lunes, 13 de abril de 2015

JOSE ZARATE Y SU VERSION DE “LA VUELTA GENERAL”

Las insurgencias armadas antidictatoriales de finales de 1959 hasta mediados de 1960 que incursionaron en el sudeste del país con miras a las serranías del Ybyturuzú, a pesar de recibir importante apoyo y aliento desde Argentina, culminaron en verdaderas tragedias. Sus consecuencias fueron aún más desastrosas. El lógico el fortalecimiento inmediato de la dictadura instalada en 1954, que ya venía sorteando varios intentos previos para derrocarlo.
El disciplinamiento político y social posterior, se produjo por medio del terror abierto. Y si a este terror podemos ponerle nombre, ése fue sin dudas, Patricio Colmán.
No obstante, estas derrotas no han sido responsables de la longevidad del stronismo, que tiene muchas otras explicaciones, y que no abordaremos en este breve relato. Precisa muchos relatos. La longevidad y el fortalecimiento es multicausal, y puede ser parte de otros relatos, incluidas posteriores resistencias y posteriores intentos para terminar antes de 1989 con el stronismo.
Hoy, narraremos una parte pequeña de la catarata de información que logró capturar el régimen antes, durante y después de estas incursiones de 1960.
En este caso, fragmentos de las declaraciones indagatorias (llámese bajo torturas), enviadas a la Jefatura de Policía el 7 de junio de 1960, y que fueron extraídas a José Zárate por las fuerzas armadas (EMG), en el teatro de operaciones, luego de ser detenido en la cabecera del Puente de Enramadita, el viernes 27 de mayo de 1960. Desde aquí, los fragmentos, que el régimen caratuló como “interesantes datos”, que fueron copiados, procesados y reenviados con urgencia a toda la cúpula policial y militar, presidencia de la República incluida.
José Zárate, fue obrero metalúrgico, de nacionalidad paraguaya, quien nació en la localidad de Sapucai, y solicitó su afiliación al partido colorado en 1955. Estaba domiciliado en Merlo, Villa Martelli, provincia de Buenos Aires, cuando fue invitado a viajar al Paraguay a luchar contra el stronismo.
Luego de su captura, fue identificado como integrante del grupo armado que ingresó al mando del Capitán (SR) René Speratti, que el declarante conoció como Columna Resistencia, y que después de su primer choque y desbande, pasó a integrar la Columna Libertad, al mando de Juan José Rotela, a la que también abandonó junto al sub oficial Porfirio Portillo. Estaban juntos al momento de su detención por las fuerzas leales al régimen en Enramadita.
El interrogado Zárate, dijo que se enroló en las filas del movimiento 14 de Mayo en la ciudad de Buenos Aires, pocas semanas atrás, apenas el 11 de marzo de 1960, y que realizaron algunas prácticas en esas semanas previas, consistentes en largas caminatas por la ciudad y al costado de las rutas. En una oportunidad, en número de once, caminaron más de 15 kilómetros por la ruta 8 de la provincia de Buenos Aires, pasando frente a la guarnición Campo de Mayo en pleno día. Luego hicieron marchas sobre la ruta 3 hasta el Puente Escurra en horas de la noche. Esa era su formación.
Dijo también tener conocimiento de que en varios pueblos de las Cordilleras, se habían organizado desde hace varios meses atrás con bastante éxito, varios grupos de otro movimiento, conocido por FULNA, y cuyos integrantes, muchos de ellos también habían llegado al Paraguay desde Argentina. Los mismos, se habrían distribuido en pueblos y compañías.
A esa operación la llamaron la "Vuelta General”. Estos, una vez establecidos en las Cordilleras, deberían recibir a aquellos que ingresaran por el río Paraná (Columna Ytororó). Dijo que esa agrupación tenía una fuerte organización en la ciudad de Piribebuy, a la que los insurgentes del FULNA, denominaron “Ysaú”. Así también, cuenta Zárate, que ellos dejaron una buena organización en la compañía de Capilla Cué, que estaba a escasos kilómetros de Chololó, y por ende de la artillería de Paraguarí, un probable objetivo.
Siempre según José Zárate, los grupos del FULNA, dejaron grupos organizados en localidades como Barrero Grande, Ybycuí, San Salvador, Iturbe, en las compañías Horqueta y Ñu Guazú, y en Capiatá en la compañía Mobiy.
Finaliza José Zárate, que incluso tuvo conocimiento en Buenos Aires, que el grupo FULNA, tuvo integrantes mujeres, y que algunas de ellas estuvieron destinadas a viajar a la capital, Asunción, mientras que otras se distribuirían en la campaña, para estar junto a los insurgentes que ingresarían por el río. No pudo precisar sus nombres, pero dijo que vio cómo se preparaban varias de ellas para venir al Paraguay, quienes incluso, habían vendido varios objetos para su viaje. La “Vuelta General”, la llamaron.✔

Federico Tatter.
6 de abril de 2015. Asunción, Paraguay.

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