domingo, 13 de junio de 2010

AGRIDULCE POR SANTIAGO O'DONNELL. Acerca de la justicia selectiva

Comparto esta nota de Santiado O'Donnell. Análisis agridulce acerca de los alcances limitados de la justicia selectiva, y acerca del accionar de organismos internacionales y el sistema de naciones unidas, muchas veces cuestionado por escasa eficacia en sus muy publicitados cometidos.

Agridulce

Por Santiago O’Donnell. Página 12.
Las condenas suelen dejar un sabor agridulce porque la Justicia casi siempre es tardía y parcial. El fallo que sacó esta semana el Tribunal Criminal Internacional para la ex Yugoslavia no es la excepción. Condena a cadena perpetua por genocidio a dos militares serbio-bosnios y a fuertes penas a cinco más por crímenes de lesa humanidad, todos ellos por su participación en la masacre de Srebrenica de 1995, para muchos el peor acto de violencia en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Si uno lee la sentencia no puede menos que pensar que estos muchachos recibieron su merecido. Tardaron poco más de un mes en masacrar a más de ocho mil hombres adultos por el solo hecho de ser bosnios musulmanes. Se cargaron a más de mil en un solo día en una orgía sangrienta que tuvo lugar en un galpón. Vaciaron dos enclaves enteros, desplazando a decenas de miles de mujeres y niños musulmanes de sus casas, después de aterrorizarlos y hambrearlos con un bloqueo feroz.

El Tribunal de La Haya demostró que la masacre no fue el resultado de ningún exceso, sino de un plan sistemático que arrancó con una directiva escrita, la número siete del entonces presidente serbio-bosnio Radovan Karadzic. Ordenaba crear “una situación intolerable de total inseguridad con ninguna esperanza de supervivencia o vida para los habitantes de Srebrenica y Zepa”.

Tampoco se puede discutir que la sentencia es un avance para el principio de jurisdicción universal del derecho penal internacional. Se trata de la segunda sentencia por genocidio que emite un tribunal internacional, tras las condenas por el genocidio en Ruanda, y la primera de ese tipo contra ciudadanos europeos. En América latina tampoco hay muchos antecedentes. En el 2006 la Corte Suprema brasileña condenó por genocidio a unos mineros que masacraron a aborígenes yaromami. Hay algunos casos dando vueltas en Bolivia, Colombia y Argentina y no mucho más. Si uno se pone a pensar en todo lo que pasó en nuestro continente y en el mundo desde que se firmó la Convención de Genocidio en 1948, suena a poco lo conseguido con ese instrumento legal y ésa es otra razón para festejar la sentencia emitida esta semana por el Tribunal de La Haya.

Pero, claro, hay algunas cosas que la sentencia no dice y otras que dice medio al pasar. Entre estas últimas se destaca un dato de público conocimiento, que aparece repetidamente en la descripción de los hechos pero que brilla por su ausencia en la sección dedicada al reparto de castigos. Para decirlo sin vueltas, durante la masacre y la limpieza étnica, los enclaves de Srebrenica y Zepa se encontraban bajo la protección militar de fuerzas holandesas bajo bandera de la ONU y la OTAN. Y esos soldados no dispararon un solo tiro para evitar la masacre.

Los jueces dicen en la sentencia que los holandeses fueron convenientemente engañados. Y los holandeses argumentan que no tenían mandato para actuar porque su misión se encuadraba en el Capítulo Seis del mandato de la ONU (mantenimiento de la paz) y no el Capítulo Siete (imposición de paz a través del uso de fuerza). Está bien, nadie va a acusar a esos holandeses de genocidio, pero el tribunal juzga crímenes de guerra y cuesta creer que los guardianes de Srebrenica no tengan responsabilidad penal alguna por un genocidio que ocurrió en sus narices, mientras esos mismos guardianes, según el fallo, negociaban el vaciamiento de los enclaves con los masacradores.

Como dice León Gieco, el grito de los perdedores es sordo y mudo, aunque griten juntos. A esta altura de los acontecimientos hay pruebas sobradas de la persecución y el desplazamiento de la minoría serbia en Kosovo tras la ocupación de la OTAN. Hay muchas y muy buenas investigaciones sobre toda clase de crímenes de guerra ocurridos durante esa ocupación. En 1999 la entonces República de Yugoslavia, lo que quedaba de ella, acusa por genocidio en Kosovo al gobierno de Estados Unidos. Washington contestó que las tropas de la OTAN actuaron para prevenir la limpieza étnica de kosovares albaneses y argumentó que la Corte de La Haya no tiene jurisdicción porque Estados Unidos firmó una cláusula complementaria a la Convención de Genocidio aclarando que no puede ser acusado sin su consentimiento. El tribunal le dio la razón y nunca más se metió con un soldado de la OTAN.

El otro tribunal penal internacional de La Haya, con jurisdicción sobre países como Irak, Afganistán o Medio Oriente, tampoco encontró nunca un crimen de guerra de tropas estadounidenses, europeas o israelíes que ameritara su intervención. En el caso de Irak, el fiscal argentino Luis Moreno Ocampo dictaminó que el tribunal no está para juzgar las razones que llevan a iniciar una guerra, sino los crímenes que se cometen en ellas y que, en el caso de Irak, no hay evidencias suficientes como para abrir una investigación.

Hasta ahora el tribunal penal internacional ha limitado sus procesos a Uganda, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Sudán y Kenia. En el caso de la guerra yugoslava, también es frustrante que la primera sentencia por genocidio recaiga sobre militares de tercer nivel, mientras que de los tres principales responsables de la limpieza étnica de los musulmanes, uno está muerto, otro está prófugo y el otro está preso a la espera de un juicio que terminaría recién en el año 2014.

La sentencia por el genocidio de Srebrenica es un acto de justicia que traerá un poco de alivio a los sobrevivientes de la masacre y a los familiares de las víctimas. Como tal merece el aplauso. Pero a la vez representa un ejemplo más de justicia selectiva. Esa parcialidad pone en riesgo la legitimidad de la Convención de Genocidio y de todo el sistema de cortes internacionales. Porque se supone que fueron creadas para combatir los abusos de todos los poderosos y no sólo los de algunos poderosos no demasiado poderosos. Como dice un pasaje del Martín Fierro que Moreno Ocampo solía citar, como ejemplo de lo que no hay que hacer: “Para los amigos todo, para los enemigos la ley”.

Sensación agridulce: el fallo no estuvo mal, pero faltan muchos más. Y si La Haya no empieza a equilibrar la balanza, un día no muy lejano va a ser demasiado tarde.

Enlace: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-147509-2010-06-13.html

miércoles, 5 de mayo de 2010

"Los muertos y el degollado" por Mario Ferreiro


Comparto este material de opinión por pertinente con el tema y la actualidad del Paraguay hoy. Por la historia de impunidad, de supervivencia de un modelo autoritario. Por la historia de una transición que caminó siempre para atrás y en defensa del status quo conservador. Por la historia de reaparición de las ambiciones autoritarias y antidemocráticas de parte del establishment poblado de fantasmas del pasado dictatorial, con exigencias de mano dura, de estado de fuerza, de estado de excepción y claro, de cambio en la conducción del ejecutivo a través de un golpe "institucional", disfrazado de juicio político a mano de quienes han construido y se han servido de las dictaduras y los estados autoritarios en el Paraguay.


Mario Ferreiro. ABC COLOR. PARAGUAY. Enternece verlos tan exasperados, dando plazo de días y semanas para eliminar al EPP. Asombran sus discursos encendidos, sus vestiduras rasgadas y esa pose ampulosa que pretende conmovernos hasta el miedo.

Si no supiéramos de memoria que son los padres y abuelos del desastre que tomará décadas arreglar, hasta podríamos comenzar a creerles. Son los muertos asustados del degollado, los mismos que nos prometían ayer la perennidad de la paz y el progreso y la democracia sin comunismo; hoy están muy enojados y hasta parecen sinceros.

Yo los veo azorado frente a un televisor. Ensayo sus mismos gestos; practico sus ademanes frente al espejo. No sea cosa que los vaya a necesitar alguna vez. Ni Al Pacino en sus mejores días supo tener tanto virtuosismo actoral. Sudan exaltados, miran a la cámara y luego giran, agregando dramatismo a cada una de sus frases. Conforman un ejército de zombies marchando en nuestras instituciones, haciendo la mascarada del asustado. Justamente ellos, los que nos metieron el miedo hasta los tuétanos con sus cárceles y mazmorras de mala muerte y peor memoria.

Hoy están de vuelta, azuzando el fantasma del caos y la subversión; les viene como anillo al dedo cualquier incidente, cuanto más grave mejor, ni siquiera les importan las víctimas sino el provecho político que se puede extraer de ellas. Lo demostraron claramente en el caso Zavala, y no han podido disimularlo nuevamente luego de la terrible matanza de arroyito. Exigieron a los gritos el estado de excepción, para luego desvirtuarlo en un par de mamotretos imposibles de ser cumplidos y totalmente reñidos con la Carta Magna que alguna vez juraron respetar.

Son en verdad impresentables. Porque siguen sin poder entender que hay intereses muy superiores a los de sus domesticas rencillas. Si supieran que nos importan poco o nada sus malditas internas en donde imperan la prebenda, la amenaza y la extorsión psicológica. Y entendieran de una vez por todas que hay temas en donde no debiera importar lo que se publica sobre ellos en los diarios y la televisión.

Pero no hay caso. Cada crisis es fuente inagotable de un show de megalomanía e ignorancia insoportables. Nos empalagan con discursos plagados de frases mal elaboradas y sin sentido. Uno llegó a decir que el Ejecutivo lloraba “con lágrimas de víbora”, y otro más encumbrado aun dijo que el Legislativo siempre le saca “las pestañas del fuego” al Ejecutivo. Nadie pareció sorprenderse, de tan vacíos de contenido que se hallan hace rato esas bravuconadas reiteradas como una letanía inútil.

Son los mismos que no tuvieron la capacidad de salvar a Cecilia ni el coraje de cortarle el chorro a Marquetalia. Los que permitieron que la orden de captura de Severiano Martínez nunca se cumpla a pesar de estar vigente desde el 2002. Ahora supuestamente se asustan de los degollados y ponen plazos pegando el grito al cielo. Yo sencillamente no les puedo creer.


