martes, 17 de febrero de 2015

INTERESES CRUZADOS EN FORMOSA

Siempre llamó la atención el alto nivel de los informes confidenciales y “pyragüereatos” que el Ministerio del Interior (y el propio Edgar Linneo Ynsfrán Doldán), llegaron a recibir. Tanto en los meses previos, como durante las incursiones guerrilleras de 1959 y 1960. Sabían casi todo, y hasta tejían hipótesis, acerca de los intereses en juego. Operaciones muy secretas, pero muy conocidas por el adversario gubernista ¿Qué había en juego?
Los informantes estaban incrustados en varios niveles de la insurgencia y sus apoyos, sin dudas. Aprovecharon todas las oportunidades y debilidades. Incluso desde instancias públicas argentinas, algunos apoyaron a los insurgentes, mientras otros, pasaron informes de alta calidad a Stroessner. Esto quiere decir, que las fuerzas armadas y de seguridad argentinas, también estaban divididas, y cada uno tomó partido, por uno u otro bando, en la cuestión paraguaya. ¿Por qué?
La columna Libertad del M14, al mando de Rotela cruzó el Paraná hacia el Ybyturuzú el 29 de abril. Pero ya el 2 de mayo de 1960, llegó a la jefatura de Policía de la Capital un informe sin firma, muy preciso sobre aprestos de ingreso de varias columnas desde Formosa, hacia la zona del Ñeembucú y el Chaco Paraguayo. ¿Quién pudo haberlo enviado y guardado su nombre?
El mismo dice: De acuerdo a informes llegados desde Formosa, Argentina, el Mayor (SR) Eliodoro Estigarribia, en reunión de comandos revolucionarios decidieron ingresar al Paraguay en diversas columnas que luego convergerían sobre diversos objetivos.
Primera columna con elementos reunidos en Resistencia, Corrientes y alrededores, se reunirían en la localidad de Bermejo (República Argentina, RA), para cruzar a la zona llamada Curumbaty, Paraguay, sitio de montes y esteros. Desde allí en dos grupos, atacarían el Batallón 40 y la Delegación de Gobierno de Pilar.
Una segunda columna reuniría elementos de Formosa y alrededores y se concentrarían en un lugar llamado Banco Payaguá (RA), y una vez cruzando hacia montes y esteros del Ñeembucú, un grupo iría tras la Comisaría de Villa del Paso, mientras un segundo grupo apoyaría la incursión sobre el Batallón 40 de Pilar. Conquistados esos objetivos, juntos se trasladarían hacia Santa Rosa, San Ignacio y atacarían la unidad militar de San Juan en el departamento de Misiones, Paraguay, para tomar enlace con un tercera columna que estaría llegando desde Encarnación a su encuentro. Así, juntas llegarían a Florida y tomarían medio fluvial sobre el rio Tebicuary. Esta segunda columna tendría un segundo objetivo en caso de que las fuerzas gubernistas enviaran al Cañonero Humaitá en socorro del atacado Batallón 40, desplegando artillería en una curva obligada del río llamada Garrocué*. (Llama la atención que el informe cite que los insurgentes podrían obtener piezas de artillería. Pues no hay registro de utilización real de artillería en esos eventos. Es más, no hay registros de un ingreso efectivo de estas columnas por Formosa. Tal vez exploraciones).
El informe avanza, diciendo que existiría una cuarta columna que reuniría elementos de Laguna Blanca, Clorinda y alrededores (Insisten mucho en el tema de los alrededores). Y que a una distancia aproximada de 5 km de Clorinda, pasarían a Chaco’í. Desde allí, un grupo iría hacia Viñas Cué y atacaría la Corposana, mientras un segundo grupo atacaría el cañonero Paraguay, probablemente anclado en la Bahía de Asunción. En este caso, también indica que contarían con artillería y morteros.
La última columna, denominaba quinta, reuniría elementos de Las Lomitas y Tinfunque (RA), cruzarían al Paraguay a la altura de Las Lomitas y sus objetivos serían Colonia General Bruguez y Cerrito, para luego salir a la ruta Transchaco e ingresar a Villa Hayes.
Finalmente, el pulcro informe no ahorra detalles, y en un capítulo aparte, cita que el apoyo argentino a la insurgencia paraguaya, se debería fundamentalmente, a que ellos estarían temiendo una invasión insurgente de peronistas sobre la Argentina (Desplazados del poder a partir del golpe militar de 1955). Los apoyos a los insurgentes paraguayos vendrían desde altos mandos de la gendarmería, desde la fuerza aérea y del propio Comando en Jefe, General Toranzo. Aunque en éste último caso, en forma más discreta.
Nada de ello, finalmente ocurrió. Por tanto: ¿Cuán reales y hasta dónde llegaba el cruce de intereses en juego a varias bandas?

(*) Así en el documento.

Federico Tatter.
16 de febrero de 2015. Asunción, Paraguay.

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