sábado, 1 de mayo de 2010

LA CLASE POLITICA COLORADA Y SU SUICIDIO POLITICO POR JOSE CARLOS RODRIGUEZ

Comparto esta nota pues intenta abordar un tema clave de la lucha por la democracia y contra el autoritarismo en el Paraguay, la supervivencia en pleno siglo XXI de expresiones políticas aún ancladas en el siglo XX, con períodos fascistoides, y relacionadas a las diversas mafias que crecen y se reproducen en la ilegalidad.

La clase política colorada y su suicidio político

Por José Carlos Rodríguez. (*). ULTIMA HORA. PARAGUAY. El Partido Colorado no cayó el 20 de abril del 2008. Ese día perdió las elecciones, lo que le pasa a cualquiera, en democracia. Cayó ahora, el 28 y 29 de abril del 2010, al votar en el Parlamento, casi unánimemente, contra el impuesto a la renta personal. Cayó bien bajo.

Los colorados Unace o ANR saben por qué votaron y qué botaron en relación a la renta personal.

Votaron por la corrupción y botaron a la honestidad. El que había sido el partido de la dictadura y luego fue el partido de la transición, ahora es el partido de la corrupción. Desde el punto de vista del voto por la mafia, no se distinguen unos de otros; salvo alguna excepción solitaria y nada significativa.

Con ello, la ANR se pisa el propio poncho. Ya que ese proyecto había sido presentado por la propia ANR. Corta es la memoria y larga la incoherencia. Con ello, la ANR se levanta contra el reclamo popular que se bate contra la mafia y sus testaferros, contra los que viven en la oscuridad fiscal y odian la transparencia. Contra la mafia que acaba de acribillar a un senador de la nación. Con ello, se levantan contra la necesidad de aumento de los recursos del Estado, cuando un pueblo sufre la necesidad de más medios estatales para salud, educación, infraestructura y reformas a favor de la pequeña producción familiar, rural y urbana. Con ello, el partido de Caballero hace yvy ku'í de sus principios sociales y libertarios, que muchas veces no fueron practicados, pero frecuentemente han sido ensalzados.

La diferencia entre motivos, intereses y pretextos es confusa. No se sabe para quién trabajan los colorados. No para los gremios empresariales, que se manifestaron a favor del blanqueo de la economía, con la Unión Industrial Paraguaya y la Federación de la Producción la Industria y el Comercio, y muchos más que están por el IRP. El empresario legal no es el mandante secreto de estos políticos. Otros son sus patrones, posiblemente los del dinero negro, pero también puede ser que sean ellos mismos, como clase política colorada en contra del país honesto. Los perros de estancia que cuidan su querencia, los pecados y secretos de familia.

La ANR había acunado al militarismo, a la dictadura, al conformismo con la injusticia social y con la sociedad corrupta. Eso había sido en dictadura. Pero el coloradismo tuvo gestos grandes. Fue el primer partido de la historia paraguaya que entregó pacíficamente el mando al ganador de la contienda electoral. Y ese mismo partido había propuesto el blanqueo de la sociedad. Y ahora, ¿qué les pasa?

¿Es que no tienen más el dinero estatal para hacer campaña y quieren que los empresarios mau paguen las cuentas? ¿Es que ellos mismos temen al blanqueo porque puede perjudicar a sus propios dineros malhabidos y maltenidos? Sostienen un esquema neoliberal, modelo Jaeggli, que consiste en la lucha de clases de los ricos contra los pobres, más a la derecha que el FMI, que el BM, que naturalmente, como todo el mundo hoy se posicionan a favor de una economía normal, y, naturalmente, los colorados se posicionan a la ultraderecha del Partido Liberal, al que alguna vez acusaron de oligarquía.

No piensan posiblemente en hacer progresos en mantener el orden público, en elevar la moral pública, hacer promesas de bienestar público y cumplirlas. ¿Piensan acaso volver a atacar a las poblaciones campesinas para que no protesten de hambre? ¿Piensan acaso prohibir los movimientos sociales para que no protesten contra la injusticia social? ¿Piensan rehabilitar a Pastor Coronel, a Investigaciones y la Técnica con sus torturadores, para que nadie se anime a desobedecer dos veces? ¿Piensan que hay que jerarquizar el Parlamento y no ensuciarlo con decisiones absurdas? ¿Piensan darle nomás razón a la indígena que desconfiaba de los partidos y condenaba al Parlamento?

Al decidirse en contra el impuesto a la renta personal, el coloradismo da un paso decidido hacia su entierro político. Un partido que milita en contra la justicia y contra la integridad es un partido con una dolencia mortal. Ponerse en contra de la historia es un suicidio político, un politicidio.

¿Qué le van a decir a su casi dos millones de afiliados? ¿Que la corrupción es buen negocio? ¿Que hay que aguantarse la pobreza y el hambre? ¿Que el Paraguay debe resignarse a ser un país fracasado? ¿Que para echar a Lugo hay que crucificar a la patria, o sea a todos y todas? ¿Qué le van a decir a los empresarios que heroicamente piden pagar impuestos justos y tener un país más justo? ¿Qué le van a decir a sus obreros, a sus campesinos sin tierra y a sus pobladores sin techo? ¿Que la economía debe declinar para que remonten los jefes partidarios sin vergüenza?

Sin hacer bien sus deberes, el Paraguay no funcionará en un mundo que marcha cada día más rápido. Volver al pasado del siglo XX, en el XXI, no es volver a lo mismo de ayer, es irse al infierno. La mundialización no espera ni perdona. Eso lo saben los jefes de la ANR y no les importa. Dios y la patria les reclamarán a los jefes colorados, sin duda. Pero, mucho antes, lo harán los votos. La tumba que están cavando, ellos mismos para ellos mismos, no quedará vacía por mucho tiempo. Esa tumba les está reclamando. Está ávida por acoger a los escombros de un partido que dio un paso decidido hacia su propia extinción.

(*) Sicólogo. Catedrático de la UCA. Asesor del Ministerio de Hacienda y de una comisión del Parlamento.

Fuente: http://www.ultimahora.com/notas/317790-La-clase-pol%C3%ADtica-colorada-y-su-suicidio-pol%C3%ADtico