martes, 20 de enero de 2015

EL BOLETO ESTUDIANTIL

El relato. Era el año 58 o 59, no recuerdo muy bien, yo creo que no me quiero acordar de esos tiempos. Estábamos dentro del Colegio Nacional de la Capital, y el director del colegio, nos llamó al patio, para hablarnos. Cuando pudimos reunirnos todos, nos dijo el doctor Vasconcellos, director del colegio nacional: alumnos del colegio, queridos hijos, ustedes no saben a qué se enfrentan, son jóvenes, ni tienen idea a qué se enfrentan, yo les pido por favor vayan a la casa, sus padres están muy preocupados, en la casa sus padres están rezando, por favor váyanse de aquí, salgan sin hacer ruido, sin alboroto. El Doctor estaba allí, rogándonos, y afuera estaba un coche negro americano grande, dentro de él estaba el dictador, con el jefe de policía. Ellos querían impedir que nosotros hiciéramos, una manifestación desde el colegio nacional, al palacio. Queríamos que el boleto estudiantil fuera más barato para los estudiantes, nada más. Se le comunicó al director del colegio, que marcharíamos, a las 7 de la mañana desde colegio al palacio de López. Y esa mañana salimos en procesión, todos uniformados, el director implorándonos que desistiéramos. Salimos por la Avenida, pasamos por el mercado cuatro, por la calle Pettirossi, luego tomamos la calle Azara. Éramos más de 1.000 alumnos, dos cuadras de largo la manifestación. En la calle Antequera, se cruzaron dos camiones llenos de policías con casco y bastones, que bajaron todos corriendo, con los bastones en mano. Yo estaba por el medio de la manifestación. Por la calle Estados Unidos, nos encerraron con más camiones en todas las bocacalles también. Mire para adelante, y vi cómo empezaron a golpear a los primeros. En ese momento ocurrió un milagro imposible de describir. Todas las puerta de las casas se abrieron y nos decían entren aquí, y todos entramos en todas las casas de esas cuadras. Todos nos decían al fondo y se quedan callados, ni una palabra. Los policías se quedaron con los bastones en la mano y no encontraron ningún alumno más para golpear. Todos fuimos rescatados por los padres. Nos decían somos padres y no podíamos ver como pegaban a nuestros hijos. En otro relato les cuento, como salí del país.

Agustín Gamarra.
22 de noviembre de 2014. Fernando de la Mora, Paraguay.

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