lunes, 6 de marzo de 2017

EL MUSTIO PROCEDIMIENTO 1503

Por Federico Tatter @Fedetatter ‪#‎relatosbreves‬ ‪#‎eranegra‬ ‪#‎paraguay‬ ‪#‎UNAnotecalles‬ ‪#‎Paraguaynotecalles‬ ‪#‎Memorianotecalles‬

El Contexto. El mustio, procedimiento 1503 de las Naciones Unidas, a través de la Comisión de Derechos Humanos, mantuvo una observación “reservada al Paraguay, por tanto no pública”, sobre la dictadura stronista desde 1978 hasta 1992. A pesar de que casi desde el nacimiento de la Comisión, llovieron las denuncias desde los años cincuentas del siglo XX, sobre graves violaciones a los derechos humanos perpetradas por la muy protegida dictadura stronista aliada subordinada automática, como patio trasero de los EUA. La política exterior del Paraguay stronista navegó por donde lo hizo la política exterior norteamericana. Con la excepción de la administración Carter, que exigió democratización con dureza.
El tema. ¿De qué hablamos cuando nos referimos al procedimiento de observación 1503? El mismo, al realizarse por la ONU, en carácter de “Reservado y hasta privado”, las víctimas del Paraguay, la ciudadanía y los medios de comunicación del mundo entero, jamás se enteraron. La metodología condescendiente de observación de Naciones Unidas sobre el régimen, facilitó la prolongación del régimen.
Este procedimiento, produjo gran frustración para quienes realmente buscaron defender los derechos humanos dentro de los mecanismos de la ONU. Pero, por lo reservado, tortuoso y extremadamente permisivo con una cruel dictadura, dio márgenes de maniobra a los burócratas, propagandistas y escribas del stronismo que desde la Cancillería y la Misión Permanente de Paraguay ante la ONU, se “pasearon y dilataron al máximo para no acatar claras disposiciones de defensa de los derechos humanos”. También dio tiempo a los estados amigos de la dictadura (especialmente, Argentina, Brasil, Uruguay, también bajo regímenes militares), para que “consumieran” tiempo, sabiendo que encubriendo a la dictadura stronista, se encubrían ellos mismos.
Mientras. En las cárceles se seguían pudriendo los huesos de los presos políticos paraguayos más antiguos y se sumaban nuevos (el método represivo stronista se basó en forma especial en la detención arbitraria prolongada con bárbaras torturas y violaciones), se seguía negando la existencia de detenidos-desaparecidos y se mintió a toda la humanidad con engaños como “paz, progreso, seguridad, democracia, tranquilidad eterna en la tierra del stronismo luminoso”, aunque nada de ello existiera. Aunque fuera el régimen más negro de toda la América Latina, partícipe clave de la Operación Cóndor y otras de su clase. Las grandes potencias lo supieron siempre. Pero lo callaron.
Los rastros. La misión permanente del Paraguay ante las Naciones, desde Ginebra, envió un informe al ministro de relaciones exteriores de la dictadura, doctor Carlos Saldívar, el día 24 de mayo de 1984, con copias de partes resumidas de las comunicaciones cruzadas con la Comisión de Derechos Humanos G/SO 215/14, que esa misión había recibido el 22 de mayo de 1984, por parte del propio Secretario General de las Naciones Unidas Javier Pérez de Cuéllar (Perú), quién a su vez transmitió: “...el texto de una decisión aprobada por la Comisión de Derechos Humanos en su 40ta. Sesión (privada) (sic), celebrada el 5 de marzo de 1984, en relación con su examen del punto b) del tema 12 de su programa: “Estudio de las situaciones que parecen revelar un cuadro persistente de violaciones flagrantes de los derechos humanos, previsto en la resolución 8 (XXIII) de la Comisión y en las resoluciones 1235 (XLII) y 1503 (XLVIII) del Consejo Económico y Social”.
La Comisión de Derechos Humanos, nunca levantó el carácter “privado” y “reservado” de sus procedimientos en temas de derechos humanos, hasta la caída de la dictadura en 1989. Nunca se conoció un “mea culpa” por haber mantenido tanto tiempo en “reserva” tantas denuncias, con tantas evidencias y con tanto tiempo de antelación.
En descargo por parte de la dictadura, se sienta en representación el señor González Alsina quien inicia así: “...El gobierno del Paraguay ha solicitado … que se concluya el estudio … Ya no nos encontramos con acusaciones tan extrañas al Paraguay como la pretendida existencia de campos de concentración, la discriminación racial (especialmente contra los aborígenes), la falta de libertad sindical y de prensa, las torturas, el refugio de criminales de guerra nazis, la falta de libertad y de garantías para los partidos y asociaciones similares, en fin todo el repertorio efectista montado por los aportantes de datos de dudosa veracidad para ensombrecer la imagen de un país tranquilo, ordenado y laborioso”.
El demoledor aunque tardío “Informe Final de la Comisión de Verdad y Justicia del Paraguay” (CVJ-2008), con evidencias de desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, entierros clandestinos, que permitieron llegar a las identificaciones de desaparecidos en este 2017, echó por tierra las más grandes mentiras que el stronismo propaló durante décadas ante las Naciones Unidas.
Emboscada, Abraham Cué, Peña Hermosa, fueron campos de concentración entre varios. Investigaciones, Santa Elena (arroyo Cambay), Tavaí, Tapytá, Guardia de Seguridad, Quiindy, San Antonio Mí, fueron campos de exterminio, entre muchos otros. Y por tanta dilación, hoy, gran parte de los victimarios y las víctimas, simplemente ya no están biológicamente.
Por tanta dilación, el sistema judicial, hoy se da el lujo de hacerse del otario y mirar para otro lado, buscando que la solución final, sea nomás, la solución biológica “sin justicia terrenal”. Pero, la memoria, mientras se mantenga una llamita prendida, vive. Y seguro, espero, vivirá. (Este relato breve parte de documentación muy abultada, por tanto, continuaré en otros sobre la específica temática del mustio procedimiento 1503).

Federico Tatter.
06 de marzo de 2017.
Asunción, Paraguay.

Material corregido por Eugenia de Amoriza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario