sábado, 29 de julio de 2017

LIMPIEZA ETERNA EN LA UCA

Por Federico Tatter #relatosbreves #memorianotecalles #unanotecalles #ucanotecalles

La “limpieza” ideológica en una universidad, es un contrasentido fundamental y existencial. Pues tritura la  “universalidad”, para rebajarla a una mediocre “parcialidad”. En el Paraguay de la Era Negra existieron dos universidades altamente controladas por el totalitario e inquisidor sistema stronista. La primera, la Universidad Nacional de Asunción, UNA, entidad pública, supuestamente “autónoma”, pero controlada con mano de hierro por el Ministerio de Educación, por una sección especial del III Departamento de Investigaciones de la Policía, y por diversas seccionales de la “estronizada” Asociación Nacional Republicana, ANR. Desde las máximas autoridades, hasta los centros estudiantiles.
La segunda, la Universidad Católica de Asunción, UCA. Privada, perteneciente a la cúpula de la Iglesia Católica Paraguaya. Corrió la misma suerte que la UNA, y aunque tenía algunas islas de mayor libertad controlada, en realidad, además del control que la universidad pública sufría, ésta tenía la de la propia cúpula eclesial y a la Dirección General de Culto del Ministerio de Educación y Culto, que vigiló muy de cerca, el “alineamiento” y la “pureza ideológica”, a través de un verdadero “Inquisidor Fray Tomás de Torquemada” llamado Manfredo Ramírez Russo.
Así fue como éste “Torquemada paraguayo”, intelectualmente muy formado, que fue fundador del partido demócrata cristiano, pero en realidad, un colorado stronista de dura fibra, creó un verdadero sistema represivo más que actuó para contener cualquier “desviación” o “avance del comunismo por los meandros tortuosos del mundo académico”.
En una comunicación, caratulada de “Confidencial”, Manfredo Ramírez Russo, fechada en Asunción, el 18 de abril de 1978, bajo el identificador N.C. 55/78, informó al Excelentísimo Señor profesor Juan I. Livieres Argaña, Embajador del Paraguay ante la Santa Sede, en el propio Vaticano con el siguiente temperamento, acerca del “problema de la UCA”: “...El Señor Ministro de Educación y Culto (Raúl Peña), dispuso se agilizara … la modificación de los estatutos sociales de dicha Universidad. Como resultado de un trabajo conjunto llevado a cabo por el doctor Oscar Guido Vallejo, Asesor Jurídico del Ministerio … En el mismo se señala la necesidad que tiene la UC de hacer referencia a los valores eternos de nuestra civilización occidental y a los valores tradicionales de nuestra cultura nacional.”
Afinó el lápiz “Torquemada”, puntualizando que: “...surgieron claras reglas de procedimiento sobre aspectos como: la UC deberá remitir en forma anual los programas de estudio de las diversas disciplinas, junto con las listas de profesores. Quedó entendido que si en el término de 45 días el Ministerio no formulara observaciones, particularmente sobre los programas, los mismos quedarán aprobados. Respecto de las personas o de los profesores se acordó un intercambio de informaciones recíprocas que permita comprender mejor las observaciones que puedan formularse”.
Entiéndase aquí, que “Torquemada”, quién ya había sido interventor del Colegio Cristo Rey, e Inquisidor en el Colegio San José, ya tenía un esquema cruzado de control sobre las historias de vida de los profesores nacionales y extranjeros, articulados con el Departamento de Investigaciones de la Policía y el III Departamento de Inteligencia del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas (Capítulo Paraguayo de la Operación Cóndor), con potestad de solicitar los antecedentes, trayectoria académica, confesional, política, ideológica, de profesores extranjeros, a las agencias de inteligencia de los países de origen. Un verdadero “catenaccio” represivo, absolutamente ilegal, y de carácter totalitarizante, pero con el salmo de “defender al mundo libre occidental, protegiendo sus valores eternos”. Algo hubo de cierto, pues la “Inquisición”, fue una institución medieval, claramente “occidental”.
Esta metodología represivo-inquisidora tuvo rápidos frutos. Al punto que de acuerdo al mismo informe de “Torquemada”: “...El Rector de la UC manifestó a esta Dirección General de Culto, en presencia del doctor Jorge Báez, Director del Departamento de Difusión Cultural, que la UC había tomado medidas contra profesores tenidos como marxistas. Citó como ejemplos los casos de la profesora Olga Blinder y del doctor Schvartzman (Mauricio), que fueron separados de sus cátedras al inicio del año lectivo de 1977. También manifestó que en su oportunidad había separado de sus cátedras a los jesuitas españoles Munárriz y Sanmartí García”.
“Torquemada” Ramírez Russo, creo que en vida no imaginó, que los aportes de Olga y Mauricio hoy forman parte del mejor legado intelectual de alcances globales de este pequeño país. Y menos, creo se le habría cruzado, que un hermano de los jesuitas españoles que él con saña persiguió, hoy llamado Francisco, es el Papa que guía desde Roma (centro de la civilización occidental), a la comunidad católica mundial.
Manfredo, con casi seguridad, estará habitando un condominio con Alfredo, su “general de acero”, con Tomás el Fray, su “referente ideológico fundamental”, todos rodeados del más denso eterno fuego del averno. ¿Tendrán videocable o internet, para seguir “controlando eternamente” las consecuencias de sus históricas acciones? ¿Asesorarán a algunos rectores sobre cómo rajar decanos de filosofía en el Paraguay de hoy?

Federico Tatter.
29 de julio de 2017.

Corregido por Eugenia de Amoriza.

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