Enlace: http://www.abc.com.py/abc/nota/110973-Los-muertos-y-el-degollado/

martes, 4 de mayo de 2010

Estado de decepción: Cómo defender la democracia y no volverse autoritarios en el intento por José María Costa

Comparto esta nota, pues hace a un tema de especial sensibilidad en el Paraguay actual: la creciente posibilidad de perder derechos y garantías, en el combate al crimen, derechos y garantías por los cuales centenares de ciudadanos han luchado por décadas. Y estas excepciones a las garantías si se instalan por unas, mañana podrán instalarse por otras... las razones que fueren, e incluso, sin que existan valederas ni existan habilitaciones constitucionales explíticas.
Es cierto, el Paraguay desde la dictadura y durante la transición ha vivido de zozobra en zozobra por la emergencia de grandes asociaciones criminales al margen de toda ley, por encima de toda ley, y generalmente estuvieron y están relacionados a los grupos de poder, por tanto, toda asociación para el delito en el Paraguay, por lo menos es saludable sospechar que alguna relación con factores de poder político o económico mantuvieron o mantienen.
Y claro está que ninguno de los gordos peces de estas asociaciones no habitan las cárceles y han sido invetigados ni juzgados como corresponde en ley, antes bien, tienen la inteligencia y capacidad de cambiar de caras, de rubros, de territorios, e incluso, "plantar" y financiar los emprendimientos delictivos más audaces con fines económicos y hasta políticos, desestabilización incluida.
Pero está la defensa y promoción de un sistema democrático en juego. Un estado de derecho está obligado imperiosamente a garantizar la seguridad de las personas, a combatir el crimen con firmeza, pero precisamente para salvaguardar el sistema de garantías y derechos para toda la ciudadanía en todo el territorio nacional, y salvar al estado de caer en manos del crimen, por las vías que fuere. Renunciar a ello, aunque sea parcial o temporalmente, es el pasto más dulce y sabroso para la tentación y la razón autoritarias, la misma que busca en muchos casos la discrecionalidad y arbitrariedad exactas para sus sectarios intereses, con una democracia formal, epidérmica y de fachada que los encubra, o el fracaso de todo proceso democrático y democratizador, cuando no tendrán los privilegios a la luz de los cuales han nacido y crecido.
Para este humilde observador, la democracia está y estará a media asta hasta que todas las garantías y derechos estén nuevamente vigentes en todo el territorio nacional y válidas para todos sus habitantes. Nada es más grave que perder garantías, sea por un minuto, sea en un centímetro de territorio nacional. Los estados de excepción son fuegos que queman demasiado y pueden producir daños irreparables en sociedades como la paraguaya, donde harto difícil es construir democracia con verdad, justicia, memoria y que en el tiempo perduren como valores a preservar de toda coyuntura o contingencia. Las manos democráticas que nos conduzcan, tan y más hábiles serán cuanto más lejos de cualquier "atajo", y especialmente el autoritario, nos mantengan.

Estado de decepción: Cómo defender la democracia y no volverse autoritarios en el intento


José María Costa. ULTIMA HORA. PARAGUAY. Ha preocupado a muchos la declaración del estado de excepción. No les han faltado razones a quienes se preguntaron para qué se necesita una medida extrema como ésa, habiendo caminos normales, no extraordinarios, para demostrar voluntad y decisión firme en la lucha contra la delincuencia, organizada o no.

Personalmente, me queda el sabor de que aún sin este recurso constitucional extremo, las autoridades podrían haber hecho mejor papel en el combate al EPP y a otras formas más cotidianas y menos "ideológicas" de inseguridad. Por ejemplo, para movilizar fuerzas militares o actuar con rapidez -incluso en las órdenes de detención o allanamiento- no se precisan permisos constitucionales "extras", sino voluntad real y claridad en el mando. El gobierno tiene, en este sentido, la oportunidad de desmentir todo el escepticismo y las sospechas que han rodeado este asunto. Y sabe que tiene menos de un mes para hacerlo, un corsé de tiempo al cual no se ha visto muy afecto un gobierno que camina, según sus propios corifeos, "a pasos episcopales", y todavía sigue justificando sus demoras diciendo que cualquier tiempo es poco para todo lo que debe hacerse.

Ahora bien, lo que deja de nuevo revoloteando en el escenario político esta circunstancia del estado de excepción es la cada vez más señalada necesidad de que las esperanzas, las ilusiones, las expectativas de la gente sean atendidas con respuestas concretas por parte de las autoridades.

No se puede consolidar la cultura democrática, ni siquiera la simpatía por ella, sin evidentes avances en los valores componentes de este sistema de gobierno. No por mucho cacarear sobre la participación democrática, habrán de verse los huevos de un verdadero protagonismo de los ciudadanos. El resultado de una ciudadanía activa, protagónica, comprometida con el país, no viene como consecuencia de simples y populistas discursos que parecen evidenciar más bien un temor o antipatía al "otro" mecanismo de participación: el voto. Para lograr que la gente se sienta protagonista, esté consustanciada con la democracia, la valore y la defienda, se precisa de realidades más que de discursos; de acciones, más que de proyectos grandilocuentes; de avances reales, más que de excusas sempiternas.

No por llenarse la boca de "democracia participativa", la gente excusará la inutilidad o la deshonestidad en la función pública. No por autodenominarse "progresistas" los dirigentes políticos o sociales del entorno gubernamental deberán esperar que nadie les señale con el dedo cuando han metido la mano en la lata, o cuando lo han intentado y pudieron "desactivar a tiempo", antes de ser pillados, esos negociados. No por proclamarse profetas del cambio están exentos de rendir cuentas, ser transparentes, ser eficaces y actuar con total legalidad. Así se ha reclamado a los de antes, no debiera ser diferente con los de ahora. Ni debiera creerse que con eso se "pone el palo a la rueda" o "se hace el juego a los antidemocráticos".

Hacer el juego al pasado, al autoritarismo, a la anti-democracia ocurre en verdad cuando no se actúa con responsabilidad ante la esperanza de la gente, cuando se promete y no se cumple, cuando se buscan atajos autoritarios para fines sectarios. Para defender y fortalecer la democracia hay que actuar institucionalmente y ser eficaz, para con ello evitar que en esta ciudadanía, aún esperanzada, cunda y se instale el estado de decepción. ¿O ya es tarde para ello?

Enlace: http://www.ultimahora.com/notas/318877-estado-de-decepci%C3%B3n

sábado, 1 de mayo de 2010

LA CLASE POLITICA COLORADA Y SU SUICIDIO POLITICO POR JOSE CARLOS RODRIGUEZ

Comparto esta nota pues intenta abordar un tema clave de la lucha por la democracia y contra el autoritarismo en el Paraguay, la supervivencia en pleno siglo XXI de expresiones políticas aún ancladas en el siglo XX, con períodos fascistoides, y relacionadas a las diversas mafias que crecen y se reproducen en la ilegalidad.

La clase política colorada y su suicidio político

Por José Carlos Rodríguez. (*). ULTIMA HORA. PARAGUAY. El Partido Colorado no cayó el 20 de abril del 2008. Ese día perdió las elecciones, lo que le pasa a cualquiera, en democracia. Cayó ahora, el 28 y 29 de abril del 2010, al votar en el Parlamento, casi unánimemente, contra el impuesto a la renta personal. Cayó bien bajo.

Los colorados Unace o ANR saben por qué votaron y qué botaron en relación a la renta personal.

Votaron por la corrupción y botaron a la honestidad. El que había sido el partido de la dictadura y luego fue el partido de la transición, ahora es el partido de la corrupción. Desde el punto de vista del voto por la mafia, no se distinguen unos de otros; salvo alguna excepción solitaria y nada significativa.

Con ello, la ANR se pisa el propio poncho. Ya que ese proyecto había sido presentado por la propia ANR. Corta es la memoria y larga la incoherencia. Con ello, la ANR se levanta contra el reclamo popular que se bate contra la mafia y sus testaferros, contra los que viven en la oscuridad fiscal y odian la transparencia. Contra la mafia que acaba de acribillar a un senador de la nación. Con ello, se levantan contra la necesidad de aumento de los recursos del Estado, cuando un pueblo sufre la necesidad de más medios estatales para salud, educación, infraestructura y reformas a favor de la pequeña producción familiar, rural y urbana. Con ello, el partido de Caballero hace yvy ku'í de sus principios sociales y libertarios, que muchas veces no fueron practicados, pero frecuentemente han sido ensalzados.

La diferencia entre motivos, intereses y pretextos es confusa. No se sabe para quién trabajan los colorados. No para los gremios empresariales, que se manifestaron a favor del blanqueo de la economía, con la Unión Industrial Paraguaya y la Federación de la Producción la Industria y el Comercio, y muchos más que están por el IRP. El empresario legal no es el mandante secreto de estos políticos. Otros son sus patrones, posiblemente los del dinero negro, pero también puede ser que sean ellos mismos, como clase política colorada en contra del país honesto. Los perros de estancia que cuidan su querencia, los pecados y secretos de familia.

La ANR había acunado al militarismo, a la dictadura, al conformismo con la injusticia social y con la sociedad corrupta. Eso había sido en dictadura. Pero el coloradismo tuvo gestos grandes. Fue el primer partido de la historia paraguaya que entregó pacíficamente el mando al ganador de la contienda electoral. Y ese mismo partido había propuesto el blanqueo de la sociedad. Y ahora, ¿qué les pasa?

¿Es que no tienen más el dinero estatal para hacer campaña y quieren que los empresarios mau paguen las cuentas? ¿Es que ellos mismos temen al blanqueo porque puede perjudicar a sus propios dineros malhabidos y maltenidos? Sostienen un esquema neoliberal, modelo Jaeggli, que consiste en la lucha de clases de los ricos contra los pobres, más a la derecha que el FMI, que el BM, que naturalmente, como todo el mundo hoy se posicionan a favor de una economía normal, y, naturalmente, los colorados se posicionan a la ultraderecha del Partido Liberal, al que alguna vez acusaron de oligarquía.

No piensan posiblemente en hacer progresos en mantener el orden público, en elevar la moral pública, hacer promesas de bienestar público y cumplirlas. ¿Piensan acaso volver a atacar a las poblaciones campesinas para que no protesten de hambre? ¿Piensan acaso prohibir los movimientos sociales para que no protesten contra la injusticia social? ¿Piensan rehabilitar a Pastor Coronel, a Investigaciones y la Técnica con sus torturadores, para que nadie se anime a desobedecer dos veces? ¿Piensan que hay que jerarquizar el Parlamento y no ensuciarlo con decisiones absurdas? ¿Piensan darle nomás razón a la indígena que desconfiaba de los partidos y condenaba al Parlamento?

Al decidirse en contra el impuesto a la renta personal, el coloradismo da un paso decidido hacia su entierro político. Un partido que milita en contra la justicia y contra la integridad es un partido con una dolencia mortal. Ponerse en contra de la historia es un suicidio político, un politicidio.

¿Qué le van a decir a su casi dos millones de afiliados? ¿Que la corrupción es buen negocio? ¿Que hay que aguantarse la pobreza y el hambre? ¿Que el Paraguay debe resignarse a ser un país fracasado? ¿Que para echar a Lugo hay que crucificar a la patria, o sea a todos y todas? ¿Qué le van a decir a los empresarios que heroicamente piden pagar impuestos justos y tener un país más justo? ¿Qué le van a decir a sus obreros, a sus campesinos sin tierra y a sus pobladores sin techo? ¿Que la economía debe declinar para que remonten los jefes partidarios sin vergüenza?

