales, en incluso muchas veces condicionar los actos de los políticos: legisladores, jueces, fiscales y ministros y altos funcionarios del Poder Ejecutivo. Así, muchas de las medidas del Estado paraguayo terminan favoreciendo a los intereses del propietario de Abc Color y de los sectores de poder real.

Diego Verón de Astrada, analista de medios del Grupo de Comunicación Tesapeœa, explica esto con lo siguiente: «Abc Color se ha convertido en un factor de poder, en gran medida ante el desprestigio de las instituciones estatales. Este medio logró capitalizar parte de ese vacío de poder y credibilidad durante el caótico proceso de transición». Y agrega: «La sociedad civil pasó de temerle a un Estado autoritario a temerle a un medio de comunicación autoritario. Se creó la consigna de «no te metas con los medios, no te metas con Abc Color».

Los grandes intereses de Zuccolillo. Empresas de la familia: Financiera Atlas S.A. Inmobiliaria del Este. Consultora Atlas. Hotelera Atlas S.A. Silpar (anteriormente La Perseverancia). Imprenta Mercurio. Núcleo S.A (Personal). La Metalúrgica. Mariscal López Shopping. Zusa SACI (empresa dedicada a la ganadería y el rubro de combustibles). Pety S.A. Fuente: Fuente: Los herederos de Stroessner, del periodista Idilio Méndez.

Las resacas de la noche estronista

Stroessner con Humberto Domínguez Dibb y Aldo Zucolillo: empresarios que crecieron con la venia del dictador. Según el senador Alfredo Jaeggli: «Zuccolillo es más bien autoritario… él cree que el gobernante debe ser una especie de mesías.

El es un “estronista” entre comillas, porque el estronista no es aquel que quiere a Stroessner, sino el que quiere su modelo».

Abc Color se inauguró con Alfredo Stroessner. Aldo Zuccolillo dijo entonces en un pasaje del discurso: «Este será un gran diario, al servicio de un gran gobierno». En general, los «historiadores» de la dictadura, tienden a ocultar esta parte de la historia, cuando Aldo Zuccolillo y Abc acompañaban con convicción al gobierno de «Paz y Progreso». Las campañas de Abc «contra el olvido» lo han convertido en baluarte de la democracia.

Elogios editoriales: Las páginas de Abc de aquellos años son elocuentes. Fueron desde elogiar al gobierno, a dictaduras militares vecinas, la represión, hasta defender la «política de derechos humanos» de Stroesner contra las críticas internacionales. En 1977 afirmaba el editorial: «Se ha presenciado, incuestionablemente la etapa más constructiva que haya vivido la república». Mientras en agosto afirmaba: «cada vez son menos los atentados a las libertades personales». Ese mismo mes calificó de «auténtica democracia», al gobierno estronista. En el 79 consentía que la represión era un importante método de lucha contra el comunismo.

Cerca del poder: La familia Zuccolillo era parte del entorno de Stroessner. Su principal vínculo: Conrado Pappalardo, el cuñado, era ceremonial de Estado del dictador. En 1974 el hijo de Antonio «Tuco» Zuccolillo, Hugo Fernando, enlazó con la hija del dictador, María Olivia. Según documentos encontrados en los archivo del terror, Julio César Zuccolillo, el otro hermano, era pyrague. Antonio Zuccolillo fue designado embajador de Stroessner en Londres en 1980.

Impuestos: «Muchachis, hay que empezar a esconder la plata», era una frase utilizada por «Acero» cuando venía un impuesto grande del Estado, según el ex senador liberal Fulvio Celauro. Como celoso empresario, a Zuccolillo le quebrantaban esas obligaciones. Según documenta el periodista Nemesio Barreto, sólo la Ferretería Americana en 1991 tenía una deuda tributaria arrastrada desde la dictadura de casi 500 millones de guaraníes. Complementariamente en un editorial de 1995, Zuccolillo defendía que «las evasiones impositivas (…) no deben confundirse con la corrupción».

El divorcio: Existen varias versiones sobre el divorcio entre Zuccolillo y la dictadura. Para muchos, el componente empresarial es responsable. Para Leandro Prieto Yegros fue debido a que no le dejaron a las empresas constructoras de Zuccolillo formar parte del «proyecto» Itaipú. Por otra parte, una de las grandes investigaciones de Abc de principios de los ochenta, fue sobre la corrupción en la antecesora de Petropar: Repsa. Según el dirigente del Sindicato de Trabajadores de Petropar, Hector Fleitas, «el sueño de Zuccolillo fue siempre quedarse con Petropar, pero le escupieron en el asado». Pues culminada la concesión a la compañía boliviana que administraba Repsa se crearía Petropar.

Alberto Vargas Peña afirma que Zuccolillo simplemente se dio cuenta «que un diario solo crece con la oposición». Cerrado Abc en 1984, Zuccolillo quiso armar una alianza opositora, que encabezaría para desplazar a Stroessner. El denominado «Plan Z» fue un fracaso rotundo.

