lunes, 19 de diciembre de 2016

EL "GORRIÓN" DEL CÓNDOR FUE SEMINARISTA

Por Federico Tatter @Fedetatter ‪#‎relatosbreves‬ ‪#‎eranegra‬ ‪#‎paraguay‬ ‪#‎UNAnotecalles‬ ‪#‎Paraguaynotecalles‬ ‪#‎Memorianotecalles‬

En el año 2007, quien fuera el correo privilegiado entre dictador Stroessner y el alto mando militar argentino, Francisco Ortíz Téllez, realizó una breves declaraciones acerca de su papel desde 1971 hasta 1989 desde el Consulado de Paraguay en la ciudad de Posadas, Misiones, Argentina.
“Si la Operación Cóndor existió, yo sólo fui un gorrión dentro de una manada”, dijo para minimizar su papel. No fue tan así. Fue condenado a diez años por la desaparición de Agustín Goiburú en el Paraguay.
Su triste historia se resume así. Fue Guión Rojo, presidente y vicepresidente de la ANR en la ciudad de Barrero, luego Eusebio Ayala. Fue protegido del secretario del dictador, Mario Abdo Benítez. Como seccionaleros tenían la potestad de colocar y sacar a autoridades policiales, y a veces, incluso suplirla, a través de bandas parapoliciales. No para imponer el orden, sino para sembrar el terror en la población, uniformar a todos y corregir a los adversarios.
Como ex seminarista, Ortíz Téllez tenía además, una fijación especial, “la infiltración comunista en la Iglesia Católica”. Para él todo era infiltración. Por ello, en 1967 atracaron la Iglesia de Eusebio Ayala y lograron que el cura se fuera del poblado por hablar de los pobres. También infiltraron los grupos pastorales para verificar y “controlar” sus textos. Nada de reforma agraria, ni referencia crítica alguna al gobierno. Todo debía ser loas y alineamiento.
En Eusebio Ayala los seccionaleros, eran los jefes políticos más altos, y por la arbitrariedad concedida, en la práctica también los jefes policiales y parapoliciales armados. Pero pretendieron también, ser los jefes “religiosos” de Barrero Grande. Exigiendo que los líderes pastorales fueran designados con la anuencia del partido, para que los mejores colorados, fueran también los mejores miembros “laicos”. Todo controlado era mejor. Tal la arremetida totalitaria de Francisco Ortíz Téllez que el recientemente nombrado Ismael Rolón lo excomulgó por unos meses, junto a toda la directiva de la seccional colorada. No fue el fin de su carrera. Fue el inicio.
Lejos de recibir sanción, fue llamado a Mburuvichá Roga, y desde 1971, le fue asignado el cargo de Cónsul paraguayo en la ciudad argentina de Posadas, con una muy especial y ultrasecreta función: ser el nexo privilegiado con todos los jefes militares del cuarto cuerpo del Ejército Argentino, Prefectura Naval, Gendarmería Nacional, Gobernadores, e incluso con el Servicio de Inteligencia Militar, SIE, con sede en Buenos Aires.
Su cargo duró hasta 1989, y desde el consulado recibió y remitió rutinariamente específicos dossiers de inteligencia militar acerca de cada movimiento de cada exiliado paraguayo en la Argentina. Este “gorrión del Cóndor”, tenía amplias potestades para determinar a quién enviar estos dossiers, sea a Pastor Coronel, sea al Delegado de Gobierno de Itapúa, o al mismísimo dictador en su propia residencia, conocida como Mburuvichá Roga, de acuerdo a importancia. Nótese que fue el propio “gorrión” quien destacó la colaboración ilegal del servicio de inteligencia del ejército argentino, mucho antes del Cóndor, y que se mantuvo, mucho tiempo después de la finalización formal de la coordinación represiva conocida como Operación Cóndor. Cada quince días más o menos, y durante décadas, el SIE argentino, redactó cientos de dossieres “secretos” para el general Stroessner, siguiendo, clasificando, analizando, a cada exiliado paraguayo hasta los mínimos detalles.
  Por ejemplo, el 25 de marzo de 1980, Francisco Ortíz Téllez, puso al tanto del Ministro del Interior, Sabino Augusto Montanaro, sobre varios “seguimientos” de opositores” con lujo de detalles, iniciando su informe así: “A mucha honra me dirijo a VE, en ocasión de poner a su conocimiento las actividades cumplidas por este Consulado Nacional...”.
Y la primera información fue: “…1. El subversivo Faustino Centurión, miembro del MOPOCO y activista del Acuerdo Nacional, a su regreso de Capao da Canoa, una de las playas de Rio Grande do Sul (Brasil), en donde pasó sus vacaciones sufrió un accidente automovilístico de cuya consecuencia actualmente se encuentra internada en el Sanatorio Misiones su señora Hellen Hayes de Centurión, y él guardando reposo en su casa que fue muy frecuentada por los activistas del MOPOCO de esta Provincia, pudiéndose destacar entre ellos a Andrés Gómez Galeano, Eduardo San Martín, Ramón Chamorro, Pedro Plutarco Recalde, Carlos David Pérez Brusquetti, Julio González Paiva, Miguel Melgarejo, Virgilio Cataldi...”.
Sólo es el inicio del informe, que abordaremos en siguiente relato. No obstante, téngase en consideración, el nivel de detalle de los seguimientos e informes de este verdadero “gorrión del terrorismo de estado”.

Federico Tatter.
20 de diciembre de 2016.
Asunción, Paraguay.

Material corregido con denuedo por Eugenia de Amoriza.