Sin hacer bien sus deberes, el Paraguay no funcionará en un mundo que marcha cada día más rápido. Volver al pasado del siglo XX, en el XXI, no es volver a lo mismo de ayer, es irse al infierno. La mundialización no espera ni perdona. Eso lo saben los jefes de la ANR y no les importa. Dios y la patria les reclamarán a los jefes colorados, sin duda. Pero, mucho antes, lo harán los votos. La tumba que están cavando, ellos mismos para ellos mismos, no quedará vacía por mucho tiempo. Esa tumba les está reclamando. Está ávida por acoger a los escombros de un partido que dio un paso decidido hacia su propia extinción.

(*) Sicólogo. Catedrático de la UCA. Asesor del Ministerio de Hacienda y de una comisión del Parlamento.

Fuente: http://www.ultimahora.com/notas/317790-La-clase-pol%C3%ADtica-colorada-y-su-suicidio-pol%C3%ADtico

viernes, 23 de abril de 2010

PARAGUAY: Consiguen ADN de víctimas NN




Antropólogos argentinos en plena tarea de exhumación de los restos de una víctima de la dictadura en la Agrupación.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) informó ayer que pudieron aislar el perfil genético de tres restos óseos pertenecientes a víctimas de desaparición forzosa durante la dictadura stronista. Estos huesos fueron hallados en el predio de la Agrupación Especializada de la Policía Nacional, ex Agrupación de Seguridad. “En total ya se encontraron en este sitio los restos de seis personas, de los cuales tres ya tienen registros de ADN. Esto es histórico.

Son los tres primeros desaparecidos que podrán ser identificados”, manifestó Rogelio Goiburú, la Dirección General de Verdad, Justicia y Reparación. Agregó que todos los estudios para obtener la información genética de los restos de los tres NN corrieron por cuenta de EAAF, quienes vienen colaborando en las excavaciones en búsqueda de los detenidos-desaparecidos y ejecutados extrajudiciales durante la dictadura stronista. “Ahora, el siguiente paso es recolectar la mayor cantidad posible de muestras sanguíneas de los familiares cercanos de los desaparecidos. Hasta ahora contamos con 56 muestras depositadas en el Poder Judicial, pero debemos multiplicar por diez este número. Con el estudio científico de la sangre iremos detectando la identidad de aquellas víctimas NN que ya cuentan con perfil genético”, explicó Goiburú. El funcionario comentó que “el costo de todos los estudios científicos, además de las idas y venidas de los antropólogos argentinos, corrió por cuenta del Gobierno del vecino país. A partir de ahora nosotros debemos conseguir fondos para continuar con las investigaciones”, dijo.

Fuente: http://www.abc.com.py/abc/nota/107282-Consiguen-ADN-de-v%C3%ADctimas-NN/

viernes, 16 de abril de 2010

MALAVENTURA, NOMBRE PARA UN TORTURADOR

Publicado por: Mario Rubén Alvarez | Viernes 16 Abril 2010 | 09:04Hs. Ultima Hora. En la cultura popular paraguaya mestiza, hay una especie de piedad por los muertos. Âgâ omano rire ivuénone, suele escucharse acerca de algunos que desbordan maldad en cada uno de sus parpadeos. Y, de hecho, al morir, la indulgencia colectiva les otorga el perdón de sus pecados. Por eso en los velorios suele haber un reiterado lugar común: "Imarangatueteva´ekue niko ko karai". No importa que haya sido un aña mbaraka de marca registrada.

Debajo de esa actitud subyace el criterio de que el finado ya no podrá seguir haciendo daño. Y que, por lo tanto, lo mejor que puede hacerse es dejarlo en paz para que se arregle como pueda en el Más Allá.

A no todos los fallecidos, sin embargo, les alcanza esa bendición posmórtem. Aquellos que han violentado los límites de la razón, del respeto a las personas y han denigrado a sus semejantes hasta extremos de crueldad que las palabras no alcanzan a reproducir, siguen siendo en muerte lo que fueron en vida.

Los torturadores forman parte de la reducida lista de gente a quienes no alcanza la tolerancia que se otorga al común de los viajeros a la eternidad. Han sido bestias, siguen siendo tales y continuarán en esa categoría hasta la consumación de los siglos y la cabalgata final de los cuatro jinetes del Apocalipsis.

No pueden ser seres humanos los que ahogan, picanean, cuelgan, violan, castran, azotan y, por último, matan a quienes tienen la desgracia de quedar al alcance de sus garras para ser despedazados, descuartizados, destrozados y aniquilados.

La reciente muerte de Alberto Buenaventura Cantero, aquel que fuera despiadado jefe de la sección Política del Departamento de Investigaciones, es una ocasión propicia para hacer memoria acerca de una gavilla que respondía con barbaridades las órdenes del sanguinario dictador Alfredo Stroessner.

Antes que Buenaventura, debió llamarse Malaventura. Hubiera estado más identificado con su ser y no hubiera deshonrado al patrono de Yaguarón usando su nombre en vano. De llamarse Malaventura - desgracia, infortunio, mala suerte- , hubiera estado más cerca de lo que realmente era para sus víctimas y ni siquiera le sobraría una rendija para disimular lo contrario.

Cantero tenía su oficina sobre la calle Presidente Franco, al lado de la de su jefe, que también llevaba una contradicción desde la pila bautismal: se llamaba Pastor y era un lobo siempre al acecho de verdaderos y falsos - aquellos a quienes la dictadura les colocaba el sambenito siendo colorados, liberales, dirigentes estudiantiles, sindicalistas y otros luchadores por la causa de la libertad- comunistas.

Allí, con una sonrisa que no podía disimular su cinismo, Can tero (un can entero, las 24 horas, en cualquier parte, sin vacaciones), hablaba con alguien a quien reprochaba por leer libros prohibidos y peligrosos que "atentaban contra la paz que vive la República" y promueve "ideologías foráneas cuyo único objetivo es destruir la convivencia entre paraguayos". Estos encomillados son de La voz del coloradismo.

- Cuáles, por ejemplo... - se atrevió a contrapuntearle el que estaba sentado ante él más muerto que vivo.

- Por ejemplo... El comunismo en las Misiones... Cómo va a leer una obra así...

- Pero si es de Blas Garay, un colorado que, claro, no era como ustedes porque era digno, inteligente y honesto... por eso lo mataron a los 26 años...

Para qué le dijo eso. Malaventura saltó de su asiento, se puso furioso, llevó la mano a la cintura y bramó:

- ¡Guardia! Venga y lleve al calabozo a este que quiere saber más que nosotros. Ñandéngo la ñamandáva y nadie va a venir a discutirnos en nuestra casa... Reikuaáma rejapoarâ...

Ni olvido, ni perdón. Sí la condena perpetua de recordar sus actos para que otros no se atrevan a repetirlos.

Enlace: http://blogs.ultimahora.com/post/3135/34/malaventura,-nombre-para-un-torturador.html

miércoles, 14 de abril de 2010

QUERELLAN EN ARGENTINA CRIMENES DEL FRANQUISMO

Comparto esta noticia ya anunciada varias días atrás, pero concretada en la fecha, que apela a la universalidad en la búsqueda del juzgamiento sobre crímenes de lesa humanidad...

Redacción. BBC Mundo. Grupos de derechos humanos de Argentina y España, junto al Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, presentaron este miércoles una demanda en una corte de Buenos Aires para que se investiguen crímenes de lesa humanidad ocurridos durante la guerra civil española y el subsecuente gobierno del general Francisco Franco.

Los querellantes españoles aspiran a que el tribunal de Argentina aplique el principio de jurisdicción universal. La jueza federal María Servini de Cubría estará a cargo del caso, quien es conocida por haber tomado casos controvertidos de alto perfil en los últimos 20 años. El texto presentado ante la magistrada argentina indica que la "querella criminal" por "delitos de genocidio y/o lesa humanidad" abarca el período entre julio de 1936 y junio de 1977.

El documento explica que la participación de grupos argentinos se fundamenta en el principio de "jurisdicción universal" para juzgar este tipo de crímenes contemplado en la Constitución de Argentina y "consagrado en el Derecho Internacional".

De acuerdo con la periodista Veronica Smink de BBC Mundo en Buenos Aires, los promotores de la iniciativa aspiran a que el tribunal argentino aplique este principio para investigar estos crímenes que, según afirman, no prescriben.

Smink agrega que los demandantes solicitan que la justicia argentina recabe "los nombres y último domicilio conocido" de los miembros de los Consejos de Ministros de los Gobiernos del Estado Español, los mandos de las Fuerzas Armadas, la Guardia Civil, la Policía Armada, los Directores Generales de Seguridad y los dirigentes de Falange Española, que actuaron en ese período.

"Circunstancias extensibles"

La demanda está encabezada por Darío Rivas Cando, en representación de la española Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica, por el fusilamiento de su padre, Severino Rivas Barja en 1936. Garzón afronta en España un proceso por presunto delito de prevaricación en el caso contra el franquismo.

El texto presentado en tribunales agrega que "todas estas circunstancias narradas son extensibles a decenas de miles de personas asesinadas en las semanas que siguen al 17 de julio de 1936 por el grupo de oficiales militares alzados, la Falange Española y otras organizaciones afines de apoyo a la insurrección".

En esta demanda también participan la Federación de Asociaciones Gallegas de Argentina y las asociaciones de Detenidos y Desaparecidos durante el último gobierno militar argentino (1976-1983), las Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, entre otras.

La querella se da en un momento en que el juez español Baltasar Garzón afronta un proceso por presunto delito de prevaricación, por excederse en sus competencia al investigar los crímenes del franquismo.

El juez sostuvo que, por ser crímenes contra la humanidad, esos casos estaban excluidos de la ley de amnistía aprobada por el Parlamento español en 1977 y eran delitos vigentes al desconocerse el paradero de las víctimas.

Fuente: http://www.bbc.co.uk/mundo/internacional/2010/04/100414_1709_argentina_espana_querella_franco_gm.shtml

martes, 13 de abril de 2010

ESPAÑA: El Foro por la Memoria considera «kafkiana» la imputación a Garzón


Comparto este material de prensa que llega desde España y refiere al "proceso" sobre las investigaciones del Juez Bastasar Garzón:

La Tribuna de Toledo. España. 13 Abril 2010. M. G. El colectivo asegura que la persecución al juez es «un aviso a navegantes» para no remover el franquismo. Sostiene que con sus investigaciones «han saltado los resortes del Estado»

La decisión del Tribunal Supremo de continuar con el proceso al juez Baltasar Garzón por una presunta prevaricación al investigar los crímenes del franquismo está removiendo a muchas asociaciones y familiares que apoyan la Memoria Histórica. Los colectivos no comprenden por qué la Justicia española se resiste a sacar a la luz los crímenes del franquismo y muchos ya están demostrando su apoyo al magistrado de la Audiencia Nacional sumándose a una concentración anónima que circula sin fecha por internet.

El Foro por la Memoria de Castilla-La Mancha, incluido también el de Toledo, tiene claro que la decisión del juez Varela, del Tribunal Supremo, contra Garzón es «un aviso a navegantes» para que nadie intente sacar a la luz nada relacionado con el franquismo. «Cuando se ha tocado este tema han saltado los resortes del Estado», opina el presidente de ambos colectivos, Emilio Sales.

