lunes, 13 de abril de 2015

EL PICARO PEREZ DE CUELLAR

Uno de los principales frentes internacionales en los cuales debió lidiar la dictadura stronista, a partir de 1977, ha sido sin dudas, las graves denuncias de violaciones a los derechos humanos que fueron creciendo en amplitud y profundidad en todo el mundo. Especialmente ante los gobiernos y organismos multilaterales que entendían en el tema y debían investigar a la dictadura.
Allí, en los pasillos de esos organismos internacionales, la sigilosa diplomacia del dictador, desplegó sus habilidades para obtener beneficios, mejor trato, con picardía conocer de antemano algunas denuncias, y especialmente, esquivar la caracterización de “dictadura violadora de los derechos humanos”. ¿Cómo los pyragüés de alto coturno se movieron?
Buscando siempre, un doble standar, un trato diferenciado de otras dictaduras, a través del acercamiento a algunos burócratas internacionales para que tras bambalinas, expresasen el apoyo a la dictadura, y moderen sus informes hacia el mundo. El trabajo de los pyragüés fue, localizarlos, seducirlos, y anularlos en su misión verificadora. De paso, turismo.
Así es que, mientras el Secretario General de Amnistía Internacional, Martin Ennals, el 7 de setiembre de 1979 presentaba, entre otras muchas, una nueva denuncia ante el Secretario General de las Naciones Unidas Kurt Waldheim, por cuatro presos arbitrarios en el departamento de Investigaciones, ya considerados como “desaparecidos” desde la noche del 20 de setiembre de 1976, y sobre quienes el régimen había falsamente montado una farsa de “escape”, los agentes del dictador hacían otros trabajos en lejanas oficinas.
Desde la Misión Permanente del Paraguay ante las Naciones Unidas en Nueva York, el 18 de octubre de 1979, informaron de importantes gestiones al ministro de la dictadura Alberto Nogués, respecto de la organización de un viaje mutuamente planeado al Paraguay del Sub-Secretario General para Asuntos de Política Especial de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuellar, entre los días 7 y 8 de noviembre de 1979. (Pérez de Cuéllar finalmente ascendió y sucedió al “teutón” Waldheim al frente de la Secretaría de las Naciones Unidas, entre enero de 1982 y diciembre de 1991).
El representante de la misión, le revela al ministro Nogués, que previamente al viaje, el propio Pérez de Cuellar, recibió de la División de Derechos Humanos un ayuda memoria confidencial, y que el mismo, le adelantó una copia para que desde el gobierno de la dictadura, supieran con antelación, y en caso que desearen, pudieran ya tener algunas respuestas avanzadas. Negocio redondo. Una ficción de visita de inspección con un informe ya redactado de antemano.
El representante insistió en explicarle a su ministro, que el tal memorándum “adelantado” no debía ser considerado oficial, sino como una ayuda para las respuestas, como el tema de los presos, el tema de los indígenas Aché y el tema del estado de sitio permanente. Bagatelas ya contestadas en otros informes.
Dice el representante muy prolijo, que Pérez de Cuéllar además de las entrevistas “de rigor”, está interesado en visitar la zona de Itaipú, y si cupiere, incluso tener una entrevista con el Excelentísimo Señor Presidente, hacia cuya persona el señor Pérez de Cuellar le manifestó personalmente tener una gran admiración.
Tan diligente el prolijo representante paraguayo ante las Naciones Unidas, que él mismo decidió viajar al Paraguay y “acompañar” a Pérez de Cuéllar, para ayudarlo en la redacción del Informe para la Comisión de Derechos Humanos. Trabajo hecho de antemano, con secretario incluido. Todo dibujado, ficcionado.
Tan fenomenal el informe del deligente representante paraguayo ante las Naciones Unidas, Luis González Arias, que sugiere que el organizador de la agenda de Pérez de Cuellar en Paraguay, sea el doctor Francisco “Poncho Pytá” Barreiro Maffiodo, a la sazón Sub-Secretario de Relaciones Exteriores del régimen stronista. Como pez en el agua, indudablemente aprendieron a manejar la hipocresía, la simulación y el doble estándar en derechos humanos en pleno 1979 en el Paraguay. ¿Ahora Usted puede sopesar, cuál es la herencia en el Paraguay, en cumplimiento de estándares de derechos humanos en el 2015? ¿Mejoramos? ¿O tenemos otros pícaros prolijos diligentes simuladores?

Federico Tatter.
11 de abril de 2015. Asunción, Paraguay.

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