domingo, 24 de diciembre de 2017

LAS URTICARIAS DE MANFREDO

Por Federico Tatter #relatosbreves #memorianotecalles

La comezón totalitarista de Manfredo como elemento de control sobre las iglesias desde la dictadura stronista, comenzó y se extendió desde Asunción a todo el país, cruzó las fronteras regionales y llegó hasta el estado Vaticano. Minuto a minuto durante los años en los que le tocó el papel de implacable inquisidor -sin ley ni derecho a defensa alguna-, en cuestiones de desviacionismos eclesiales varios, en dupla con Juan Livieres desde Roma, rascaron la creciente roncha de la opción preferencial por los pobres. Ésta, lejos de sanar se extendió como una mancha por todos los rincones. A la enferma paranoia stronista, este par de aves rapaces, se dedicaron a aplicar más paranoia aún, ampliando la urticaria a todo aquello que no dijera a viva voz: “Viva mi general de acero, carajo”. Arenga abundante en cuarteles y seccionales, pero escasa en el alto y bajo clero.
La cizaña de la N.C. Nro. 112/77 que partió de la Dirección de Culto el 6 de setiembre de 1977 hacia la embajada del Paraguay ante la Santa Sede rasgaba el papel con: “...Por no ser muy extenso este informe no le expuse al señor ministro algo que él y yo hace mucho tiempo venimos conversando con el señor Nuncio, y en esta oportunidad volví a hacerlo. Si bien hay una mejoría ostensible porque no existen agresiones directas, subsisten motivos urticantes...”.
Y ésta urticaria de Manfredo, compartida con Raúl, y por supuesto Alfredo, se centró en: “...a) Sendero, b) Rolón, c) Los demás Obispos radicalizados, en especial Monseñor Maricevich, d) las fricciones de algunos colegios católicos por vía de la catequesis para la que desean una suerte de inviolabilidad en cuanto a la materia (buscaron reescribir una catequesis stronista) … e) Los religiosos extranjeros, hombres y mujeres pueden traernos problemas. Hasta ahora hay una gran coordinación con el Ministerio del Interior, con el Departamento de Investigaciones de la Policía y con el II Departamento de la Jefatura de Estado Mayor. Eso permite que los religiosos deban transitar por un solo canal para obtener su radicación y nos facilita, a través de  fichas, ir abriendo carpetas de antecedentes de cada uno...”.
Claro está que esa coordinación militar, policial, gubernamental, con Interior, Relaciones Exteriores, Educación y Culto, fue la pirámide de todas las operaciones represivas del período, Cóndor incluida, a cielo abierto, sin máscaras, y en pleno 1977, sobre todas las iglesias del Paraguay con un carácter totalitarizante, altamente urticante.
El stronismo no sólo puso pyragüés en iglesias, no sólo infiltró iglesias, buscó que hasta la catequesis fuera stronista. Buscó una iglesia stronista. Hacer del stronismo, una religión. Vaya.

Federico Tatter.
24 de octubre de 2017.

Corregido por Eugenia de Amoriza.

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