A pesar de que esta organización no se presentó ni envió documentación al juez Garzón cuando se inició la investigación de los miles de desaparecidos durante el franquismo, Sales reconoce que ha sido el primer magistrado que se ha atrevido a levantar el velo de décadas de silencio. El Foro por la Memoria prefirió en su día mantenerse al margen de las investigaciones porque no tenía claro si Baltasar Garzón era competente, pero tenía intención de remitir toda la documentación en su poder una vez que este asunto quedara claro.

Al margen del debate abierto sobre su competencia en este tema, Sales tilda de «situación kafkiana» la persecución política y judicial contra el magistrado de la Audiencia Nacional. Sostiene que no es la primera vez que Garzón se ve envuelto en una polémica porque se trata de un «juez muy mediático», pero tiene claro que se ha cargado contra él por investigar el franquismo. Sales asegura que no es la primera vez que se pone una querella por su actuación judicial, pero ninguna de ellas ha cuajado ni ha levantado tanta polvareda mediática.

Futuro. El Foro por la Memoria señala que la persecución a Garzón pone una nueva traba para continuar con las exhumaciones y con las investigaciones sobre desaparecidos durante la Guerra Civil y el franquismo. «Ahora los jueces no querrán tener nada que ver en la apertura de fosas porque no tendrán ganas de jugarse su carrera», apunta Sales. Reconoce que antes de todo este revuelo muchos de ellos eran «reacios» a este tipo de temas, pero ahora se aviva porque «la Justicia no quiere tocar el franquismo».

En este sentido, el presidente de este colectivo manifiesta cierta indignación porque no comprende el motivo del Tribunal Supremo para admitir a trámite la querella de Falange Española contra el juez Garzón. «Nunca pueden ser parte de una acusación porque siempre han sido la mano de obra de los asesinatos».

A su juicio, esta situación confirma que la «Justicia española quiere estar por encima del bien y del mal», puesto que tampoco ha hecho caso a los juristas internacionales que han enviado escritos de apoyo a Garzón por atreverse a investigar los crímenes del franquismo. Sales encuentra una importante contradicción en relación a este tema. «Nos permitimos darles consejos a otros países sobre estas cuestiones, pero aquí no se pueden ni tocar».

Al Foro por la Memoria tampoco le queda clara la actuación del Gobierno de Zapatero, pese a impulsar la Ley de Memoria Histórica. Sales culpa de este embrollo judicial al PSOE por no haber aclarado en un principio las competencias judiciales dado que el tema tenía importantes tintes políticos. Además, reconoce que las leyes actuales siguen siendo «herederas del franquismo» y existen «demasiadas ataduras del pasado» que frustran cualquier intento de rescatar la Memoria Histórica. «Aún así se está avanzando más en el terreno militar, donde no hay problemas por retirar los símbolos franquistas, que en el judicial».

El colectivo no se plantea sumarse a la concentración de apoyo, que aún no tiene fecha, prevista para cuando se aparte cautelarmente al juez Garzón de su ejercicio profesional. De momento, el Foro por la Memoria de Castilla-La Mancha prefiere esperar a conocer a fondo esa convocatoria que se inició de manera anónima en Facebook, una conocida red social.

FUENTE: http://www.latribunadetoledo.es/noticia.cfm/Local/20100412/foro/memoria/considera/kafkiana/imputacion/garzon/EE249BC7-B01B-CF10-54F253435C80D134

martes, 6 de abril de 2010

Entre la convergencia progresista y las recetas de las clases dominantes

Comparto material que enviaron a la red alojado en el portal Gara. El mismo se inscribe dentro de una serie de búsquedas de interpretación de la realidad social y política del Paraguay a casi dos años del histórico 20 de abril, donde la ciudadanía a través del voto popular, emitió señales de buscar el cambio político, con el nombre de alternancia.


Entre la convergencia progresista y las recetas de las clases dominantes

El todavía incipiente proceso de unidad de sectores progresistas puede ayudar a impulsar un cambio que no ha sido tan grande como se esperaba con la llegada de Fernando Lugo al poder, tanto por la tibieza del Gobierno como por el bloqueo impuesto por las clases y medios dominantes.

Luismi UHARTE Sociólogo. El Paraguay que había desaparecido simbólicamente del mapa de América del Sur, en gran medida producto de la dura y prolongada dictadura del general Alfredo Stroessner, reivindicaba un lugar en el imaginario colectivo latinoamericano y mundial. La trágica caracterización del país como «una provincia argentina dentro de Brasil» pretendía ser superada.

Tras más de año y medio de Gobierno efectivo -desde agosto de 2008-, la realidad no ha cambiado tanto como muchos deseaban, en parte por la combinación de temor y tibieza gubernamentales y, sobre todo, por la situación de bloqueo de facto que han impuesto las clases dominantes y sus medios de comunicación.

Secuestro de Fidel Zavala. En los últimos meses, el tema central del debate político fue impuesto por los grandes medios: el secuestro del ganadero Fidel Zavala por parte del EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo). El ultraconservador rotativo «ABC Color» dirigió la campaña mediática para convertir este suceso en asunto de interés nacional, eclipsando otra serie de informaciones de indudable relevancia, como el papel proto-golpista del Parlamento, la histórica renegociación con Brasil del Tratado de Itaipú...

Las clases dominantes criollas aplicaron con notable precisión los métodos tradicionales de alienación mediática y solidaridad interclasista inducida que en otras latitudes se han utilizado con bastante éxito.

El «lazo blanco» como símbolo de solidaridad con el secuestrado se convirtió en la herramienta política fundamental para construir una conciencia colectiva donde todos los problemas de país se reducían al secuestro de un acaudalado ganadero, mientras una masa interclasista manifestaba su condena ante este suceso. Incluso algunos sectores de la propia izquierda terminaron repitiendo el discurso hegemónico elaborado por los medios oligárquicos.

Paradójicamente, a ninguno de estos medios se les ocurrió plantear una campaña similar por los centenares de paraguayos que en pleno siglo XXI siguen sufriendo otra forma de «secuestro», trabajando literalmente en régimen de esclavitud en el extenso occidente del país (el Chaco).

Asesoría contrainsurgente colombiana. La insistencia de los mass media en vincular al EPP con las guerrilla colombiana de las FARC y, paralelamente, el intento de identificar a ciertos miembros de la izquierda del Gobierno como próximos a grupos extremistas, además de acusar al Ejecutivo de inoperante e incompetente, facilitó un contexto para la intensificación de recetas represivas.

El ministro del Interior, Rafael Filizzola, identificado como uno de los hombres «preferidos» por la Embajada de EEUU y ubicado en los sectores socialdemócratas más a la derecha, no tuvo excesivos reparos en incrementar la presencia policial en zonas campesinas. La consecuencia, obviamente, fue el aumento del control y la criminalización del movimiento campesino más combativo.

Pero la decisión más controvertida, que trasciende al ministro del Interior y que salpica al propio presidente Fernando Lugo es la aceptación de la cooperación colombiana en materia de secuestro y de contrainsurgencia. El riesgo de un apoyo de este carácter es muy alto, teniendo en cuenta que el Estado colombiano es líder en el continente en materia de violación de derechos humanos (paramilitarismo, fosas comunes, parapolítica...).

Rifirrafe con la Embajada USA. En medio de este clima contrainsurgente creado artificialmente, el ministro de Defensa, Luis Bareiro, se salió por la tangente, enviando una carta a la embajadora de EEUU, Liliana Ayalde, advirtiéndole sobre lo poco conveniente de sus reuniones con sectores de la oposición (civil y militar). Tras el reciente y exitoso golpe en Honduras y la habitual dinámica conspirativa del actual vicepresidente con sectores poco afectos a la democracia, no resulta extraña la preocupación del ministro. Preocupación que también ha manifestado por la que considera poco acertada decisión de recibir cooperación «antiterrorista» colombiana.

Estas posiciones de Bareiro, que pudieran interpretarse como de inspiración antiimperialista, han vuelto a alterar el pulso de los medios de comunicación oligárquicos, que además de lanzar duras diatribas contra el ministro, han rescatado por enésima vez el absurdo y cansino leit motiv del «gobierno subordinado a Chávez y al bloque bolivariano».

Convergencia progresista. En este contexto de hegemonía del discurso mediático más conservador, a lo largo de los últimos meses se ha puesto en marcha un proceso de encuentro, diálogo y convergencia entre diversos sectores de la izquierda y la socialdemocracia más consecuente. El surgimiento del denominado Espacio Unitario-Congreso Popular, conformado por los partidos de izquierda más influyentes (P-MAS, Partido Comunista, Convergencia Socialista y Tekojoja) y por varias de las organizaciones más importantes del movimiento campesino y popular, ha supuesto un gran avance en la histórica trayectoria fragmentada de la izquierda paraguaya.

El acercamiento al Espacio Unitario del sector socialdemócrata más progresista, liderado por el ex intendente de Asunción Carlos Filizzola, ha dotado de mayor atractivo y potencialidad a este proyecto de convergencia, sobre todo por la cercanía de las elecciones municipales de noviembre de este año que, indudablemente, son concebidas por todos como el primer gran plebiscito del Gobierno y del propio Fernando Lugo.

A su vez, el influyente ministro de Presidencia, Miguel Ángel López Perito, ubicado también en el amplio espectro ideológico progresista, acaba de impulsar un nuevo proyecto político denominado Movimiento 20 de Abril, que no se define expresamente de izquierda, pero que pretende capitalizar la esperanza del cambio.

De cualquier manera, la clave de nuevo estará en el apoyo simbólico de Lugo, que continúa siendo la figura carismática clave para catalizar a la «multitud».

El materuial está alojado en: http://www.gara.net/paperezkoa/20100405/192200/es/Entre-convergencia-progresista-recetas-clases-dominantes

lunes, 5 de abril de 2010

LA DISRITMIA PARAGUAYA - Por Andrés Criscaut -

Le Monde diplomatique | el Dipló Nº 130 | abril 2010

A dos años de la elección presidencial de Fernando Lugo

La disritmia paraguaya

por Andrés Criscaut, enviado especial*
andrescriscaut@yahoo.com

El pasado 3 de febrero la democracia paraguaya cumplió su mayoría de edad al celebrarse los 21 años de la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). Sin embargo, el acto organizado en la sala bicameral del Congreso para conmemorar esa fecha estuvo marcado por la baja concurrencia: no más de 50 personas asistieron al debate titulado “¿Qué queda de la dictadura, y cómo superar su legado?”. Responder a este interrogante es el gran desafío de la administración de Fernando Lugo, ex obispo, seguidor de la teología de la liberación, cuya victoria en los comicios presidenciales de abril de 2008 generó expectativas difíciles de cumplir.

