viernes, 13 de marzo de 2015

¿A QUIEN MOLESTÓ SAN ISIDRO DEL JEJUI?

A partir de las 04:00 am del 8 de febrero de 1975, hasta por lo menos el 13 de mayo de 1975 fuerzas militares y policiales al mando del Teniente Coronel Félix Grau, atacaron sorpresivamente la comunidad campesina religiosa de San Isidro del Jejuí, en el departamento de San Pedro.
Previamente, existió seguimiento sigiloso de policías y civiles, junto al amedrentamiento mediático y partidario, incluso desde 1969, fecha de nacimiento de la colonización del Jejuí.
Las amenazas se recrudecieron en los meses previos, desde setiembre de 1974, a través de acciones abiertas de incitación a la represión por parte de los órganos oficiales del Partido Colorado como “Patria” y “La Voz del Coloradismo”.
Al ataque lo denominaron “Operación Nochebuena”, pero fue retrasada por poco más de un mes. Mucho se ha escrito sobre este caso. Pero, nos queda la duda. ¿Quién les soltó la mano? ¿Por qué tanta saña?
Las ligas agrarias, se concibieron como una forma de organización para el acceso y producción de la tierra, sus antecedentes se remontan incluso, hasta los años cincuenta y aún antes.
Luego del Concilio Vaticano II, retoman nueva fuerza las experiencias comunitarias a través de las Ligas Agrarias Cristianas con apoyo de la mayoría de los obispos de la Iglesia Católica, con cierta tolerancia por parte del estado, formalmente desde 1962, pero realmente puestas en prácticas desde 1964.
San Isidro del Jejuí fue una experiencia de la Iglesia Católica, muy lejos de la política y mucho menos de cualquier aventura radical. Entonces. ¿Por qué, tan grave represión?
Desde la radio oficial del régimen, denunciaron a la colonia religiosa como “koljozes soviéticos”, donde mandaban barbudos extranjeros que hablaban otro idioma. En realidad, los extranjeros que allí fueron detenidos durante el ataque y sitio eran, Roland Bordelon, monseñor de nacionalidad norteamericana, director regional para américa latina de la Catholic Relief Service, Kevin Kalahan, norteamericano, sacerdote, director regional del programa Catholic Relief Service en el paraguay, Pilar Larraya, española, misionera de la Asociación Misionera Seglar, Juan Penard, francés, religioso, Juan Trembais, francés, religioso, y Neil Rodriguez, religioso de Trinidad y Tobago.
Los detenidos arbitrarios nacionales sumaron casi cincuenta personas. No hubo asesinados. Un herido de bala de guerra, el padre Braulio Maciel.
A pocos días del operativo militar, el Semanario de la Conferencia Episcopal Paraguaya, CEP, refirió que “…i) las fuerzas represivas no encontraron armas de fuego ni explosivos, sí solamente biblias, documentos del Vaticano II y de Medellín … ii) la colonia quedó a merced de las fuerzas policiales y militares, incomunicada por completo y ni siquiera el Obispo de la zona (Maricevich) pudo acompañar a sus feligreses; iii) en los días siguientes fueron tomados otros presos en la jurisdicción de 25 de Diciembre: compañías San Blas, Costa Nueva, Potrero Ybaté, Barrio Virgen de la Asunción, Colonia Natividad; en la jurisdicción de Felipe Matiauda, Compañía Fátima. Se extendió luego la represión a Nueva Germania, San Pedro (Cocueré, Aguaraymí), Lima (Chamorro-Cué); iv). A orillas del río Jejuí, los perseguidores establecieron su campamento. Era como un campo de concentración, de trabajos forzados… Allí se llevaba a los detenidos y desde allí eran trasladados algunos a Asunción…”.
El padre Braulio Maciel, a cargo de la Colonia, no dudó en identificar al Coronel Félix Grau, y al Mayor Larramendia como ejecutores militares, a Pastor Coronel, Sabino Augusto Montanaro, como responsables policiales, a los Matiauda, especialmente Felipe y Ramón, como los interesados en las tierras. Pero también apuntó, a exponentes muy conservadores cercanos a la cúpula eclesial y al Vaticano, como Manfredo Ramírez Russo, que veían al Obispo Maricevich como un peligro, y a la colonia de Jejuí como un mal ejemplo. Muchos intereses en juego. La colonia quedó políticamente desprotegida. Aunque, para justificar tamaña represión, primero la transformaron en un peligro extremista para el régimen y toda la nación.