El pequeño Aldito

El pequeño Aldo siempre fue un testarudo. Cuando Don Antonio Zuccolillo lo regañaba, él golpeaba la cabeza contra la pared para desahogar su rabia. El viejo italiano le advertía entonces, «¡Te vas a romper la cabeza!». El niño le retrucaba, molesto: «¡Nooo, mi cabeza es de acero!».

Este niño se convertiría luego en uno de los más influyentes empresarios del país. Cambiaría aquella dura pared por una empresa periodística para descargar sus descontentos y obtener sus intereses, conservando la cabeza fría de acero para sus arrebatos de poder.

Aldo Alberto Zuccolillo Moscarda, de 78 años, hoy con cuatro bypass en el corazón, es hijo del inmigrante italiano Antonio Zuccolillo Abbondante, quién le heredó una respetable fortuna. Desde muy joven trabajó en las empresas del padre, junto a sus hermanos Antonio y Julio César. Luego el imperio económico se multiplicaría.

El periodista

Desde 1967, año de fundación de Abc Color, Aldo Zuccolillo fue convirtiéndose en el empresario periodístico más importante del país. Esta condición le facilitaría una intachable imagen de «luchador por la justicia, la libertad de expresión y los altos intereses nacionales».

Un retirado sindicalista de la hidroeléctrica Yacyretá, quien destapó hechos de corrupción en la entidad a través de Abc Color durante el gobierno de Nicanor Duarte Frutos, recuerda como se le rompió aquella imagen de Zuccolillo. «Acero» se comprometió a apoyarlo, recuerda. En pleno proceso de denuncias, un día Abc le cerró las puertas, y su caso pasó al archivo. Al reclamarle el hecho a un periodista allegado al director, este le confesó: «el viejo (Zuccolillo) transó». «No podía creer, pero después descubrí que es así como se maneja, el viejo pega, pega, y después transa». Según el sindicalista, entonces José Alberto Alderete, Ministro de Obras Públicas del gobierno de Nicanor había pagado 1 millón de dólares para que Abc saque «informaciones positivas» en sus páginas acerca de su gestión, para limpiar su imagen, pues tenía intenciones de ser el candidato de la anr para el 2008.

El empresario honesto

La imagen de Zuccolillo va asociada a la de empresario exitoso y honesto… La suciedad oculta bajo la alfombra nos muestra otra cara.

El periodista Idilio Méndez afirma en Los herederos de Stroessner (censurada en los medios) que en 1989 Zuccolillo fundó una sociedad con Juan Carlos Wasmosy para la creación de Telsat S.A., empresa de transmisión televisiva por cable. Se sumaría a esta sociedad el hoy prófugo por homicidio Luis Raúl Menocchio (Gusano), quien la dirigiría. La empresa sería después demandada por piratear señales de empresas transnacionales. Para Méndez, Zuccolillo creó cortinas de humo para evitar investigaciones de saqueos perpetrados durante el gobierno de Wasmosy, afirmando «Acero» en una reunión familiar que «la publicación sobre la cuenta secreta de Wasmosy afectaba al entorno familiar», en alusión a Conrado Pappalardo.

La «sagrada» propiedad privada, Lino Oviedo y otras campañas emblemáticas de Abc

«Desalojan y detienen a supuestos sin techos en predio de inmobiliaria» (6/3/08), «Desalojan a sin techos en un operativo en Ciudad del Este» (15/8/08), «Reactivaron las ocupaciones de loteamientos en Ciudad del Este». Estos titulares son tres de las ocho publicaciones del diario Abc aparecidas sólo entre enero y agosto de este año. Todos los inmuebles ocupados por campesinos pertenecen a Inmobiliaria del Este, propiedad de Aldo «Acero» Zuccolillo. Es que el medio debe defender a como dé lugar esta empresa, porque es la «vaca lechera» del emporio económico de la familia.

Este interés inmobiliario es la inmediata razón por la que Abc tiene al problema de la tierra como eje central de su línea editorial e informativa. La sistemática criminalización de campesinos y sus organizaciones obedece a esta ocultada causa.

Según datos encontrados en la web de la empresa, Inmobiliaria del Este cuenta hoy con más de 300 loteamientos propios, 290 urbanizaciones de terceros administradas y más de 6.000.000 m2 en proceso de ser parceladas. Cuenta además con 9.000 parcelas para la venta, equivalente a más de 3.000.000 m2 de tierra.

Como ejemplo de que «Acero» no duda en utilizar toda su artillería en defensa de sus intereses, mencionemos el caso de la construcción de la Franja Costera en Asunción. Abc desató una feroz campaña informativa de más de dos meses para impedir la construcción de las obras durante la intendencia de Enrique Riera. El motivo: el loteamiento de los terrenos urbanos ribereños bajaría drásticamente el precio de las propiedades, lo que habría afectado el negocio inmobiliario de Zuccolillo.