“Con un ritmo lento y cansino de letargo y aislamiento, Paraguay ocupa en América Latina más o menos el mismo lugar que el de hace cien años.” Así sintetiza el investigador y escritor Alfredo Boccia Paz la actualidad de su país, aunque aclara que “en las últimas dos décadas, desde la caída de la dictadura de Stroessner en 1989 y de esa supuesta ‘transición democrática’, han ocurrido y hemos descubierto más cosas que nunca”.
En 2011, cuando los paraguayos festejen el bicentenario de una independencia inusualmente poco cruenta, que derivó –al menos en su inicio– en uno de los países más estables de América Latina, también estarán recordando la impronta autoritaria que signó gran parte de su historia, y que quizás recién haya comenzado a disolverse realmente hace dos años, con la victoria del ex obispo Fernando Lugo en las elecciones presidenciales. Ya que si se suman los gobiernos de Gaspar Rodríguez de Francia (1816-1840), Carlos Antonio López (1844-1862), su hijo Francisco Solano López (1862-1869), y Alfredo Stroessner (1954-1989), casi la mitad de la vida independiente paraguaya estuvo marcada por ese gran espectro, tan bien amalgamado por Augusto Roa Bastos en su libro Yo el Supremo (1), de déspotas ilustrados, patriarcas, caudillos, patrones y dictadores.
A contrapelo de la mayoría de los países en la región, Paraguay tuvo una evolución y un desarrollo que lo llevó muy tempranamente a una estabilidad administrativa y a una pronunciada identificación nacional, pero también a un tardío proceso de apertura democrática y participación cívica masiva. Ante cuatro paredes tapizadas de libros de su estudio en las afueras de Asunción, la socióloga Milda Rivarola explica que “este país, en donde se dan tiempos históricos muy lentos y particulares, tuvo un desarrollo muy precoz de dictaduras totalitarias que dejaron actualmente una sociedad disgregada y apática, parecida a la de los países de la ex Cortina de Hierro. En tal sentido, como dijo mi colega Francisco Delich, ‘Paraguay es el cementerio de todas las teorías socio políticas’, si no ¿cómo entender que con tanta pobreza no exista una marcada presencia de movimientos de izquierda o una fuerte tradición revolucionaria?”.

Sobre la tectónica imperial

Ya desde la fundación de Asunción en 1537, centro neurálgico y “Madre de Ciudades” de la que partirían varias de las corrientes que poblaron la región virreinal, pueden rastrearse ciertos factores estructurales que aún hoy persisten: aislamiento, unidad identitaria, concentración de poder, carencia de movilidad social y de renovación de los actores políticos. Con la independencia, de marcada oposición a la revolución de Buenos Aires de mayo de 1810, ya comenzaba a hablarse de una identidad “paraguaya” por sobre la americana.
Pero la “insularidad” mediterránea de Paraguay –Roa Bastos afirmaba que era “una isla rodeada de tierra”– se encuentra inmersa en un mar geoestratégico de sólidas tensiones y dinamismos. Tanto Asunción como Montevideo formaban parte de una estrategia colonial española de contención del imperio portugués en América, un equilibrio de poder que luego se traduciría en una rivalidad brasileño-argentina por definir áreas de influencias y “espacios vitales”. Dentro de este “Gran Juego” rioplatense, tanto Uruguay como Paraguay tuvieron un cierto rol de buffers o amortiguadores de ambas ambiciones: las ahora utopías federalistas de José Gervasio Artigas o de José Fructuoso Rivera fueron en su momento muy reales y pretendían formar un “Gran Uruguay” con Paraguay; la Mesopotamia argentina y los farrapos secesionistas de Río Grande del Sur y su República de Piratini (2).
Esa línea de fractura social, política, cultural e idiomática no sólo ha moldeado a Paraguay, sino que lo ha condenado. La Guerra de la Triple Alianza (“Guerra Grande” o de la “Triple Infamia” vista desde el lado paraguayo) mantenida por Brasil, Uruguay y Argentina contra el Paraguay de Solano López entre 1865 y 1870, más allá de las exageraciones y apologías posteriores (3), no sólo dejó exhausta y aniquilada a la sociedad paraguaya (4) sino que marcó hasta el día de hoy su sesgo político. Tras el retiro de las tropas invasoras aliadas, se conformaron los dos partidos que dominarían en forma casi exclusiva el reducido espectro gubernamental: el Partido Liberal (actual Partido Liberal Radical Auténtico, PLRA), volcado más hacia Buenos Aires, y el Partido Colorado (Asociación Nacional Republicana, ANR) con marcadas influencias pro brasileñas (5).
Ambas tendencias acompañaron las fluctuaciones de gobiernos inestables y endebles, con una marcada preeminencia a orientar tanto la política como la economía a la zona del Río de la Plata (en gran medida el comercio paraguayo entraba y salía por la cuenca del Plata dominada por Buenos Aires) hasta que una nueva guerra volvió a cambiar el eje gravitatorio del país. La confrontación entre Paraguay y Bolivia de 1932-1935 por las supuestas reservas de petróleo del Chaco boreal (la Standard Oil, actual Exxon, del lado boliviano y con apoyo de Brasil, contra la Shell de Paraguay y con intereses argentinos) fue la más cruenta y moderna de toda Sudamérica. Este conflicto, conocido como Guerra del Chaco, galvanizó las tendencias nacionalistas y militaristas de la época y desencadenó en 1936 la Revolución Febrerista paraguaya, que nucleó elementos totalitarios, tanto marxistas como filonazis, e inauguró un período militarista de golpes de Estado, agitaciones y contragolpes que desembocarían en otra feroz guerra civil en 1947-48, con un cuantioso saldo de exiliados políticos hacia Argentina, y con un cálculo estimado de miles de muertos (algunos hablan de 30.000). El Partido Colorado tomaría desde ese momento el control de un país ya exhausto y “depurado” de cualquier tipo de oposición y cuestionamientos; y gobernaría de manera hegemónica durante más de medio siglo imprimiendo su manera de concebir y de hacer política sobre un Estado desmantelado y un tejido social desgarrado y maleable.

Un Partido, un Estado

Al recibir al Dipló en la residencia presidencial Mburuvicha Roga (“la casa del que manda” en guaraní), el presidente Fernando Lugo cuenta que “durante la V Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea que se realizó en Lima en mayo de 2008, cuando le comenté a mi par español, José Luis Rodríguez Zapatero, que nuestra presión fiscal no llega al 12%, éste exclamó: ‘¡Entonces, el Estado que vas a gobernar no existe!’” (6).
Recién ahora ese Estado (con sus dimensiones reducidas y su prebendataria forma de gobernar) dejó de ser sinónimo de Partido Colorado. La dictadura de Stroessner iniciada en 1954 fue una versión militarizada del mismo; de hecho, no sólo el partido sobrevivió casi intacto al régimen, sino que el dictador –desplazado y obligado a exiliarse en Brasil en 1989– moriría en 2006 siendo presidente honorario de la ANR. “Cuando luego de treinta y cuatro años Stroessner fue sorpresivamente desplazado por los mismos militares, comenzó realmente una apertura democrática, pero a los paraguayos nos tomó otros veinte años más lograr una maduración cívica. Recién en 2008, con Lugo, logramos lo que en otras sociedades democráticas es algo inevitable: el cambio de partido y la alternancia política”, afirma José Carlos Rodríguez, sociólogo e investigador de la Comisión Verdad y Justicia (CVJ) que inventarió recientemente los crímenes del stronismo.
Lugo representa entonces la primera y tibia ventana de oportunidad para sincronizar las cadencias de los tiempos políticos paraguayos con la realidad suramericana. Al asumir en agosto de 2008, su gobierno se planteó un doble desafío: desmantelar un sistema anquilosado que concibe la política como una cadena de lealtades incondicionales y favores arbitrarios, y montar una institucionalidad transparente centrada en la eficiencia y el desempeño. “No sabíamos exactamente cómo se manejaba por dentro ni teníamos la experiencia de la negociación, pero ahora gente nueva, profesional y responsable comienza a gerenciar la institución del Estado paraguayo, devolviéndole su rol de servicio, y no de coto partidario, que siempre debió tener”, aclara el Presidente. Así, tras la pesada herencia de uno de los más prolongados y estrictos regímenes totalitarios del mundo, la palabra “gobernabilidad” adquiere tintes de urgencia, casi hasta de desesperación.
Pero la dictadura no sólo llevó al paroxismo la fusión partido-Estado-Fuerzas Armadas (7), sino que también supo adaptarse a las circunstancias y a las presiones internacionales con una ficción democrática que contemplaba un Congreso, una oposición y unas rigurosas elecciones cada cinco años que le permitieron a Stroessner ser reelegido en forma ininterrumpida durante ocho mandatos. En 1989, en un contexto regional republicano fomentado por Estados Unidos, cuando el general Andrés Rodríguez desplazó a Stroessner (su consuegro y mano derecha, y poseedor de una inmensa fortuna derivada del narcotráfico, razón por la cual no se le permitía el ingreso a Estados Unidos), el partido no sólo sobrevivió a la dictadura, sino que demostró su poder de mímesis al posicionarse como el que restituyó la democracia.
Ese poder de adaptabilidad política y de laxitud ideológica se puso nuevamente en evidencia cuando la apertura exigió en 1992 una reforma constitucional. Aprobada con amplia mayoría colorada, la nueva Constitución resultó, sin embargo, en un juego de doble filo para la ANR. Bajo el influjo de exorcizar al Dictador, la misma sentó los lineamientos para dejar a la democracia “adentro” (un sistema electivo moderno y transparente), a los militares “afuera” (desarticuló profundamente su poder de injerencia) y al Presidente “abajo”, prohibiendo definitivamente la reelección presidencial e instaurando un Parlamento con un poder bastante inusual para un régimen presidencialista. En 2006, cuando el por entonces presidente Nicanor Duarte Frutos intentó modificar las leyes para un segundo mandato, y la cuestionada Corte Suprema –base de un sistema judicial que desde el stronismo se resiste al más mínimo cambio– lo habilitó como presidente de la ANR, se desataron todos los miedos, y una marcha de 10.000 personas –una multitud para los cánones paraguayos– encabezada por un casi desconocido Lugo, logró frenarlo, hasta desprestigiar y anticipar el fin del coloradismo y el comienzo de la alternancia.

