sábado, 25 de agosto de 2012

PARAGUAY SOBERANAMENTE GOLPEADO

A más de dos meses del golpe parlamentario "express" en el Paraguay, el golpe de estado sigue siendo llamado como corresponde a la realidad: golpe de estado. La democracia sigue malherida, el gobierno, ilegitimado y aislado, y la ciudadanía además de expresarse, comienza a mostrar el característico comportamiento defensivo que aprendió durante los largos años del autoritarismo militarista, incluida la dictadura stronista.

El gobierno actual, profundamente ilegitimado, conformado por una variopinta y apurada nueva alianza de derechas y ultraconservadores, entre los que se cuentan revividos ex seguidores de la pasada dictadura stronista, y resucitados ex seguidores de diversas ententes golpistas militaristas antidemocráticas de la transición de más de 20 años, ensayan ahora también tímidas expresiones de apoyo a través de una confluencia autodenominada "soberanos", que intentan crear por varios medios, hasta el momento fracasados, un superficial estado general de fervor chouvinista ultracionalista, donde a su vez, cada sub-grupo mantiene agendas propias, en un poder al que saben, accedieron sin necesidad de elecciones.

Hoy las promesas de elecciones transparentes y en fecha, buscan dar credibilidad, hasta el momento sin éxito alguno, a un gobierno al que la comunidad internacional prefiere no dar entidad tan siquiera, más allá de unos muy contados con la mano (conocidos pescadores en río revuelto), que se los visualiza mucho más interesados en apurar pragmáticamente antes de elecciones algunos negocios de oportunidad, que en la legitimidad o no del casual administrador de turno, que la institucionalidad de la nación paraguaya.

EL RETORNO DE LAS AÑORANZAS MILITARISTAS, CONSERVADORAS Y CHOUVINISTAS EN PARAGUAY



Además de fuera de época, está absolutamente fuera de foco con la modernidad, la democracia, el siglo XXI, y la sociedad del conocimiento. Fuertemente arraigado en nuestro país, solamente por la sobre-existencia más allá de su ciclo biológico del autoritarismo y el conservadorismo, ambos de matriz militarista-chouvinista.

El pretendido retorno del militarismo al centro de la vida política, responde a una clara escuela filosófica y política de intervención y supremacía del estamento militar por encima de la vida civil, por encima de la sociedad, sea como administrador (malo y corrupto) de la cosa pública, así como también árbitro (más que arbitrario y discrecional) de la vida política durante gran parte el siglo pasado, plagado de gobiernos cívico-militares de corte netamente antidemocrático y cuartelero. Estos regímenes cuarteleros, han sido constructores del atraso y el factor principal del anti-desarrollo nacional.

Las democracias modernas del siglo XXI y el estado de derecho, tienen hoy lugares técnicos-científicos muy específicos y altamente especializados para las instituciones militares, policiales y de seguridad, todos muy claramente subordinados a las autoridades legítimas civiles.


lunes, 20 de agosto de 2012

PARAGUAY, LA VIOLENCIA DE LAS RIQUEZAS MALHABIDAS

Más que simbólica, las tierras del estado en Campos Morombí, sintetizan el real destino de las tierras del estado hacia concentradas manos privadas en forma malhabida; sintetizan cómo los diversos aparatos del estado, dirigidos y manejados tras bambalinas por terratenientes, criminalizan la  lucha por la tierra y la desvirtúan; sintetizan la muerte innnecesaria aún no investigada independiente y profesionalmente de 17 paraguayos pobres frente a la indolencia de quienes más tienen, muchos de ellos en forma ilegal; sintetizan la más grande manipulación de la población paraguaya, a cielo abierto, a la vista de todo el mundo, la utilización de la sangre derramada, para la construcción del miedo y el terror, para tumbar un presidente electo, con muchas sombras y algunas luces, pero electo, para hacerse del poder del estado en forma amañanada y dividir a la población, y finalmente también, al mismo tiempo asestar un golpe a la democracia en el Paraguay, intentar asestar un golpe al proceso integrador latinoamericano también buscando la división y el odio entre países hermanos. Por suerte, la integración latinoamericana no fue dañada, y a pesar de los conservadores vernáculos y regionales, avanza por más democracia, más desarrollo, con derechos humanos y garantías constitucionales en un continente hoy más soberano y con más paz que durante la hegemonía conservadora y entreguista de los siglos XIX y XX.