Por extensión de este interés inmobiliario, Abc ataca toda ocupación y defiende a rajatabla los grandes latifundios de terratenientes nacionales y trasnacionales. Esto ocurrió cuando la Organización de Lucha por la Tierra (olt) ocupó mes y medio atrás una de las propiedades del empresario brasiguayo Tranquilino Favero, dueño de cientos de miles de hectáreas. O cuando atacó, durante casi tres años, la ley que expropió 52.000 hectáreas de las 600.000 pertenecientes a la Secta Moon en el Chaco.

Una clásica y frecuente tapa de Abc es la foto en la que se muestra a campesinos con machetes y foisas levantadas ocupando una propiedad rural. En las páginas interiores del diario, los titulares acusan directamente a los ocupantes de «avivados»,» guerrilleros», «traficantes de madera», «traficantes de droga».

Otras campañas: Lino Oviedo, ex-aliado de Zucolillo

La herradura oviedista sellada en Abc: A mediados de 1996, el entonces presidente Wasmosy destituye a Lino Oviedo de la comandancia de la Caballería, y éste se lanza formalmente en busca de la presidencia de la República. A partir de aquí se estampa en las páginas de Abc la herradura oviedista. Por razones misteriosas, fue sellada una larga alianza política Abc-Oviedo traducida en miles y miles de publicaciones diarias en las que Abc, cuantas veces era necesario, manipulaba información para favorecer a su aliado. Esta sociedad lo llevó a enfrentarse a todos los adversarios de Oviedo, incluyendo a otros medios, enfrentamiento que tuvo su punto de mayor tensión en el Marzo Paraguayo del 1999. En los momentos finales de esta confrontación a muerte, Abc se convirtió en un verdadero órgano de propaganda de Oviedo, con un trabajo tan ardoroso que hasta el propio Joseph Goebbels lo hubiera envidiado. Defendió hasta las últimas consecuencias al gobierno oviedista de Raúl Cubas Grau, que terminó cayendo en aquel año. Lejos de amilanarse por este hecho, Zucolillo-Abc siguió defendiendo con la misma fuerza la tesis oviedista. Hasta que un buen día, también misteriosamente, cuatro meses antes de las pasadas elecciones del 20 de abril, dejó la herradura y se puso la sotana de Lugo, la que ahora ya se sacó del cuello.

Cómo desfigurar enemigos: Abc siempre tuvo la línea de tratar como manda la guerra simbólica a sus enemigos de turno. Entre los varios enemigos desfigurados por sus páginas (sindicalistas, campesinos, los Argaña, Hugo Chávez), «Calé» Galaverna es un ícono. Ya durante los primeros años del gobierno de Juan Carlos Wasmosy, comenzó a ser objetivo de denuncias de corrupción, de arreglos políticos, de tráfico de poder, de enriquecimiento ilícito y fortuna malhabida, a través de incontables tapas, primeras páginas, ácidas caricaturas y artículos de opinión. Al punto que la caricatura de «Calé» se convirtió en una imagen popular detestable, casi mórbida.

La guerra sin un solo tiro: A principios de Agosto del 2006, el presidente boliviano Evo Morales había anunciado el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas Bolivianas. En ese marco el gobierno boliviano proyectó el re-equipamiento de bases militares en todo el país, incluyendo la de Puerto Quijarro, sobre el Río Paraguay, en la frontera con Brasil, a unos 200 km de la frontera paraguaya. Abc se hizo eco de esta noticia, y empezó una campaña informativa que duraría de agosto a diciembre de aquel año. El pico de intensidad de la campaña se inicia con una serie de notas firmadas por el entonces sub jefe de redacción del diario, Armando Rivarola, enviado en forma especial a cubrir el proceso político boliviano. «Hipótesis de conflicto con Paraguay es improbable, pero no descabellado», era el título de una de las notas, en un juego semántico de manipulación poco lograda. El canciller nacional dijo que la cancillería «está siguiendo el tema con atención»; el entonces presidente Duarte Frutos concedió una entrevista al medio hablando del tema. El hoy ministro de Educación, Horacio Galeano, especialista en temas militares, en una larga entrevista, dijo que una guerra con «Bolivia no es descartable». Militares, legisladores, analistas políticos y altos funcionarios hablaban a borbotones del tema. La población fue sometida a una campaña de miedo. A mediados de octubre se había instalado una sensación de guerra inminente. El canciller boliviano David Choquehuanca visitó el país y ratificó las intenciones de paz de su país. Para la segunda quincena de diciembre desaparecieron las publicaciones. Y la guerra nunca llegó.

Fuente y cotejo de información reproducida en Tesa Pe’a “Las entre líneas de los medios de comunicación de Paraguay”: http://tesapea.net/

Fuente E’a “Periódico de Análisis” del Paraguay: http://ea.com.py/

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