La espada de Damocles

Gran parte de las trabas y frenos al gobierno de Lugo provienen de ese particular poder parlamentario, en el que sus aliados incondicionales no ocupan más de cinco bancas. Siguiendo en cierta medida la máxima de “el enemigo de mi enemigo es mi mejor amigo”, para alcanzar la victoria del 42% en los comicios presidenciales, Lugo tuvo que incluir en su Alianza Patriótica para el Cambio (APC) al Partido Liberal (inserto en el ejecutivo, como el vicepresidente Federico Franco, con quien mantiene unas relaciones tensas), quienes junto con los colorados ocupan la mayoría de las bancas del poder legislativo.
Ya desde las elecciones presidenciales –que en Paraguay son simultáneas a las legislativas– se vislumbraba que el Parlamento iba a ser “coloradamente” refractario y “liberalmente” dubitativo al ejecutivo, pero no que se convertiría en su “espada de Damocles”: “Los votos para hacerle juicio político a Lugo ya están, lo que se está esperando es una buena excusa”, señala el periodista y escritor Antonio Pecci. Esa excusa para un “golpe institucional” pareció darse el 15 de octubre de 2009, cuando el Ejército Paraguayo del Pueblo (EPP) (8) secuestró al conocido ganadero Fidel Zavala. Luego de tres meses de cautiverio, el 17 de enero pasado, Zavala apareció sano y salvo. Y aunque el ganadero no haya sido “rescatado” por el gobierno sino “liberado” por la gestión de su familia con los captores, el episodio visibilizó la fragilidad del nuevo gobierno y dos facetas cuestionables de su administración: los acuerdos de cooperación en temas de “seguridad-terrorismo” con el gobierno colombiano (que incomodan a los países vecinos de Paraguay, pero disipan asimismo la bruma mediática sobre la influencia “chavista”) y la tendencia creciente a encasillar en la vía militar conflictos derivados de condiciones sociales y agrarias muy relegadas.
Ante el accionar de grupos paramilitares relacionados con la constante expansión de la frontera agroganadera (“escuadrones de la muerte de los narcoganaderos”, según el sociólogo Tomás Palau), y las prácticas violentas de las misma fuerzas oficiales, el secuestro desencadenó la efectiva militarización del departamento norteño de Concepción (9) y la vinculación directa del EPP con los movimientos campesinos que trabajan en la mismas zonas (10). Estos factores, sumados a una asistencia social en aumento pero aún insuficiente, y a una reforma agraria que no termina de materializarse –ni siquiera existe un relevamiento del catastro de las tierras–, agudizan el descontento y la desilusión social.
“El EPP es ahora una excusa perfecta para desacreditar al gobierno, para desarticular todo el proceso de recuperación de tierras y de asistencia que se está haciendo en el norte, y mantener intactas las verdaderas organizaciones y redes criminales tradicionales del narcotráfico, el contrabando y la corrupción fiscal-policial –señala Juan Martens, de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy)–. Pero la respuesta de Lugo también es un acto suicida a nivel electoral porque está criminalizando y acelerando el proceso de desintegración organizativo de las bases campesinas que lo apoyaron, y que tanto trabajo costó realizar en estas zonas fronterizas de ausencia total del Estado.”
Por su parte Marielle Palau, del centro de investigación BASE Investigaciones Sociales, ahonda: “así como podría decirse que no hay Estado paraguayo en ciertas zonas, sí hay Estado brasileño en Paraguay. Hubo una política de apropiación de territorio paraguayo por parte de colonos brasileños muy agresiva a través de una frontera prácticamente permeada por Brasil, y actualmente el tema de la soja está fuertemente vinculado a capitales brasileños.” El periodista Rolando Ávalos señala incluso que “no existe soja paraguaya, existe soja en Paraguay.” La socióloga Rivarola profundiza aún más este problema al decir que “la mitad de Paraguay es ya casi un territorio transnacional de la globalización que está bajo influencia económica de Brasil. Pero esos enclaves nunca fueron realmente Paraguay, y Cargill y Monsanto ocuparon un espacio que estaba políticamente vacío” (11).
Esto se debe en parte a que Stroessner supo utilizar muy bien la rivalidad argentino-brasileña, y finalmente rotó la tradicional proyección hacia el Río de la Plata y vinculó a Asunción a la esfera de influencia de Brasilia. Los capitales y la colonización brasileña y sus actuales descendientes, conocidos como “brasiguayos” (12) tuvieron su mayor desarrollo bajo la dictadura, como parte de la reorientación y “satelización” atlántica del país hacia la voraz fuerza centrípeta de los 40 millones de habitantes del Estado de San Pablo.
Recién ahora los paraguayos están “perdiendo el miedo” y dejando de ser náufragos de ese progreso que se hizo a base de corrupción, evasión, desigualdad y asesinatos.

El deshielo tropical

Como señala el historiador de la Universidad de Tulane y reconocido especialista del “stronato” Paul H. Lewis (13): “Stroessner logró un grado excepcional de estabilidad (…) y de progreso material (…) y presidió dos decenios de crecimiento económico (…). En los años 60 el país registró una de las tasas de crecimiento más altas de América Latina (…) y adquirió una clase trabajadora urbana bastante grande, tanto industrial como administrativa, así como una clase media urbana mucho mayor. (…) De 1,3 millones de habitantes en 1950, la población creció hasta sobrepasar los 4 millones a finales de los años 80”. Pero quizás el mayor símbolo de aquellos tiempos de integración de la “internacional del terrorismo de Estado” no sea el Operativo Cóndor o los Archivos del Terror sino la mayor represa del mundo creada con Brasil, Itaipú (y en menor medida Yacyretá con Argentina), cuya hidroelectricidad es uno de los “recursos” que hacen de Paraguay el mayor exportador de hidroenergía del mundo (Paraguay utiliza sólo el 5% de su parte para cubrir el 95% de su consumo, y con el resto Brasil satisface el 23% de sus necesidades). “Recién ahora Itaipú, que tuvo el cemento más caro del mundo y creó ese estrato social de los nuevo ricos conocidos como los ‘barones de Itaipú’, está normalizándose y dejando de ser ese festival de dinero proselitista utilizado por los colorados para sus campañas. Como es un ente binacional, siempre tuvo algo de extraterritorial y de Estado dentro del Estado, y por el flujo de dinero que maneja es la ‘caja grande’ del gobierno y tiene incluso más importancia que cualquiera de los ministerios”, explica Alfredo Boccia resaltando uno de los mayores logros realizados hasta ahora por Lugo.
Los acuerdos alcanzados a la luz de la Doctrina de Seguridad Nacional por las dictaduras paraguaya, brasileña y argentina estipulaban que Paraguay no podía vender el excedente de su mitad energética a un tercer país, y hasta ahora éste fue comprado por Buenos Aires y Brasilia a un precio mucho más bajo que el del mercado internacional. “Insólitamente, exportando nueve veces la energía que importamos, Paraguay se empobrece en 600 millones de dólares, mientras su riqueza hidroeléctrica vale casi tanto como el 50% de su PIB”, explica el ingeniero Ricardo Canese, coordinador general de la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos. Con el nuevo acuerdo (aún sujeto a aprobación definitiva del Congreso brasileño y pendiente de los próximos vaivenes electorales del presidente Lula da Silva), Brasil pagará 15,3 dólares en vez de 5,1 por cada unidad energética (MWh). Gran parte del dinero de ambas represas –Itaipú y Yaciretá– está destinado al sector social como parte de los perjuicios que produjeron las inundaciones de los embalses, sin embargo el nuevo gobierno deberá negociar una vez más para que exista mayor control, administración y distribución parlamentaria sobre este enorme y vital presupuesto.

Poncho juruicha

En un país en el que se estima que hay un 40% de pobres y 20% de indigentes, Lugo compite con el clientelismo partidario tradicional. De ahí salieron en 2008 muchos de los votos que le dieron un 30% a la ANR, o que hicieron del coloradismo más duro y golpista del general Lino Oviedo la tercera fuerza con el 21%. Una fuerza que sigue reivindicando al stronato con la consigna “éramos felices y no lo sabíamos” (14). Así piensa Antolino, que con sus casi 90 años se gana la vida tratando de pescar los pocos peces que quedan en el río Paraguay. Desde la costa del pueblito de Chaco-i (Chaco chico en guraní), a 15 minutos en bote del Palacio presidencial de los López en pleno centro de Asunción, tira sus redes de trama chica (prohibidas legalmente) mientras vocifera contra la historia vivida de un país en “descomposición por los coloradetes”. Cuando su nieta Lydia, “la rubia” de 15 años, se encariña con alguna de las pocas turistas y las comienza a llamar “tía” o “mi segunda mamá”, no lo hace en sentido figurado: su futuro, en el mejor de los casos, es ser una “criadita” de la clase alta asunceña, o parte de la gran trata de personas que nutren los prostíbulos de Buenos Aires o Barcelona.
“Paraguay no ha sido nunca un país puritano, sobre todo en cuanto a la moral sexual masculina y a los cánones patriarcales aún vigentes –aclara la abogada y politóloga Line Bareiro–, y el comportamiento abusivo del poder no es extraño al país.” En una sociedad donde aproximadamente casi el 70% de los niños paraguayos no son reconocidos por su padre, el escándalo por las acusaciones contra Lugo de tener hijos no reconocidos, si bien condena la actuación del Presidente, no ha sido más que un argumento que azuzó nuevamente la derecha para el juicio político y que tuvo una amplificación desmesurada en los medios extranjeros. Aunque moralmente la imagen del “obispo” Lugo ya no sea la misma, política y socialmente “estos acontecimientos –aclara Bareiro– posicionaron nuevos temas en la agenda pública como la paternidad responsable y las sexualidades públicas”, conceptos hasta ahora vacíos de significante para gran parte de las mujeres paraguayas.
Uno de los logros recientes del gobierno fue que a partir de enero de este año se completó –con el libre acceso a los medicamentos, los análisis y los traslados en ambulancia–, el programa de gratuidad de todos los servicios de salud. “El sistema de salud básica –dice José Carlos Rodríguez–, que Argentina tiene resuelto quizás desde el siglo XIX, acá hasta ahora era una cuestión pendiente. El problema es que comenzar a hacer desde el Estado lo que antes se hacía como filantropía desde el partido dominante, le genera a varios mucho miedo, y a otros les saca los negociados y favoritismos.” Esperanza Martínez, ministra de Salud y una de las figuras mejor posicionadas en los sondeos de opinión del nuevo gabinete, aclara que “cuando casi un 20% de la población sobrevive con menos de un dólar por día, pagar una consulta o un medicamento era tener que elegir entre comer o curarse”.
El próximo 7 de noviembre se celebrarán elecciones municipales. “Muchos lo ven como un plebiscito del gobierno de Lugo, yo no lo veo así”, aclara el mismo Presidente, pero sin duda alguna será un importante punto de inflexión para evaluar lo que ocurrió en sus dos años de gestión: si fue realmente una apuesta a un cambio pronunciado o una combinatoria de factores coyunturales que enmascaran una persistente continuidad. Ese gran conglomerado heterogéneo de las “izquierdas” que lo apoya ya está intentando unificar listas y candidatos, pero gran parte de su éxito dependerá de poder sortear numerosos obstáculos, y de mantener esos factores anómalos a la historia paraguaya que son bajos niveles de corrupción, un buen contexto de profesionalismo, por lo menos en el poder ejecutivo, y un mínimo de equidad, credibilidad, gobernabilidad y soberanía. En ese sentido, a mediados de marzo, Lugo presentó el plan “Paraguay para todos y para todas, 2010-2020” que busca “sacar de la indigencia a un millón y medio de pobres extremos” (15).
“La Alianza Patriótica para el Cambio ha aprendido del error anterior de no haber tenido listas parlamentarias unificadas –dice Lugo–, pero serán por primera vez elecciones con un nuevo andamiaje en donde los que gobernaron por más de 60 años no van a tener a los ministros, a los médicos o a los maestros alineados y amenazados.” Por su parte, Esperanza Martínez evalúa que también dependerá “de la madurez de los liberales, que están pasando su propia perestroika”, para comprender que son parte del gobierno y despegarse de su tradicional rol opositor, mientras que el secretario de Cultura, Ticio Escobar, concuerda en que los liberales “tendrán que definir ese poder difuminado y cruzado que actualmente tienen (...), pero habrá que evitar esa habilidad y tendencia proteica del coloradismo de desdoblamiento y transformación en una oposición creíble”.
A Lugo le gusta definirse como de centro, como el poncho juruicha (el agujero del poncho en guaraní). Aunque quizás, con sus camisas angelicalmente blancas, más apropiado que esa metáfora de un vacío por llenar sea verlo como el blanco que completa la bandera paraguaya: una franja en equilibrio entre un rojo colorado y un azul liberal. ●

