domingo, 8 de noviembre de 2015

ESE DOLOR SUBTERRÁNEO

@Fedetatter ‪#‎relatosbreves‬ ‪#‎eranegra‬ ‪#‎paraguay‬
El domingo 13 de mayo de 1977, el semanario católico norteamericano “El Visitante”, de la diócesis portorriqueña, editado en español en la ciudad de Huntington, Indiana, publicó una crónica, referente a la grave situación del Paraguay, en base al despacho de una misteriosa agencia de noticias, LP, que incluso, tendría corresponsales en el propio Paraguay.
Este hecho puso en alerta los músculos inquisitoriales oficiales, y fue tomado como una cuestión de estado. Además, una bofetada a la capacidad investigadora de toda disidencia, que ostentaba la Misión Permanente del Paraguay ante las Naciones Unidas de la dictadura stronista, con sede en Nueva York.
Los entrenados y muy astutos pyragüés que tenían todo bajo control, en realidad, no tenían la menor idea de qué se trataba la tal agencia de noticias, que en sus policíacas narices, estaba enviando despachos a diarios y semanarios a los que estos mismos agentes estatales estaban suscritos, como el propio alto representante permanente, Francisco “Poncho Pytá” Barreiro Maffiodo, que ostentaba el número de suscripción 150BRR 7T4035596 Q124 6-77.
Este agente, dedicó sus días neoyorquinos a exigir derecho a réplica a toda publicación que no dijera la única verdad oficial de su único líder, al cual él representaba sin posibilidad de discusión alguna y hasta las últimas consecuencias (Fue uno de los creadores del famoso sello identitario de la "militancia stronista"). Pero vayamos a la nota que desató la ira de tan alta representación.
El semanario, que decía ser premiado por la Sociedad Intermaericana de Prensa, tituló: “Paraguay. Procesos contra subversivos”. Y en su volanta, citando la enigmática agencia, LP, decía en negritas: “El régimen militar más antiguo de Latinoamérica anunció procesos de prisioneros políticos, que sin tener precedentes parecen ser más un exhibicionismo que el ejercicio de la justicia”.
Y en el cuerpo, el artículo inició sin rodeos: “Ante la corte civil comparecen 45 de unos 350 prisioneros políticos en el campamento cerca de Emboscada, a 24 millas al nordeste de la capital. … Los procesos son una acción del gobierno del General Alfredo Stroessner aparentemente para acabar con la presión puesta por organismos de derechos humanos, Iglesias y hasta del mismo gobierno de EEUU”.
Sigue el artículo con palabras que señalan conocimiento profundo del momento histórico paraguayo, y que se mantendrá con el tiempo: “En Paraguay se ha vuelto costumbre encarcelar a los acusados de crímenes políticos sin cargos formales y sin que se les siga un juicio. Desde que Stroessner subió al poder en 1954, el estado de sitio vuelto constitucional permite que el gobierno prohíba demostraciones y reuniones públicas, suprima ciertos derechos civiles, arreste y haga prohibiciones arbitrarias, haga redadas y se apodere de propiedad privada y haga detenciones sin orden del juez”.
Continúa la crónica: “El año pasado solamente dos personas -entre 150 prisioneros, recluidos por mucho tiempo- fueron juzgadas: el profesor Antonio Maidana y Alfredo Alcorta. Dieciocho años antes, ambos fueron sentenciados a dos años y medio el primero y a un año en la cárcel el segundo por haber participado de una huelga general en 1958. Solamente en febrero pasado (1977), fueron puestos en libertad junto con Julio Rojas, otro de los prisioneros políticos que ha pasado muchísimo tiempo en la cárcel, batiendo records en la historia de Latinoamérica en este respecto”.
Finaliza “El Visitante”: “No es un secreto que la Jerarquía Católica del Paraguay se halla en conflicto con estos procederes de Stroessner durante los últimos años. Los jesuitas especialmente han sido objeto de persecuciones en Paraguay. Mientras tanto, Stroessner mantiene el control inteligente del contrabando de narcóticos y mantiene negocios con compañías extranjeras que controlan el 84% de la economía del país. Los procesos 'de burla' actuales no van a acabar con el sistema feudal en que se halla Paraguay”.
Fue lógico que la alta Misión Paraguaya ante las Naciones Unidas reaccionara informando a través de la nota 161/77/MR a su ministro Alberto Nogués, diciendo: “Qué origen tienen estos despachos de prensa? En los tiempos presentes ellos están menudeando. Pertenecen realmente a alguna agencia de noticias responsable? … O tienen otro origen más parcializado y hasta más subterráneo?”.
El término finalmente fue correcto. El dolor paraguayo que va y viene en círculos, fue y sigue siendo subterráneo y hasta invisible. Ayer y hoy conectados en el mismo dolor. ¿Te animas a trazar analogías entre el pasado reciente y la rumiante actualidad? Te sorprenderán las similitudes.

Federico Tatter.
11 de setiembre de 2015. Asunción, Paraguay.
Corregido por Eugenia de Amoriza.

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