viernes, 14 de noviembre de 2008

PARAGUAY: LA CUÑA PRO-NORTEAMERICANA EN CONO SUR


CLAVES DEL ESTADO TERRORISTA STRONISTA EN PARAGUAY - II PARTE -

Algunas características del modelo y el aparato represivo paraguayo implantado desde 1954 hasta 1989 en una primera etapa, sobreviven en sus prácticas luego 1989, llamado de transición, y desea mantener formas edulcoradas aunque metodológicamente más avanzadas hasta la actualidad, con el objetivo de mantener el control de la población civil, evitar cualquier posibilidad del cambio del sistema político-económico, entendido éste como las reglas de propiedad, extracción, producción, exportación o importación conforme a los paradigmas hegemónicos del continente, ayer guerra fría y anticomunismo, luego contrainsurgencia y antisubversión, luego gobierno populistas-nacionalistas de izquierda, centro o derecha, luego narcotráfico, y hoy, especialmente desde el 11S, antiterrorismo, armatráfico, etc., por lo menos en forma explícita.

Y en forma menos explícita, la creciente irritación social en las zonas de expansión de la frontera agrícola sojera o ganadera, en la zonas de alta concentración de la tierra donde emerge la subcategoría de ciudadanos in-empleables de casi nula capacitación y posibilidad de sobrevivir trabajando, la emergencia del mundo indígena en la región en busca del poder y la autodeterminación, especialmente en comunidades ricas en minerales y fósiles de carácter estratégico para el complejo industrial militar del hasta hoy mundo unipolar.

Pasado reciente y presente, por tanto, están evidentemente unidos tanto en la lucha por la autodeterminación como en la lucha frente a grandes países hegemónicos como los Estados Unidos, y países con roles subsidiarios y funcionales que cumplen roles complementarios, donde emerge en la región, claramente el Brasil, y esto al margen de la tonalidad ideológica de los gobiernos de ambos países.

No obstante, aquellos pueblos o naciones que han recuperado, protegido su memoria de lucha, mantuvieron o reconstruyeron su tejido social solidario a pesar de las específicas políticas de división, cuadriculación, control interno del terrorismo de estado, estuvieron y están hoy mejor preparados para enfrentar las nuevas versiones de intervención colonial, a la vez que negociar o plantar banderas más dignas de autodeterminación, reparto soberano e igualitario de la riqueza social internamente generada, así como la protección del medio ambiente y social, heredad y patrimonio de toda nación que se precie de seguir existiendo como tal en este vendaval de globalización y destrucción de las sociedades y los estados protectores de la seguridad social.

Paraguay, a pesar de su tamaño pequeño, su ubicación mediterránea, su casi inexistente valor estratégico en el gran casino mundial de los intereses globales, mantuvo por lo menos estas características: se instaló desde los 50 como un aliado automático a los Estados Unidos haciendo caso omiso a cualquier gobierno o sistema de la región; fue considerado casi como un modelo de estado anticomunista, al igual que sus similares Taiwán, Corea del Sur, Vietnam del Sur, Sudáfrica y otros, y pudo ser plataforma, no precisamente para el establecimiento de grandes bases dentro de su territorio, sino más bien, para la radicación de agencias de información sobre la situación militar, política, económica de los países de la región incluido el propio país residente, muchos de ellos con pretensiones consideradas autonomistas e incluso hegemónicas dentro del continente, y que fueron considerados como peligro potencial, tanto o más que los intentos de Fidel Castro Ruz o Ernesto Guevara de la Serna con la cordillera de los Andes en los 60.

Desde antes de 1954, pero documentadamente desde esa fecha, podemos sin temor afirmar la relación preferencial elegida por los dictadores paraguayos en ofrecerse como fieles defensores del hemisferio y de los mandatos del Comando Sur de las fuerzas armadas norteamericanas, relación que fue extendida a todas aquellas democracias occidentales que priorizaron su "alianza transatlántica" y se taparon los ojos sobre aquello que en Paraguay estaba ocurriendo.

El aliado automático, era en efecto un estado totalitario en formación con evidente tendencias o añoranzas semejantes al nacionalsocialismo europeo, aunque en clave de cacique unipersonal, que podía ayudar a mantener una vasta red de información interna y externa, instalado como una cuña pro-occidental y pro-norteamericana en medio de un subcontinente díscolo por donde se lo mire.

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