1 - De Bolsillo, Buenos Aires, 2008.
2 - Luis Alberto Moniz Bandeira, “La formación de los Estados en la cuenca del Plata”, Norma, Buenos Aires, 2006.
3 - Francisco Doratioto, “Maldita Guerra”, Emecé, Buenos Aires, 2004.
4 - En una carta a Bartolomé Mitre de 1872, Domingo Faustino Sarmiento llegó incluso a decir: “Estamos por dudar de que exista el Paraguay. Era preciso purgar la tierra de toda esa excrecencia humana: raza perdida de cuyo contagio hay que librarse”, El Nacional, Buenos Aires, 12-12-1877.
5 - Con 1.500.000 y 900.000 afiliados respectivamente, la ANR y el PLRA son dos de los partidos más grandes del mundo, aunque se trata más bien de estructuras socio-históricas y de marcada filiación familiar que de agrupaciones ideológicas alrededor de un proyecto político definido. Véase Marcello Lachi, “Ciudadanía y Partidos Políticos”, Decidamos, Asunción, 2009.
6 - Entrevista con el autor, Asunción, 3-2-10.
7 - Hasta la “apertura democrática” de 1989 era una condición sine qua non estar afiliado al Partido Colorado para ocupar hasta el más mínimo puesto en el estamento público, desde coronel hasta maestro rural.
8 - Supuesto grupo reducido de campesinos y miembros del partido de izquierda Patria Libre, cuyos objetivos son poco claros, pero que actúa con un profesionalismo sorprendente en algunos de los departamentos más pobres de las zonas de expansión sojera, lindantes con Brasil, y en el departamento de San Pedro. Se lo ha relacionado con las FARC de Colombia, con el coloradismo duro y disidente de Lino Oviedo, e incluso, desde la derecha, con el mismo Lugo, ya que muchos de sus dirigentes fueron seminaristas. Véase Verónica Smink, “Paraguay: masivo operativo contrainsurgente”, www.bbc.co.uk
9 - En enero, tras la liberación de Zavala, fueron desplazados más de 450 efectivos de elite, entrenados por agentes colombianos, en el marco del operativo “Yaguareté” para dar apoyo a la policía en la captura del los miembros del EPP.
10 - En octubre de 2009 Ramón Evelio Jiménez, de la Organización de Lucha por la Tierra (OLT), fue condenado a dos años de prisión por la toma de tierras en el departamento de Caazapá, siendo el primer y único caso de este tipo en la democracia paraguaya: http://altermediaparaguay.blogia.com/temas/conamuri.php
11- El Chaco Boreal, el 60% del total del territorio nacional que se encuentra al oeste del río Paraguay, concentra solo el 4% de la población. Véase Milda Rivarola, “Política, población y territorio”, ponencia presentada en el seminario “Paraguay, territorios e historia”, Asunción, agosto de 2009.
12 - María Aparecida de Moraes Silvia y Beatriz Medeiros de Melo, “Soja: a expansão dos negócios”, y Silvio Caccia Bava, “Gigante pela própria natureza”, Le Monde diplomatique, edición Brasil, San Pablo, febrero de 2009.
13 - “El Cono sur desde 1930. Paraguay 1930-1990” en Leslie Bethell (ed.), Historia de América Latina, Tomo 15, Crítica, Barcelona, 2002.
14 - Myrian González Vera, “‘Fecha Feliz’ en Paraguay. Los festejos del 3 de noviembre, cumpleaños de Alfredo Stroessner”, en Elizabeth Jelin (comp.), Las Conmemoraciones: las disputas en las fechas “in-felices”, Siglo XXI, Buenos Aires, 2002.
15 - Página/12, Buenos Aires, 16-3-10.

* Este artículo contó con la colaboración en Paraguay de Dea Pompa Frizza

© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur

Material relacionado

Documentales de Dea Pompa Frizza

Visita al ex penal de presos políticos de Emboscada (Paraguay – Febrero 2010).

http://www.youtube.com/watch?v=Yz3lvnY1C84&feature=youtube_gdata

Los archivos del ministerio de Defensa (Paraguay – Febrero 2010).

Parte 1: http://www.youtube.com/watch?v=HfSbyaal7eQ&feature=related

Parte 2: http://www.youtube.com/watch?v=vzfYjYbTrvo&feature=related

Conmemoración de los 34 años de la Pascua Dolorosa - 1976-2010 -


La Dirección General de Verdad, Justicia y Reparación de la Defensoría del Pueblo (DGVJR-DP) organiza conjuntamente con el Movimiento Nacional de Víctimas de la Dictadura Stronista, el Centro de Documentación y Archivo “Casa de las Víctimas” de la ciudad de San Ignacio Misiones y la Asociación de Víctimas de Misiones un Acto de Conmemoración de los 34 años de la Pascua Dolorosa, a realizarse en la ciudad de San Juan Bautista de las Misiones el día viernes 9 de abril de 2010.

El programa inicia a las 15:30hs con un Panel Debate denominado “Judicialización de Casos: el gran desafío”. Disertarán abogados del Comité de Iglesias para Ayudas de Emergencias (CIPAE), quienes actualmente llevan los casos de violaciones de los Derechos Humanos durante la dictadura stronista, tanto a nivel nacional como internacional.

Seguidamente a las 18:00hs. se realizará el acto de “Conmemoración de la Pascua Dolorosa – Anive Haguä Oiko” con la entrega de certificados a las víctimas. Se destaca la participación del Monseñor Mario Melanio Medina, Obispo de la Diócesis de Misiones y Ñeembucú, Ex Presidente de la Comisión de Verdad y Justicia, así como también miembros de las organizaciones locales de víctimas, autoridades del Dirección General de Verdad, Justicia y Reparación así como también la presencia del Ministro del Interior Don Rafael Filizzola. Se cerrará el acto con un momento artístico el cantante nacional Ricardo Flecha.

Página Web: www.verdadyjusticia-dp.gov.py

Blog: www.verdadyjusticia-paraguay.blogspot.com


viernes, 2 de abril de 2010

REPRESION EN BUENA VISTA DE YHU, CAAGUAZUHACE 35 AÑOS

En la Colonia Buena Vista de Yhú, Departamento de Caaguazú, entre el 4 y el 5 de abril de 1975, hace 35 años, fuerzas militares de la II División de Infantería realizaron un ataque militar a la Colonia, quemando y destruyendo alrededor de 57 viviendas. La comunidad estaba constituida por unos 1.300 pequeños lotes para familias campesinas que estaban en gestión de compra con la intervención del Instituto de Bienestar Rural a la firma internacional de capital español denominada “Compañía Forestal Hispano Paraguaya SRL”. Luego de la quema de ranchos, y a partir del 10 de mayo de 1975, se desató una represión militar-policial con detenciones arbitrarias de familias campesinas que fueron trasladadas a un campamento militar de infantería en Caaguazú, y luego a la II División de Infantería con asiento en la ciudad de Villarrica, departamento del Guairá, y a la Comisaría de la ciudad de Caaguazú, cabecera del departamento de Caaguazú.
Posterior a esta acción, se perpetró la ejecución extrajudicial de Doroteo Grandel en Carrera-í, Departamento de Caaguazú a manos de sicarios en 1978. A raíz de la denuncias realizadas, el Doctor Miguel Ángel Martínez Yaryes fue detenido en la Comisaría 1ra. (luego con el triste nombre de Comisaría 3ra. En la calle Chile), y directamente remitido a la Penitenciaría de Tacumbú, procesado y condenado. También, del caso, se desprendieron las posibles ejecuciones extrajudiciales de familiares de Doroteo Grandel (su Suegro de apellido Zacarías, y los cuñados Mario y Sixto Gamarra), el 15 de agosto de 1981, en Yuquyry, Caaguazú, en confuso episodio.
Las amenazas de las fuerzas militares, a instancias de la empresa “Compañía Forestal Hispano Paraguaya SRL” tenían ya antecedentes desde 1974 en la propia Colonia, buscando deshacer el trato de compra-venta, con hostigamiento para el retiro de los pobladores.
Entre el 4 y 5 de abril de 1975, se produce un ataque militar con quema de viviendas y apropiación de bienes, con similares características de acto de guerra contrainsurgente al anterior Caso Jejuí (febrero de 1975).
A partir del 10 de mayo de 1975, se produjeron detenciones arbitrarias en la Colonia Yhú con traslados al campamento militar de infantería en Caaguazú, y otros directamente a la II División de Infantería en la ciudad de Villarrica, departamento de Guairá, así también las detenciones arbitrarias se concretaron en la Comisaría de la Ciudad de Caaguazú, departamento del mismo nombre.
Posteriormente a las detenciones arbitrarias, las fuerzas represivas procedieron a interrogatorios y torturas durante todo el período de las detenciones. Los detenidos no tuvieron ninguna posibilidad de obtener auxilio legal, ni existió verificación de que se hayan abierto procesos judiciales a los mismos. Las extensión del tiempo de las detenciones arbitrarias sin proceso, ni derecho a defensa, fueron variables. En el caso de la detención arbitraria de Doroteo Grandel, primero en el destacamento militar del RI II en Caaguazú, y luego en el cuartel general de Villarrica, las torturas fueron atroces y permanentes. La detención fue desconocida por las fuerzas militares, ante la presentación de Habeas Corpus a favor de Doroteo Grandel, constituyéndose inmediatamente el caso en una desaparición forzada. Doroteo Grandel es liberado de su cautiverio, como ex desaparecido, el 13 de julio de 1978, para ser finalmente ejecutado extrajudicialmente a manos de sicarios, un mes y medio después, el 28 de agosto de 1978, en Carrera-í, Departamento de Caaguazú.
Directamente relacionado el caso, se produjo la detención arbitraria en la Penitenciaría de Tacumbú y persecución judicial, a través del Juez Bernabé Valdez Martínez, del director del periódico “El Radical” del Partido Liberal Radical (PLR), Doctor Miguel Ángel Martínez Yaryes, seguida de la clausura arbitraria del semanario en forma temporal, así como la instalación de una querella por difamación y calumnias, en 1975, por parte del principal ejecutor de los ataques militares, el General de Brigada Otello Carpinelli Yegros, contando con alta complicidad judicial, en un proceso que culminó con una sentencia, confirmada en dos instancias, estancándose en la Corte Suprema, nunca cumplida finalmente, pero que solamente extinguida después del golpe militar del 3 de febrero de 1989, doce años después. En este caso, y aunque es una derivación, el entramado judicial operó en la misma línea del aparato represivo, apoyando las acciones bélicas sobre la población civil, e instruyendo procesos judiciales viciados de nulidad, que fueron más bien parte integrante de la campaña represiva sobre sectores y políticos y periodísticos que elevaron la denuncia de los actos de violación a los derechos humanos sobre la Colonia Yhú de Caaguazú a nivel nacional e internacional. La detención arbitraria, la desaparición forzada de Doroteo Grandel, y su posterior ejecución extrajudicial a manos de sicarios, se relacionaron a que el mismo compareció como testigo en la causa abierta al Doctor Martínez Yaryes.
La complicidad judicial continuó con la clausura arbitraria del semanario “El Radical” y el procesamiento judicial por violación de la Ley 209 de Defensa de la democracia del nuevo director Juan Carlos Zaldívar.
Fuente: Fragmentos documentos de investigación de la Comisión de Verdad y Justicia, Paraguay, 2008. La foto es del ex general Otello Carpinelli Yegros, ya fallecido.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Tribunal Permanente de los Pueblos, TPP: “Hay que juzgar con vistas al futuro”


Comparto esta breve entrevista cargada de contenidos que pueden y hasta merecerían una profundización, para una nueva mirada a aquello que consideramos como la lucha por la vigencia y protección de los derechos humanos con visión histórica, transversal, simultánea y universal... que se supone cualitativamente diferente de los enfoques parciales, minimizados, subalternados, segmentados, y pero aún, a-históricos...

