jueves, 30 de abril de 2015

ONU, DESDE 1979, SABIA LUGAR DE TUMBAS CLANDESTINAS EN PARAGUAY

Desde el 5 de setiembre de 1979, según sello de mesa de entrada, el Secretario General de la ONU, Kurt Waldheim, tuvo conocimiento directo de un atroz testimonio que relató con extremo detalle, la detención arbitraria y el asesinato de tres dirigentes opositores paraguayos en los finales de 1975.
¿Quién realizó la denuncia? Lo hizo directamente el Secretario General Adjunto de Amnistía Internacional, Dick Oosting, a través de una carta a Kurt Waldheim, a través del señor Jakob Th. Müller en Ginebra y que iniciaba así: “A raíz de nuestra comunicación de 28 de diciembre y 07 de junio 1978 adjuntamos un testimonio que describe la ola de arrestos que tuvieron lugar a finales de 1975 y principios de 1976 en Paraguay con total desprecio por las garantías legales. En él, además, se describe en detalle el maltrato y la muerte subsecuente de tres personas que han sido "desaparecidas" desde su detención en 1975: Miguel Ángel Soler, Derliz Villagra, y Octavio González Acosta. Los agentes de policía acusados de ser responsables de los malos tratos y el asesinato se nombran en el testimonio”.
Finaliza la misiva de Oosting al Secretario General de la ONU: “Amnistía Internacional desea expresar su esperanza de que la Comisión de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos tomará cada paso apropiado para obtener una aclaración oficial de las autoridades paraguayas sobre el destino de estas y otras personas cuya detención por las fuerzas del orden paraguayas nunca ha sido reconocida, y ayuda a asegurar que estas prácticas no se repetirán efectivamente en Paraguay”.
Lo extraño es, cómo los órganos represivos del régimen dictatorial de 1954-1989, llegaron a tener en forma completa el informe de Amnistía Internacional a la máxima instancia de la ONU, desde 1979, y jamás realizaron gestión esclarecedora alguna. Más bien todo lo contrario, encubrimiento, tras encubrimiento, dilación tras dilación, práctica que continuaron todos los gobiernos de la llamada transición, sin cambios espectaculares.
El testimonio adjunto a la carta, no llevaba firma y tenía tres páginas, en las cuales se describieron con atroz precisión hechos aberrantes. En este relato, transcribimos fragmentos de ese testimonio anónimo, y obviamos por respeto a los familiares, los detalles más escalofriantes, sin dudas, de un testigo presencial. "El sábado 29 de noviembre de 1975 la policía paraguaya descubre algunas organizaciones del Partido Comunista Paraguayo que se desenvuelven en la más estricta clandestinidad".
Fueron detenidos alrededor de setenta personas de diversas edades, profesionales y condiciones sociales (cinco hombres entre 68 y 72 años y tres mujeres entre 60 y 65 años, tres mujeres embarazadas, aproximadamente cuatro familias enteras incluyendo niños que no superaban los seis años, adolescentes de 12 y 13 años de edad).
El testimonio: "Nadie se ha salvado de un trato brutal en dependencias policiales, desde los golpes de cachiporra, trompadas y patadas, hasta la tortura en la pileta de agua servida y la picana eléctrica".
Tales el caso de Mussi, panadero de 69 años, Lázaro Benítez de 72 años, Bogarín de 70 años.
Sigue el testimonio: "En las torturas fueron asesinados de una manera horrible, inimaginable por la crueldad y el sadismo, Miguel Ángel Soler, Derliz Villagra y Rubén Octavio González Acosta ... Todas las torturas que aquí se mencionan eran dirigidas personalmente por Coronel y ejecutadas por Benítez (incluyendo las amputaciones a Soler). Los ayudantes de tortura eran el oficial Martínez, quien se especializaba en practicar golpes de karate con los detenidos y que demostraba una feroz crueldad, el chofer de P. Coronel, el barman personal de P. Coronel, un hermano de P. Coronel, un oficial de apellido Riquelme, el inspector Sapriza (siniestro y terrorífico, que manifiesta abiertamente ante los prisioneros ser nazi), el inspector Torres (especialista en torturar a mujeres en presencia de sus hijos y en tomar declaraciones "por escrito", pseudo-confesiones a los detenidos, Evreinoff (especialista en analizar las declaraciones y las pruebas contra los detenidos), el oficial Belloto (famoso por su sadismo y ferocidad en las torturas), el inspector Esteche (de increíble sangre fría, igual que Sapriza y Torres, para ultimar torturados)".
Finaliza el testimonio que tomó AI y entregado a las máximas autoridades de las Naciones Unidas en setiembre de 1979, 36 años atrás: "Las instituciones encargadas de velar por el cumplimiento de los derechos humanos deben enviar una misión al Paraguay para investigar la existencia de tumbas en el Batallón de Seguridad, en donde estarían enterrados las personas que han sido dadas por 'desaparecidas'…”.
Hoy, en el 2015, hasta no identificar a todos, estos compatriotas y otros compatriotas latinoamericanos asesinados en el Paraguay, siguen desaparecidos. Por tanto, sin justicia.