Federico Tatter.
12 de marzo de 2015. Asunción, Paraguay.

jueves, 12 de marzo de 2015

YNSFRÁN Y SU CREPUSCULAR OPERACIÓN DURMIENTE

El Ministro del Interior, Edgar Linneo Ynsfrán, fue un adelantado ejecutor e intelectual de la conversión de la ANR, del nacionalismo hacia el anticomunismo totalitarizante y subordinado. Sirvió al régimen y fue devorado por sus propios fuegos. Finalmente ofreció sus dotes, al golpe palaciego de febrero de 1989.
Inscripto en los guiones rojos, fue clave en el involucramiento del partido, en la represión política. No conoció límites. Trabajó en la participación institucional y estructural de la ANR, como eje del control político, junto a las fuerzas policiales, militares, y una vasta red de milicianos y pyragüés. Con dotes de político y comunicador, sin dudas, su perfil semejó a un rudimentario pero eficaz Goebbels tropical. Siendo civil, tuvo bajo su mando al General de Brigada Ramón Duarte Vera. Aunque hubiese deseado, Pastor Coronel, no llegó a la suela de sus zapatos.
Ynsfrán, eligió el 7 de julio de 1965, para brindar una amplia disertación ante la Honorable Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana, Partido Colorado, bajo el título “La Operación Durmiente y su Actual Vigencia”. La misma fue editada en un folleto de 20 páginas, y ampliamente distribuida, como la verdad revelada. ¿De qué se trató?
Fragmentos de la Introducción. “Paraguay, por su posición geográfica en América Meridional, es un objetivo importante en la expansión del comunismo en esta parte del mundo libre … de la lectura de este trabajo, puede y debe nacer una conciencia y una responsabilidad democrática en esta lucha “crepuscular”, al decir de Kennedy, entre el mundo esclavo y el mundo libre”.
Finalizadas las desastrosas experiencias armadas, desde las conspiraciones militares, a los intentos guerrilleros, purgas de los capitanes incluida, la mayor preocupación de Edgar Linneo, se centró en las organizaciones de izquierda, que en la más absoluta clandestinidad hicieron resistencia, como la Columna Mariscal López del FULNA, que se desplegó entre 1961 y 1970, por la zona central y las cordilleras, al mando operativo de un docente escurridizo y multifacético llamado, Arturo López.
Y alertó sobre nuevas técnicas del comunismo para el Paraguay, que aun sufriendo bajas y divisiones, utilizó la catequización o adoctrinamiento, para pasar a diversas formas de infiltración. Incluso, dentro de las filas del glorioso partido colorado, ayudado por algunos correligionarios que, acuciados por la faena proselitista podrían afiliar hasta el mismo demonio. Ynsfrán nos instruye, que la Operación Durmiente, “...corresponde a la comparación de ciertos trabajos del comunismo con el tendido de una vía férrea. Primero, se colocan pacientemente los durmientes, a través de largas distancias, para tender finalmente la vía férrea, sobre la cual la locomotora ha de venir después a devorar kilómetros, acortar los trechos y posibilitar el avance”.
Conclusiones del folleto. “Se impone la necesidad de encarar desde el punto de vista partidario y político, la elaboración de un plan que recoja la estrategia y la táctica con las cuales hemos de librar esta batalla de todos los días y de todas las horas contra un enemigo poderoso, y de vastos recursos, que amenaza no sólo a nuestro régimen, sino a todo nuestro sistema democrático, occidental y cristiano”.
Paradojas de la fenomenología de la traición. El régimen policiaco que construyó con extrema ambición, lo descabezó, un par de años más tarde, a manos de otras ambiciones y otras lealtades. Contrabando, secuestro extorsivo, narcotráfico. Perdió en el todo o nada de la arbitrariedad. Tema de otros relatos. Dicen, que en su exilio, buscó acercarse a algunos a quienes persiguió, para conspirar contra quienes le "chutaron" del poder. Finalmente, subió a la locomotora crepuscular de 1989. Con volteretas, volvió a juntarse a sus originarias traiciones. Traidores y traicionados, otra vez juntos, para volver a barajar las mismas naipes marcadas de siempre. Hasta la próxima trampa.

Federico Tatter.
11 de marzo de 2015. Asunción, Paraguay.