"Entrevista con Gianni Tognoni sobre la política de derechos humanos"

El especialista italiano en políticas sanitarias elogia los procesos abiertos en Argentina para juzgar el terrorismo de Estado y advierte que, si se sostiene un modelo de desigualdad, se perpetúa “el virus más importante de la ideología genocida”.

Por Adriana Meyer para Página 12. Tognoni es secretario general del Tribunal Permanente de los Pueblos y dirige el Instituto Mario Negri Sud.

“Un modelo de desigualdad mantiene el virus de la ideología genocida”, define Gianni Tognoni, italiano, doctor en filosofía y en medicina, uno de los mayores especialistas mundiales en políticas sanitarias. Tognoni dirige el Instituto Mario Negri Sud, que realiza investigaciones independientes sobre la industria farmacéutica. En los ’70 mostró cuáles son los medicamentos que mejoran el pronóstico de las enfermedades y cuáles son sólo herramientas de mercado, y siguió propiciando legislaciones en todo el mundo tendientes a que “la salud sea un derecho y no un capítulo del mercado”, según describe en diálogo con Página/12. “Hay que crear redes de epidemiología comunitaria, como estamos haciendo en Argentina, que practiquen una cultura médica vinculada con la gente, y lo mismo debería ocurrir con el sistema judicial”, apunta. A su criterio, los juicios por delitos de lesa humanidad no deben quedar en las paredes de los tribunales, sino estar “dedicados a toda la sociedad”.

Tognoni conoce la realidad argentina desde antes del inicio de la última dictadura, una relación que profundizó cuando empezó a recibir en su casa a exiliados. Trabajó en el Tribunal Russell II, donde el caso argentino fue presentado a partir del impacto de las transnacionales en la doctrina de seguridad nacional. A poco de haber sido creado, en 1979, el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), del que Tognoni es secretario general, tuvo como uno de sus primeros casos al argentino. Fue la primera vez que se presentaba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra.

“Argentina mira su historia no sólo para enjuiciarla, sino también para articular sus planes de futuro, donde la memoria fue experimentación del terror y ahora la sociedad coincide en que los protagonistas siguen en ella y que las consecuencias dejan huellas no sólo de culpabilidad, sino también culturales y sociales”, afirma al abordar la temática del seminario que lo convocó, organizado por el Centro de Estudios sobre Genocidio de la Universidad de Tres de Febrero. “No estamos discutiendo sólo el punto de vista penal de las condenas, sino también sobre un derecho propositivo y preventivo para evitar que las consecuencias de lo que pasó sigan violentando hoy la vida de las personas. Estamos viendo cómo comunicar sin prolongar la contaminación de violencia de la dictadura, para salir de la parálisis que pretende el terror, que golpea a uno para frenar a miles. Por eso, además de juzgar a los victimarios por las víctimas, hay que pensar en las mayorías, en las nuevas generaciones, a las que hay que contar esta historia con un criterio de lectura del presente. Los juicios deben servir para transformar la doctrina jurídica, por eso deben seguir articulados con todos los ejercicios de la memoria que se están haciendo. Lo jurídico no debe quedar en los juicios, sino ser dedicado a toda la sociedad”, afirma Tognoni.

–La Federación Internacional de Derechos Humanos consideró que Argentina es el mayor tribunal juzgando delitos contra la humanidad, pero marcó problemas prácticos que prolongan los juicios y hacen que los victimarios mueran antes de ser juzgados.

–Es una probabilidad muy alta. A nivel internacional es peor. Para garantizar los derechos de los imputados los juicios se retrasan de manera infinita sin tomar en cuenta los derechos de las víctimas, y eso es un desafío. No se trata sólo de los juicios de los tribunales. Argentina en este sentido es una escuela pública de derecho, un modelo para muchos países. En el debate sobre la calificación de estos delitos estoy de acuerdo con que se los llame genocidio, no se trata de juzgar actos separados, sino un proceso. La verdadera culpabilidad es haber hecho de la eliminación de muchas personas un proyecto. El concepto de genocidio es más que una categoría penal, explica un proceso en el que fue posible y tolerable eliminar a una parte de nosotros, que una sociedad declare a algunos de sus miembros como enemigos o terroristas, algunos humanos y otros no, y ese riesgo sigue. Hoy, en nombre de una seguridad global, se pretende discutir la pena de muerte. O, como en Italia, declaran a los migrantes clandestinos criminales que ponen en riesgo la civilización.

–¿No es un retroceso civilizatorio?

–Claro, por eso la memoria debe servir para la prevención, como dice la Convención sobre Genocidio. Mi experiencia en el Tribunal de los Pueblos es que hay que juzgar con vistas al futuro. Los juicios no deben ser sólo la propaganda contra alguien, sino la herramienta para que esos hechos no se repitan. El derecho de existencia de las personas no puede ser puesto en discusión, cada vida debe ser sagrada. El mensaje de las Abuelas y de las Madres es que cada vida es imprescindible.

–¿En Argentina, entonces, hubo un genocidio?

–Esa es mi opinión. De hecho, el Tribunal de los Pueblos en su primera sentencia, en 1980, había discutido formalmente esto, pero una definición académica no permitía hablar de genocidio. Una vez que se pudo documentar mejor, no quedaron dudas. Era la legislación que venía detrás de la realidad, cuando debe ser al revés. Por eso, ahora un grupo de juristas tiene que proponer una modificación formal de la definición de genocidio que existe en Naciones Unidas, que era intocable por razones políticas. Tiene que ser más amplia y coincidente con lo que ocurre en la realidad. En la actualidad se violan derechos humanos ya no torturando, sino con mecanismos económicos y sociales que producen los mismos efectos.

–¿Se trata de crear los anticuerpos para que esto no vuelva a pasar?

–Frente a otros países, Argentina desarrolla una capacidad de inmunización importante. La inmunización sirve si se hace sobre la mayoría de la población, si no, la infección permanece y puede volver aún más dañina. Argentina tiene que decidir qué modelo de sociedad quiere. Si sigue siendo de desigualdad se mantiene el virus más importante de la ideología genocida. Cuando las desigualdades aumentan, se corre el riesgo de que algunos se consideren más importantes que otros. Si las distancias culturales y socioeconómicas se consideran normales, esto significa que la gente no reconoce los derechos universales de todos y de todas. El pasaje del derecho a la economía, del derecho a la cultura, del derecho a la organización social sigue siendo el principal problema. De hecho, todavía la Corte Penal Internacional no reconoce los crímenes económicos como algo a enjuiciar. En Argentina están siendo enjuiciados los ejecutores de quienes garantizaban el modelo de venta del país.

–Si hay algo emblemático de la representación del pasado en el presente es la desaparición de Jorge Julio López. ¿Conoce el caso?

–Es la demostración de que, a pesar de todo, el pasado continúa. Desaparece un testigo que cumplió su deber en uno de los juicios más originales, y que no se pueda hacer nada es dramático, es un criterio de no credibilidad. Uno pretende tener testigos y luego no puede protegerlos. Significa que hay un sistema como la mafia en Italia. Es impresionante porque no pasó con (el ex presidente Carlos) Menem, pasó ahora. Y a pesar de cambiar las cúpulas militares, no se sabe o se dice no saber. Es difícil conmemorarlo, no parece pertenecer al Estado, aunque fue un testigo clave. Lo recuerda la población, pero el Estado no se responsabiliza.

–¿Es posible juzgar a todos los represores por todas las víctimas?

–Más allá del juicio penal, hay que juzgar el genocidio. Cada individuo es expresión de un pueblo que desapareció, y eso debe entrar en la conciencia de la gente, si no quedarían como juicios comunes a simples ladrones. Así son los mecanismos de impunidad del mundo, pretender que sólo los casos condenables son aquellos donde se dan todos los elementos de juicio. En 1991 hicimos un tribunal de los pueblos en América latina y vimos que las dictaduras saben que el derecho existente no puede demostrar su culpabilidad. Al final se quedan impunes, lo cual infecta a la sociedad con un no respeto de las normas. Aunque (el represor Alfredo) Astiz no hable, hay evidencias históricas más importantes que su palabra.

–¿Qué es el Tribunal de los Pueblos?

–Una iniciativa nacida a mediados de los ’70, cuando se comprueba que el derecho de los Estados no tenía la voluntad de enfrentar violaciones masivas a los derechos humanos. Nació como consecuencia del Tribunal Russell II sobre dictaduras en América latina, con la idea de que lo que ocurría allí podía repetirse con formas diferentes en otras partes del mundo. Es una oportunidad para los pueblos de tomar la palabra, con testigos y documentación, y poder juzgar bajo una interpretación del derecho internacional las violaciones denunciadas. Además del caso argentino, trabajamos con la dictadura de Marcos en Filipinas, la invasión soviética a Afganistán, el genocidio en Guatemala, el caso del Tíbet y el de Argelia, entre otros. Denunciamos que los programas de asistencia dicen que los niños son prioridad y en los hechos esto no ocurre.

–Dado que sus decisiones no son vinculantes, ¿cuál es la eficacia del Tribunal de los Pueblos?

–Podemos dejar constancia de los hechos, por eso las sentencias son herramientas para los pueblos, pasan a formar parte de procesos de concientización. Medir eso no es fácil. La presión que pusimos en París con los desaparecidos argelinos fue grande e hizo que el gobierno lo publicara por primera vez y permitiera a las familias pedir por ellos.

Link a la nota: http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elpais/1-142987-2010-03-31.html