Federico Tatter.
29 de abril de 2015. Asunción, Paraguay.

PYRAGÜÉS PREOCUPADOS EN NUEVA YORK

¿Qué hacía fundamentalmente la Misión Permanente del Paraguay ante las Naciones Unidas, con oficinas en la Suite 1206 de la calle 43 de Nueva York?
Realizar tareas de espionaje ilegal, “pyragüereato liso y llano” sobre la comunidad de paraguayos residentes en los Estados Unidos, y muy especialmente, sobre los paraguayos exiliados y perseguidos por el régimen stronista.
Así lo indicó un preocupante y extenso informe confidencial de cuatro páginas, que el Primer Secretario Representante Alterno ante las Naciones, Oscar Cabello Sarubbi, envió al ministro Alberto Nogués, el 6 de marzo de 1979, con el título catástrofe de “Intensificación de la actividad política en la comunidad paraguaya”.
Y comenzó destacando que si bien las tareas de pyragüereato eran de competencia directa del consulado general, la misión que el integró, al estar en alta relación con los connacionales, se encontró en una muy buena posición para realizar espionaje ilegal sobre los paraguayos residentes en esa ciudad.
Indicó Cabello, que desde 1978, hubo un creciente número de “elementos subversivos” pertenecientes al MOPOCO que consiguieron residencia en los Estados Unidos, amparándose en “las leyes humanitarias norteamericanas referentes al exilio”, y que les permitió no solamente trabajar, sino recibir alguna ayuda del estado.
Citó que particularmente se encontraron en Estados Unidos, dirigentes como Epifanio Méndez Fleitas y el señor Manuel Benítez, y que de acuerdo a noticias aún no confirmadas, “próximamente ofrecerán sendas charlas los señores Fernando Pastore (?), Osvaldo Chaves, y un tal Lara Castro (hijo)”.
Asimismo, alertó de que “corre la información” de la creación de un “Frente Nacional”, que estaría relacionado con el llamado “Acuerdo nacional (?)”, recientemente constituido por opositores al gobierno nacional, y que le recordó a él, muy similares a expresiones de movimientos políticos de otros países de “inclinación estrictamente marxista”.
El pyragüé diplomático, cumplió en informarle al ministro de que la mayoría de los migrantes paraguayos en Nueva York provinieron de Buenos Aires, en su mayoría fueron integrantes de partidos de oposición y especialmente, liberales. Otros tiempos.
Apretó su materia gris, el gris espía, al arriesgar, que los opositores estarían mudando el polo de actividad política gubernamental a los Estados Unidos, en vez del tradicional Río de la Plata, atraídos por la “política de promoción de los derechos humanos de la administración Carter”. Y que no sería absurdo pensar que este flujo pudo ser utilizado por “fuerzas antioccidentales (comunistas)”, no tanto con interés de producir un cambio en los Estados Unidos, pero sí de “utilizarlo para sus designios en América Latina”.
Según el pyragüé con carnet de las Naciones Unidas, la comunidad de paraguayos en Nueva York, entre legales e ilegales, no pasaría de las tres mil personas, una cifra modesta y poco influyente, pero que podría relacionarse abiertamente con otras comunidades hispanas con creciente influencia y presencia en esa ciudad y en el país del norte.
Arremetió Cabello Sarubbi, sentenciando que las organizaciones de migrantes, son en general antipáticos y contrarios a los gobiernos del cono sur y que estarían “…abusando de la hospitalidad norteamericana y obteniendo ayuda de los grupos ‘liberales’ de esta gran Nación, engañados por la visión estereotipada y totalmente negativa que durante decenios los medios de comunicación han difundido…” y pone como ejemplo la película “La República de Banana” de Woody Allen.
Finalizó su informe y análisis, de que “…la creciente politización de la comunidad está creando gran zozobra y desconcierto entre sus integrantes” … “El Centro Colorado General Bernardino Caballero, recientemente reconocido por la Junta de Gobierno de dicho partido, que fuera creado con el objetivo de difundir la realidad paraguaya actual y llenar con ello una sentida laguna cultural, está siendo agredida continuamente por los elementos opositores, obligándolos a realizar una creciente tarea política”. Campana stronista sí, tener otra campana, ni hablar.
Por ello, debido a la gravedad de la politización de la comunidad paraguaya en Nueva York, el pyragüé recomendó especialmente al Ministro que el nuevo personal a designar en ese Consulado general, responsable directo y “oficial” del espionaje ilegal, tuviera conocimiento y pericia acabada en lidiar con un ambiente de creciente presencia de “autodenominados opositores”. La conciencia de que existía una dictadura feroz en el Paraguay, estaba tomando fuerza en 1979, en Nueva York. El mundo se estaba dando cuenta. Dictadores y pyragüés, preocupados.

Federico Tatter.
27 de abril de 2015. Asunción, Paraguay.